Alemania: Visión, Estabilidad e Innovación

Por: Rolando J. Vivas

Patentes (muchas más que los demás países, lo cual sin duda sirve como incentivo a la innovación), densidad tecnológica (con una fuerte diversificación en varias industrias y sectores) y valor agregado, han sido las tres variables que le han valido a Alemania, ser reconocido como el país más innovador del 2020, logrando la hazaña de destronar a Corea del Sur, y romper la racha ganadora de 6 veces consecutivas que tuvo éste país asiático en años anteriores, esto de acuerdo al índice de innovación de Bloomberg, que considera a 60 países en su evaluación para la elaboración de éste ranking.

El 2020 ha sido un año difícil para los temas de innovación, en medio de una crisis económica global que continua asomándose en muchos países, a la par del duro golpe que implicó la crisis sanitaria por el Covid-19 en el mundo, si, es posible que el impacto de la pandemia haya distraído un poco la vocación innovadora de Corea de Sur, aunque posiblemente les presente nuevas áreas de oportunidad que Alemania ya ha sabido desarrollar bien, como el sector de los desarrollos tecnológicos en la industria de la salud, hay que señalar que, Japón, otra estrella de la región, consiguió subir desde la posición 15 a la 12, al igual que Singapur, también en el sur de Asia, que escaló del 6to al 3er lugar, y en el caso de China subir un puesto, al número 15.

Cabe señalar que el ascenso alemán es por demás admirable, considerando la grave situación de la Unión Europea en los últimos años, con un estancamiento económico como región, apenas impulsado precisamente por Alemania (que aunque los alemanes están percibiendo más ingresos, continúan gastando cada vez menos), y por Francia, éste último, número 10 en el rango de países, con una recesión que amenaza con materializarse en Alemania y a la cual el país se ha resistido de forma contundente gracias a su sólido liderazgo en los sectores de industria y tecnología, a su incorporación total a las dinámicas dela globalización, como uno de los principales países importadores/exportadores, y cuna de marcas de clase mundial como Mercedes-Benz, VW, SAP, Siemens, Alliance, Adidas, entre otras.

Alemania empezó a enfrentar la adversidad económica desde el año pasado en que inició su desaceleración, que los ha llevado a tener casi un 0% de crecimiento a partir del 2019, derivado de una fuerte crisis en la industria de autos, una de sus principales fortalezas, la caída en el sector de la construcción y manufacturas, además de, el inicio del llamado Brexit, que ha afectado fuertemente la dinámica comercial en toda la Unión Europea, para compensar la caída en éste sector, la fortaleza en ingeniería mecánica que posee el país, ha enfocado su baterías en sectores como el médico, en dónde han logrado destacar y generar interesantes desarrollos.

Parte de la clave del éxito alemán en temas de innovación ha sido tener como objetivo la inversión de un 3.5% de su PIB en temas e investigación y desarrollo, lo que contrasta con el promedio del 2% de muchos países en la Unión Europea, tomando como sus principales polos de inversión al sector salud, el sector aeroespacial, y las energías renovables, áreas consideradas a nivel global como punta de lanza de muchas nuevas tendencias, y que apuntan a la visionaria estratégica alemana no para predecir el futuro, sino para irlo forjando, creando así un ecosistema en el que conviven algunas de las empresas más innovadoras del mundo (Bosch, considerada como la m´s innovadora), universidades de clase mundial en ingeniería, además de institutos y centros de investigación que en nada envidian a cunas de la innovación como Silicon Valley.

Dentro de todo éste ecosistema económico y tecnológico, se destaca también el papel de liderazgo maduro de alguien como la canciller Angela Merkel, cuyo modelo ejemplar de liderazgo se ha mantenido ya por varios años, apuntalado por un impecable sistema democrático, que nos ha permitido admirar su capacidad de liderazgo personal, con una discreción, moderación y austeridad envidiable, su liderazgo relacional, que le mantienen al frente de su partido y gozando de gran popularidad al interior, además de su liderazgo organizacional, que trasciende partidos e ideologías, contando con el apoyo de partidos de derecha e izquierda, sindicatos e iniciativa privada, que le ha valido el beneficio de ser una de las únicas líderes en el poder, resultado de una alianza trasversal de derechas e izquierdas.

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