Deep Purple, Whoosh!, 2020

Por: Rolando J. Vivas

Hay que darle una gran parte de crédito a Don Airey y a Steve Morse por actualizar de forma tan espectacular el sonido de los Deep Purple, y aunque los grandes maestros del hard rock y del heavy metal de los 70s, no suenan como en su época de oro, si podemos confirmar que han conseguido recuperar de forma revitalizada su sonido de los 80s, en que aún continuaban sonando épicos y pesados, prueba de ello son las primeras notas de Throw My Bones, en donde Airey, Paice y Glover se conjuntan casi a la perfección para traernos un excelente tema de inicio, con un Morse brutal en las guitarras y un Ian Gillan, que aunque suena como todo un veterano, un tanto afectado por la edad, es imposible negar su talento en la forma de aplicar sus vocales, hay que aclarar que aunque Airey no es Jon Lord, y está muy lejos de serlo, su ejecución en los teclados es definitivamente un gran atractivo en el tema, junto al dinamismo que Morse inyecta al tema.

Y si hablamos de Morse, es una delicia escucharlo en The Long Way Road, en donde resulta pieza fundamental para recordarnos el papel fundamental de la banda en la concepción del heavy metal, gracias al apoyo de Roger Glover y Ian Paice, quienes consiguen darle un fuerte impulso a Gillan, quien aquí si consigue tomar vuelo y elevarse en un dueto con los teclados de Airey y las guitarras heroicas de Morse consiguiendo hacer de éste tema, otro acierto, aunque tal vez un tema un tanto extenso, aunque excelente escaparate para las ya conocidas habilidades instrumentales de la banda.

En And The Adress, la banda regresa un poco al sonido e los 70s, con Morse y Paice espectaculares en todo momento, pocos bateristas en la historia del heavy metal inglés (tal vez John Bonham) como Paice, capaces de cargar con el peso de piezas completas de virtuosismo, como ésta pieza con un Morse feroz, apenas alcanzado por Airey, quien se toma el protagonismo en Step by Step, que presenta interesantes añadiduras al sonido clásico de la banda, permitiendo un lucimiento espectacular en las vocales por parte de Gillan, una de las estrellas definitivas en el tema, junto a un Airey, en el difícil rol de cubrir el lugar de Lord, aunque hay que reconocer que lo hace con una maestría admirable.

Drop the Weapon es otro tema mayúsculo de una banda que se niega de forma rotunda a escudarse detrás de la nostalgia, atreviéndose a meter el acelerador y golpear duro su instrumentos, explotando al máximo a Gillian, sin duda uno de los mejores vocalistas en el mundo del hard rock y el heavy metal, un perfecto maestro de la voz, que es capaz de ponerse al frente de la banda, quienes en temas como Thow My Bones, que retoma un poco el en ocasiones, sonido funky, machacante de la banda, que explota en What the What, tema de rock duro, combinando esa esencia clásica de la banda y las inclinaciones hacia el rock n roll tradicional del grupo que se conformaron en parte fundamental de su sonido, al que muchas bandas tomarían como referencia en los 70s y 80s.

Whoosh! Es un disco despiadado, con una banda decidida a hacer cero concesiones a pesar de su longevidad, algo continua sucediendo al interior de éstos Deep Purple, cuyos 3 o 4 discos recientes no dejan de sonar poderosos, desafiantes y brutales, la banda ejecutando sus instrumentos con una ferocidad casi juvenil, sumada a la amplia experiencia de cada uno de sus miembros, que no dudan ni por un segundo en aplicarse al máximo, de forma apasionada, pudiéramos mencionar que uno o dos temas resultan un tanto flojos, pero Whoosh!, en conjunto, es un disco que no deja de sorprender y de dar un lugar privilegiado a la banda dentro de los clásicos que dieron forma al heavy metal, en ningún momento, Deep Purple suena lejano a su legado, por el contrario, en cada nota suenan totalmente conscientes y congruentes a éste, lo que Airey y Morse la han venido a sumar a la banda es extraordinario.

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