Hacer Cosas Diferentes

Por: Rolando J. Vivas

En la noche antes de irme a dormir, no dejaba de pensar en las opciones que tenía, continuar ejecutando la sentadilla normal, y probablemente obtener los mismos resultados, no malos, pero si los mismos, o hacer una variación, hacer la llamada “front squat”, o sentadilla frontal, con la barra olímpica, y ver cual sería el resultado, puedo decir que hace décadas que no realizo la sentadilla frontal, nunca sentí que fuera un ejercicio esencial o que hiciera alguna diferencia, además de la incomodidad de tener la barra sobre la parte frontal de los hombros no es precisamente una experiencia agradable, por la mañana, al despertar y dirigirme a la barra de sentadillas, lo volvía pensar, dije: “Bueno, vamos a ver qué pasa”, a fin de cuentas, esto se trata de no dejar de experimentar, perderle el miedo e intentar cosas nuevas siempre, a pesar de tener ya más de 20 años entrenando con pesos libres, he visto resultados muy interesantes en años recientes, luego de cambiar rutinas que no alteré por años.

Cargué los discos en la barra, la coloqué al frente, sobre mis hombros y procedí, el dolor en la parte lateral de mis muslos fue inmediato, una buena señal, estaba “atacando” el músculo desde un ángulo muy diferente del que estaba acostumbrado, los resultados no son inmediatos, pero en cuestión de unas semanas, podré decidir si el cambio es positivo, de entrada el sentir parte de mis músculo adoloridas, que no había sentido antes, es casi garantía de que habrá mejoras físicas, y esa molestia que recordaba al colocar la barra al frente, la “Peste” de la que hablamos anteriormente, desapareció rápido a la tercera o cuarta serie, reemplaza por la satisfacción del nuevo ángulo de trabajo explorado.

Cómo ya lo he explicado antes, muchas cosas las hacemos en automático, no las cuestionamos más y seguimos la rutina sin desviarnos, eso tiene cierto merito si, la constancia es importante, pero también, en algún momentos abemos que podemos estancarnos y dejar de avanzar, el cuerpo siempre tiende a encontrar su zona de confort, y refiere un choque duro para salir de ahí, un cambio radical, un experimento, algo de riesgo bien razonado, así la vida, en ocasiones por comodidad o por miedo, no nos atrevemos a hacer esos cambios, no queremos enfrentar la “Peste” y preferimos mantenernos en la inercia y en la mediocridad, los estoicos lo mencionan muy claramente: “el obstáculo es el camino”, “eso que te da tanto miedo, es lo que debes hacer”, al final, luchar contra nosotros mismos buscando romper la inercia nos trae cambios y crecimiento.

Habrá ocasiones en que podamos hacer nuestros cambios y experimentos de forma controlada, como me sucedió por la mañana en mi sesión de ejercicio, otras, la ocasión extrema, requerirá medidas extremas, y tendremos que aprovechar el momento y experimentar en medio del caos, tomar ventaja de la parálisis que muchos sufren por el miedo y la incertidumbre, hacer pruebas, experimentos, abrazar la “peste” por un tiempo, y después ver como salimos adelante transformados, con más experiencia, satisfacción y confianza, al final, ese trabajo en otros ángulos, esas salidas de nuestra zona de confort, esas “desgracias”, vistas como oportunidades, terminan jugando a nuestro favor, fortaleciéndonos y permitiendo avanzar, es cuestión de no frenarnos y seguir intentando, en ocasiones puede más la persistencia que el gran intelecto, es cuestión de querer para vencer la inercia poder ser mejores hoy, de lo que fuimos ayer.

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