
Metallica, Kill Em All, 1983
Por: Rolando J. Vivas
Julio de 1983 y bandas como Motley Crue empezaban a apoderarse de la escena mainstream en California, el éxito del llamado glam metal empezaba su ascenso, mientras que en las calles se gestaba un nuevo movimiento basado en arte en las “olas” de heavy metal inglés y hardcore punk que se había apoderado del “underground” en la costa oeste, surge Metallica con su disco de presentación Kill Em All, disco que se caracteriza por ritmos híper acelerados, los colosales rasgueos de guitarra, un intenso y profundo trabajo del bajo e imágenes de violencia y guerra trasmitidas a través de sus letras, así Metallica aseguraba su lugar como pioneros de los géneros Speed Metal y Thrash Metal, liderando una ola de metal extremo en la costa oeste a la que se les unirían bandas como Exodus, Slayer y Testament un poco más tarde.
37 años han pasado ya desde que Kill Em All vio la luz y puso a Metallica muy alto en el mapa del heavy metal mundial, llamando poderosamente la atención por su novedosa mezcla de metal y punk rock, conjugando influencias de bandas tan dispares como Iron Maiden, Judas Priest, Misfits y Samhain, lo cual denotaba el feroz pragmatismo del género que buscaba así romper el letargo el heavy metal de finales de los 70s e imprimirle la rabia furiosa del punk rock que se volvía un estilo vital por aquellos años.
El disco se convertiría en un inmediato y absoluto clásico de los círculos “underground” y del intenso circuito de intercambio de cintas, el cual le permitiría a la banda extender rápidamente su fama a nivel global, sin el beneficio de estaciones de radio o canales de video que impulsaran su música, cabe recalcar aquí, el rol determinante de los seguidores de la banda que copiaban las cintas originales y las compartían con sus amigos e incluso las enviaban por correo a diversas partes del mundo, en una época aún muy lejana al Internet y a los archivos de música mp3.
Kill Em All arrancaba con la poderosa Hit The Lights, tema que en pocos segundos colocaba a la banda como la genuina heredera de los ataques sonoros brutales de bandas como Motorhead, para éste entonces, la timidez inicial del guitarrista y vocalista James Hetfield parece ya superada (aunque apoyado por alcohol y drogas que más adelante le pasarían la factura) y su rol al frente del grupo y como guitarrista principal es cumplido de forma ejemplar, cada uno de los temas, como Motorbreath, una vez más con los Motorhead como obvia inspiración, parten de los colosales y veloces riffs de Hetfield, y el sonido básico de la banda se complementa gracias al intenso trabajo de bajo de Cliff Burton y la batería de Lars Ulrich, que aunque primitiva, denota gran energía y agilidad.
Señales de la complejidad y progreso instrumental que la banda mostraría más adelante, comienzan a percibirse en temas como The Four Horsemen, y aquí es necesario destacar la intervención como compositor, de Dave Mustaine, vocalista y guitarrista principal de la banda, echado unos meses antes por su personalidad volátil, y que dejaría una profunda huella en el estilo de las primeras composiciones de la banda, así como en el trabajo de guitarra solista de Kirk Hammett, alumno del genial guitarrista Joe Satriani, recién integrado a la banda, aquí podemos percibir ya una banda que supera en su ejecución instrumental a otras bandas como Exodus y Slayer, gracias a las primeras señales de virtuosismo por parte de Hetfield (su guitarra en No Remorse es impresionante), Burton y Hammett.
Aunque primordialmente una banda de heavy metal, Metallica no se mostraban nada tímidos al momento de poner de manifiesto sus influencias hardcore punk, como en Phantom Lord, que bien podría pasar como un tema de los Discharge o los Cro Mags, leyendas de la escena británica y neoyorkina de hardcore punk, aunque la banda deja muy en claro su vocación de virtuosos, sobre todo en temas como Anesthesia, tema compuesto por el bajista Cliff Burton y que es una monumental muestra de su talento y virtuosismo en el instrumento, algo inédito en el género y que podría recordar en parte los solos de guitarra de de Jimi Hendrix o las bizarras líneas de bajo de John Cale con los Velvet Underground.
Imposible no mencionar joyas como Jump In The Fire, que pudiera haber tomado inspiración de experimento krautrock del célebre Harry Nilsson en su Jump Into The Fire, con sus guitarras sofisticadas y altamente técnicas inspiradas en el sobresaliente trabajo de guitarra moderna de un Eddie Van Halen, o la inmortal Seek and Destroy, que redefiniría de forma radical el mundo del riff en el contexto del heavy metal, con una posible alusión al Search and Destroy de los Sttoges, e incluso con posibles referencias directas o indirectas a los colosales riffs de la banda en discos como el Fun House.
Pensar que Kill Em All está próximo a cumplir sus 40 años, conservando éste nivel de relevancia es algo sorprendente, a pesar de sus letras un tanto irrelevantes, el contenido musical es de primer nivel (obviamente superado enormemente por sus sucesores, Ride The Lightning y Master of Puppets), conformando así un primer disco de una banda novel que reescribía las reglas del juego, que innovaba de forma descomunal y los convertía en una influencia primordial para nuevos músicos, que subía el nivel de estilo musical, preparando su arribo unas décadas más tardes a los primeros lugares de popularidad con una reputación casi indestructible en círculos tanto underground como mainstream.