La Educación En Medio de la Pandemia

Por: Rolando J. Vivas

En EEUU instituciones, sindicatos de maestros y gobierno, debaten acaloradamente sobre la mejor forma de regresar a clases en medio de un nuevo repunte de contagios y más de 150,000 muertos, al tiempo que México suspende el regreso propuesto para agosto, hasta nuevo aviso, luego de alcanzar casi 45,000 muertos, la seguridad de los menores está de por medio, pero luego de un año escolar interrumpido en el mes de marzo y mal terminado en lo que podría ser un año escolar perdido, la posibilidad de perder otro comienza a volverse en una amenaza para toda una generación de estudiantes de niveles básicos, secundaria y medios.

Una crisis sanitaria mal manejada desde el inicio, que hoy enfrenta a varios sectores del gobierno y a la sociedad civil, denotan que no hubo la preparación adecuada y tampoco se siguió una estrategia realmente eficiente para acortar y reducir el impacto de la crisis sanitaria, al tiempo en que la pandemia en América entra ya en su sexto mes, sin que los picos máximos de contagios den señales de que la pandemia realmente esté reduciéndose en el continente, al tiempo que escuelas privadas comienzan a sentir el impacto de la crisis económica derivada, y comenzarnos a cuestionar si la educación pública está realmente preparada para sobrellevar su misión de enseñanza en medio de ésta inédita situación.

El riesgo de contagio se mantiene altísimo en lugares concurridos, con poca ventilación, empezando por el transporte público, que ha sido una de las fallas más grandes en la estrategia de ataque y contención del virus, carente de propuestas contundentes que puedan volver a éste espacio en uno seguro, el transporte escolar se encuentra en la misma situación y se perfila como uno de los grandes problemas a resolver, ¿Cómo volver el transporte escolar en un espacio seguro y confiable? Por otro lado, aulas, salones y laboratorios se convierten en sitios cuestionables para retomar las actividades, a los que se suman las cafeterías de las instituciones educativas, que sin la adecuada supervisión y medidas propicias podrían convertirse en serios puntos de contagio masivo, considerando que en unos meses más el clima comenzará a hacer más difíciles las actividades al aire libre.

La situación de infraestructura demanda principalmente 3 cosas en éstos momentos, grupos de alumnos más reducidos con el fin de controlar mejor un riesgo de contagio, espacios mayores a los de un salón de clases normales, aquí podemos contemplar gimnasios, patios o canchas, mientras el clima lo permita, además de esto, es importante considerar las actividades fuera del horario de clase, en los que se requiere una vigilancia estricta por parte de maestros y autoridades con el fin de prevenir la congregación de grupos de alumnos en patios, canchas o zonas de espera para ser recogidos por los padres.

Hemos visto el regreso a clases en países asiáticos y nuevamente nos hemos dado cuenta que la disciplina y la vigilancia ha tomado un papel primordial para el regreso adecuado, los bancos individuales, las barreras plásticas para reducir el paso de micro partículas en el aire, y claro, el uso obligatorio de cubre bocas y máscaras, y el excesivo lavado de manos, ésta, sin duda es una batalla complicada que el sector educativo tendrá que librar sin contar con la preparación adecuada, pero si con un mejor panorama de cuales han sido las prácticas exitosas en otros países, saber si podemos realmente aplicar éstas prácticas en México y en otros países de América, aún está en duda, es una lucha contra tiempo y contra reloj en la que parece que estamos en gran desventaja, y en un punto en que se puede perder un nuevo año escolar, esto además de la posibilidad de perder un mayor número de escuelas privadas y terminar colapsando todo el sistema educativo en un momento de alto riesgo.

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