
Pat Smear, So You Fell in Love with a Musician…, 1992
Por: Rolando J. Vivas
Pensar en el guitarrista Pat Smear es una labor un tanto complicada, por un lado, está su legendario grupo The Germs con Darby Crash, enormes leyendas de la costa oeste durante la primera ola de punk rock en California en los 70s, junto a los X, los Redd Cross y los Black Flag, los Germs se convertirían en pilares de una escena que más tarde vería el estallido supremo del hardcore punk al inicio de los 80s, por otro lado, tenemos a un Pat Smear que se uniría en los 90s a Nirvana en plena época de apogeo del grunge, con un Kurt Cobain como absoluto “dios” del mal llamado rock “alternativo”, una vez ocurrida la “implosión” del grunge, seguiría un período más discreto, pero igual de lucrativo con los Foo Fighters de Dave Grohl, el ex baterista de Nirvana, convertido en líder de los FF, denotando una prestigiosa y creciente carrera, curiosamente siempre detrás de los líderes de éstas bandas.
En 1992, antes de que recibiera la invitación para unirse a Nirvana, Smear decidió publicar su segundo disco solista, disco que obviamente pasó desapercibido para las audiencias mainstream, editado en el legendario sello SST del ex Black Flag, Greg Ginn, “So You Fell In Love With a Musician…”, nuevamente con Smear como compositor principal, guitarrista, bajista y vocalista a lo largo de toda la grabación, el disco permite apreciar una vez más, los tan ignorados talentos de Smear, un músico poseedor de un alto grado de talento instrumental y que sin embargo lo ocultó en su época con los Germs para apegarse a la estética “punk”, creando un estilo singular y destacando también como el principal compositor de esa banda, algo también poco conocido, opacado por la excéntrica y auto destructiva personalidad de Crash.
Los ecléticos gustos musicales de Smear son puestos de manifiesto casi de inmediato, con esas densas guitarras y melodías vocales que traen de inmediato a la mente a personajes iconoclastas como Tim Buckely, a quien Smear pareciera invocar en este tema, que ya denota una dinámica similar a la esbozada por los Husker Du, los Dinosaur Jr. y los Pixies y que seguramente llamó la atención de Cobain poderosamente, en un tema mezcla de guitarras despiadadas, demoledoras baterías y las líneas de guitarra de Smear, que son poesía pura, denotando la habilidad instrumental de Smear, tan poco exhibida de ésta forma durante sus etapas anteriores.
Lulu Belle es otro ejercicio musical exquisito, con un trabajo sobresaliente por parte de Smear en guitarras, bajo y vocales, con una influencia cálida de la música de los 70s y estremecedoras guitarras en conjunto a un acompañamiento con influencias funk y un fenomenal uso de la melodía que dota de un encanto singular a la pieza, para después adentrarnos en territorios verdaderamente oscuros con la estridente Creep Street, con la guitarra de Smear en plan demoniaco, llevándonos por intermitentes pasajes acústicos y la atormentada voz de Smear, que nada tiene que pedirle a Crash o a Cobain.
Ciertamente no todas las piezas contenidas en So You Fell In Love With a Musician…, son de primer nivel, hay algunas que rayan en la auto indulgencia a niveles excesivos, pero cuando consigue poner todo en “orden”, como en All My Cheating, queda claro que estamos ante una bestia sagrada con una experiencia y una capacidad musical extraordinaria, desbordante de creatividad y carente de miedo de visitar extremos sonoros una y otra vez, con piezas que en ocasiones tocan ciertos puntos que recuerdan al prog rock más oscuro, cercano al estilo de los Van der Graff Generator, aunque sea sólo por unos instantes, manteniendo los temas fluidos y sin perder la emotividad y la profundidad.
Smear incluso se atreve a acercarse al pop en un acto extraordinario de auto sabotaje para no perder sus credenciales “underground”, como en Yummy Yuck, que bien pudo funcionar en radio y ganarle algo de popularidad, y despúes nos sorprende una vez más, con un peculiar acercamiento a la música tibia y oscura de los 70s, con Lazy, un ejercicio contradictorio y dinámico al extremo, combinado pasajes en los que el silencio y la sutileza son sus principales armas, y después, luego de unos segundos, aplicando dosis devastadoras de estridente distorsión, terminando un disco de una singular forma, casi como en puntos suspensivos, de ésta forma, Smear nos regala un disco en el que la entrega es total y en el que el talento de Smear se pone de manifiesto en todo momento, sin grandes aspiraciones comerciales, pero si con una ambición artística sin límites, en un disco que se antoja imperfecto, pero que precisamente eso lo hace más valioso y entrañable.