
Coriky, 2020
Por: Rolando J. Vivas
Aunque recientemente se reunieron para una sesión de fotos, la posibilidad de que los Fugazi regresen a la acción como banda, es una muy distante, aún así, la llegada de la banda y el disco del mismo título, Coriki, parece ser de alguna forma el regreso parcial del sonido que los Fugazi forjaron en Washington D.C. en los 90s, el bajo de Joe Lally, con su fuerte influencia de reggae, dub y funk se hacen presentes junto a la guitarra robusta y a la voz de Ian MacKaye, a eso, tendríamos que sumarle la batería y voz de Amy Farina, que es precisamente el elemento que da el particular sonido a ésta banda, y los pone en una categoría aparte de los Fugazi o los Evens, la banda que Farina y MacKaye tenían anteriormente, en Coriky, el bajo de Lally se convierte en un poderoso agregado, y la guitarra de MacKaye se toma más libertades que con los Evens, así, el primer tema, Clean Kill, podrá satisfacer a muchos de los escuchas que siguen extrañando inconsolablemente a los Fugazi, con el poderoso bajo de Lally y la firme voz de MacKaye, una canción cuyas letras no habla precisamente del lavado de manos para matar al nuevo coronavirus, sino de las operaciones secretas de los EEUU para eliminar totalmente objetivos estratégicos, aunque el sonido tiene su parte acústica y relativamente serena, la banda se toma con bastante libertad la oportunidad de subir el volumen e incluir guitarras distorsionadas a cargo de MacKaye con el fin de crear incendiarios clímax.
La parte instrumental, como lo era en los Fugazi, es fundamental en la banda, y esto es palpable en la dinámica con que cada uno se integra en los temas, como en Hard To Explain, guiado de forma peculiar por la batería de Farina, quien se encarga de llevar de forma prioritaria el tema, con las furiosas vocales de MacKaye compartiendo el micrófono con Lally y Farina, con un Laly introduciendo singulares línea de bajo, las cuales son acompañadas por las filosas guitarras de MacKaye, añadiendo incluso arreglos casi en plan de jazz y funk como en Say Yes, con la voz de Farina al centro, y las abrasivas incursiones de la guitarra de MacKaye, con el bajo de Lally hilando con ingenio puro todos los elementos en un todo bastante interesante, llevando también gran parte del peso en temas como Have a Cup of Tea, de una forma más oscura y reflexiva, en un tema por demás dinámico y con un interesante trabajo melódico.
Too Many Husbands, con su brutal inicio bien podría ser la banda tratando de resucitar a los Fugazi, pero no es así, con Farina en la voz, el sonido de la banda adquiere una identidad propia, al tiempo que Farina despliega una poderosa confianza imposible de ignorar, que la convierte en la indiscutible pieza fundamental del tema, a pesar de que MacKaye imprime su presencia en todo momento con furiosas guitarras que se muestran incendiarias y llenas de júbilo en medio de la espectacular sección rítmica que conforman Farina y Lally, una formula tan exquisita que la banda se atreve a repetir para Jack Says, en la que pareciera que estamos escuchando a los entrañables Fugazi, una de las bandas más relevantes de los 90s, sólo que ésta vez con Farina al frente.
Hay temas como Shedileebop, en los que indiscutiblemente la banda muestra una identidad propia, plagada de los inquietos arreglos de batería de Farina y las guitarras dislocadas de MacKaye, con Lally sumándose y añadiendo toda una dimensión diferente a la pieza, cuya cereza es la brillante conjunción de las voces de los tres miembros de la banda, al final, sabemos que Coriky seguramente no alcanzará la legendaria relevancia de los Fugazi, o de los Minor Threat, sin embargo, la calidad musical no baja la guardia en ningún momento, continua con los fabulosos experimentos de la legendaria banda de MacKaye, con Lally trayendo un sonido más completo al combo de MacKaye y Farina, con un MacKaye dándose la oportunidad de regresar a las estridentes línea de guitara, con Lally imponente en los ritmos y una Amy Farina que en ningún momento se queda fuera del cuadro, por momentos las voces toman un rumbo un tanto folkie, por momentos pareciera que los Fugazi estuvieran por ahí escondidos y de repente el bajo de Lally trae memorias de los Public Image Ltd, en suma, Coriky es un disco diferente, con elementos fascinantes y aún en desarrollo, pero ésta primera muestra no deja de ser formidable.