El Juego Interno

Por: Rolando J. Vivas

La falta de conocimiento sobre lo que es y cómo usarlo, provoca confusión alrededor del coaching, ¿Se trata de enseñar a alguien? ¿Se trata de capacitar a alguien? ¿De llamar la atención si alguien no está haciendo bien su trabajo? ¿Acompañar a alguien para aconsejarle durante una rutina de trabajo? ¿De evaluar el desempeño de la persona? Tal vez la mejor manera de definir lo que es el coaching, advirtiendo lo que NO es el coaching, el coaching no es dado por alguien experto en la disciplina de la persona que lo está recibiendo, el coaching no se trata de dar respuestas y soluciones a la persona que lo recibe, y el coaching no hará que la persona que lo recibe, pueda en automático resolver la situación a la que se enfrenta, como en un partido de fútbol, el coach permanece “fuera de la cancha”, y es la persona que recibe el coaching, la que tendrá que hacerse al 100% responsable de sus acciones, de sus movimientos y de su ejecución, con el coach como elemento únicamente para que lo ayude a mejorar de una forma muy específica.

Así el coach, como el origen de la palabra lo sugiere, se convierte en un “vehículo” para llevar a la persona que recibe el coaching, de un estado de conciencia a otro más favorable y que le permita crecer como persona y como profesionista, apoyando a la realización de una búsqueda interna de esos elementos ya existentes con el fin de desarrollar una nueva visión y un mayor sentido de la responsabilidad personal de cada uno, el coach así, mediante una determinada metodología llevará a la persona por un sendero de auto conocimiento y descubrimiento, impulsado principalmente por la disposición y el deseo de mejora continua de la persona que recibe el coaching, de ésta forma podemos afirmar que el coach no es un maestro o capacitador, no es un mentor ni un evaluador, ni un asesor que ayuda a dar respuestas a las personas, es un habilitador que ayudará a la persona que recibe el coaching a encontrar por sí mismo dentro de sí, las respuestas a las peguntas que el coach irá formulando.

El método más aplicado para dar coaching es que consiste en llevar al individuo en particular que lo recibe a un estado de conciencia mayor, y esto se logra a través de un grupo de preguntas que el coach va haciendo con el fin de facilitar el auto conocimiento y la orientación de quien recibe el coaching hacia la alineación a las metas de la empresa, así, elaborando una analogía, nuevamente sobre fútbol, el coach consigue que el jugador desarrolle por si mismos la conciencia de sus capacidades y poder llegar a un estado de desarrollo superior que le ayude a volverse un mejor jugador, un mejor elemento para el equipo y parte fundamental de los triunfos de éste, cabe mencionar que se trata de que la persona logre crecer (G.R.O.W., grow), alcanzando sus propias metas propuestas y no las del coach.

La preguntas que el coach se encarga de realizar se centran en lograr definir las metas (goals) de la persona, ¿Qué es lo que quiere lograr? ¿Hasta dónde quiere llegar? ¿Qué quieres conseguir?, y aquí lo principal, es que esa meta se convierta en un elemento medible con el fin de facilitar el seguimiento y el avance de la persona, lo siguiente es hacer un análisis a conciencia de la situación actual de la persona, su situación personal y su situación dentro de la empresa, desarrollar el mapa detallado de su realidad (reality) sin juzgar ¿Dónde te encuentras? ¿Cómo te sientes?, de ésta manera se consigue una mayor objetividad y se va despertando el sentido de conciencia, el siguiente paso del ejercicio consiste en ponerse muy creativo y poder ayudar a que la persona que recibe el coaching pueda determinar que opciones (options) tiene para desde su realidad, poder alcanzar las metas, preguntándose ¿Qué opciones tienes? ¿Qué puedes hacer al respecto? ¿Qué prefieres hacer? ¿Si tuvieras asegurado el éxito, qué acción tomarías? ¿Qué recursos necesitas? ¿Cuáles son los posibles escenarios?

El paso final de esta metodología, desarrollada a partir de la experiencia de las aportaciones de gente como el consultor John Withmore (que al igual que el futurólogo Alvin Toffler, consideraba la habilidad de “desaprender”, como una herramienta básica para nuestro futuro inmediato), considerado el padre del coaching, o de Timothy Gallwey, pionero en llevar el concepto del coaching desde el mundo del deporte al ambiente ejecutivo de las empresas, es el de definir los “Qués” y los “Cuándos” (What y When) que se tendrán que llevar a cabo por parte del ejecutivo (¿Cuáles son los próximos pasos? ¿Qué acciones son necesarias? para poder partiendo de su realidad, aprovechar las opciones para alcanzar sus metas, básicamente un plan de trabajo con tiempos definidos para poder comprometerse realmente a la acción y al movimiento, para sumado a la nueva conciencia adquirida, complementando así con el sentido de responsabilidad necesario.

Es importante señalar aquí que el coach no es quien enseñará o capacitará a quien recibe el coaching, y que muchas veces el coach desconoce los aspectos técnicos del trabajo de la otra persona o carece de los conocimientos técnicos, y esto no es necesario, considerando que una visión externa ayuda a la perspectiva fresca y novedosa, además de que el coaching parte de la premisa de que la persona que recibe el coaching tiene ya los elementos para salir adelante, sólo requiere el apoyo para encontrarlos por sí mismo, por esto es que resulta tan innovadora la metodología, ya que es posible de ésta forma, que alguien cómo Gallwey, un entrenador de tenis profesional, pudiera llevar sus conocimientos para el desarrollo interno de deportistas al ámbito de los negocios, apuntalando ese método creativo que tanto me gusta de llevar una práctica de un ambiente (intersección, cruce o hibrido) a otro con el fin de impulsar la innovación, de ésta forma, un chef, un músico, un arquitecto o un director de cine, con la preparación adecuada, pudieran ser estupendos coaches para el mundo de los negocios, no olvidemos que tendencias como el “design thinking”, por ejemplo, han venido de otras áreas a enriquecer la visión y la ejecución en las empresas.

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