
La Danza Macabra
Por: Rolando J. Vivas
La señal, aún al día de hoy resulta confusa, el presidente señala que salgamos a las calles y que perdamos el miedo a la pandemia, estoy de acuerdo en que debemos perder el miedo, como lo hemos perdido a muchas otras cosas, siempre con cautela, debemos echar a andar la economía, el daño de una economía inactiva se vuelve mayor entre más tiempo pasa así, si cierras tu tienda, el cliente irá a otras tiendas, tus proveedores te dejarán de procurar y tu negocio irá cayendo en el olvido, así pasa con el país, la economía la debemos salvar, y quienes trabajan en la economía formal seguramente encontraran la manera de hacerlo de una forma segura, con un respaldo y apoyo, y con la posibilidad de trabajar desde casa en la medida de lo posible, nuestros problemas al día de hoy, son dos, la informalidad y nuestra vida fuera del trabajo.
La informalidad es un mal que ha afectado a México por décadas, más de la mitad de nuestra economía se haya en la informalidad, gran parte está en las calles y gran parte vive al día, se podrá pensar que la informalidad no aporta a la economía nacional porque no paga impuestos, en parte es correcto, pero si paga “impuestos” en la forma de extorsiones por parte de inspectores de piso que piden pagos ilícitos a cambio de no cerrarlos, así, la informalidad se convierte en la caja chica de la parte más corrupta del gobierno, y a una gran parte del gobierno, no le conviene que este botín desaparezca, es dinero que no se registra y que cae en los bolsillos de alguien, y el interés de ésta parte corrompida del gobierno es que crezca, esa informalidad no puede trabajar desde casa, tiene que salir a las calles, y se convierte en un sector afectado por la pandemia, no es sorpresa que en el sur del país, dónde hay más informalidad, estén los focos críticos del contagio en México, por si fuera poco, muchos de los trabajadores del sector informal se mueven en el transporte público, un sector olvidado al que el gobierno se niega a poner atención, poniendo en riesgo las vidas de miles de personas a diario.
Dentro de la formalidad, existen muchas empresas que están cumpliendo con las medidas indicadas por las autoridades, se cuida la distancia, se usa cubre bocas, se hacen tomas de temperatura, incluso, se puede trabajar desde casa, y en el peor de los casos, se cuenta con el respaldo de un sistema de salud, el IMSS, el principal problema del sector formal, y lo que lo pone en riesgo, es la vida que lleva acabo más allá del horario laboral, cuando piensa en que hacer con su tiempo libre, ir al cine, ir a un restaurante, ir a misa, ir al cumpleaños de un familiar o conocido, y es ahí, en dónde el riesgo de contagio se vuelve mayor, y en dónde pareciera no existir un protocolo adecuado y una educación e información necesaria para crear conciencia y trasmitir realmente la seriedad de ésta contingencia, no se ha visto la manera de educar a la sociedad para guiarse en su tiempo libre.
Hoy por la mañana escuché al secretario de educación hablar sobre las bondades del agua y el jabón por sobre el cloro, pero no lo escuche haciendo propuestas relevantes para la educación a partir del mes de Agosto en que supuestamente se reactivan las escuelas, no lo escuché decir que se hará para que los alumnos estén protegidos al viajar en el transporte escolar, en los comedores y patios de las escuelas, en la aulas mismas, cómo se van a adecuar, cómo van a guiar a los niños, no escuché nada de eso, para mí, el ciclo escolar que acaba de pasar, lamentablemente es un año perdido, un año en que no se pudo avanzar, me tocó ver a maestros de mis hijos que no estaban preparados para usar la tecnología y dar clases a distancias, escuchar a compañeros que estudian en universidades, cómo éstas no contaban con las plataformas adecuadas, y vimos que en realidad no estábamos preparados para las clases a distancia, y por lo que pude escuchar en la mañana, seguimos sin estarlo.
No se actuó por parte del gobierno de una forma organizada para dar con el martillo al brote de contagios al inicio, cuando el confinamiento por un par de semanas pudo haber “aplanado” la curva, por lo que la danza posterior que implica vivir con el virus se ha convertido en una danza macabra, ahora sólo queda salir a la calle y extremar precauciones cada uno de nosotros, para evitar que no se nos vaya más abajo la economía, pensar en que en la informalidad, la cuota que nos cobre el virus será mucho mayor y pensar que el retraso educativo continuará, ¿Cómo atacará el gobierno a la informalidad, si es que le interesa hacerlo, hará realmente el esfuerzo para integrar a ésta parte de la economía al formalidad?, ¿Educará realmente a través de información útil a la población para prevenir contagios en lugares públicos en dónde se dan las aglomeraciones?, ¿Se llevará a cabo una capacitación mayor y más adecuada a la plana docente para mejorar la calidad de la educación? así es la “nueva normalidad en México”, el tiempo se nos vino encima y no parece que nos estemos moviendo.