Horse Girl, Jeff Baena, 2020

Por: Rolando J. Vivas

 Horse Girl, la película estrenada por Netflix hace apenas unas semanas, protagonizada por la genial Alison Brie, de la serie G.L.O.W., es una poderosa alegoría en muchos sentidos, no sólo en el de la depresión en un estado avanzado, también en el de la vida de muchos hoy en día bajo la actual crisis sanitaria, en HG, Sarah, la protagonista es una chica solitaria, con dificultades para socializar, con una obsesión particular por la televisión de ciencia ficción y con una mente que empieza a deteriorarse de forma gradual, presentando pérdida de la relación espacio-tiempo, que empieza a provocarle una serie de situaciones poco comunes y alucinaciones que comienzan a afectar gravemente su forma de pensar y su relación con los demás y su vida misma.

El personaje interpretado por Brie, es una chica reservada, con un pasado familiar de problemas mentales (suicidios, alucinaciones), obsesionada con una serie de televisión de ciencia ficción, que poco a poco comienza a causar conflictos en la mente de Sarah, mezclándose con la realidad y provocando sueños lúcidos en los que Sarah comienza a ponerse en contacto con teorías de conspiración y fenómenos paranormales, de ésta forma Sarah comienza a construir una “realidad aparte”, que empieza a crearle fuertes conflictos con su vida normal.

Pudiéramos establecer un paralelo con varios sectores de la sociedad que se han visto aislados, afectados mentalmente por la pérdida de la rutina laboral y el contacto con otras personas, el día a día comienza a ser más organizado en base a la vida “en línea”, ya sea en las redes sociales o en las plataformas de “streaming” perdiendo un poco la emoción del tiempo, predisponiéndose cada vez más a rumores, teorías de conspiración y noticias falsas en internet, viendo una nueva “normalidad” desconectada hasta cierto punto de la realidad.

Horse Girl es ambigua, plantea muchas ideas que podrían pensarse como “surrealistas”, que se explican por una afectación mental y emocional de la protagonista, que introduce elementos sobre temas como la clonación o el rapto alienígena, que crean una cinta que dejará a muchos confundidos o desorientados, tal vez pensando en un elemento sobrenatural en la vida de Sarah, cuando la realidad es que todo su sucede en su mente y nos hace testigos de un colapso que pudiera servir como metáfora del aislamiento, de la obsesión con los medios y una posición en ocasiones un tanto débil por parte de nuestro criterio, que termina en una fuerte distorsión de lo que realmente sucede a nuestro alrededor.

Nos toca aprender al final, que nuestra salud física y mental está primero, y debemos cuidarla y estar al pendiente de nuestros seres queridos y de nosotros mismos, buscar ayuda si es necesario, el contacto humano es insustituible, preguntar por el estado de nuestros seres queridos, amigos y compañeros es vital, no podemos estar cerca de ellos hoy por las circunstancias actuales, pero podemos llamarlos, escribirles y ponernos en contacto por video llamadas, hoy más que nunca hay formas de mantener el contacto y no permanecer aislados, por último, entender que no todo lo que vemos en la televisión, en los medios o en las redes sociales es real, es importante desarrollar un criterio propio para evitar ser engañados o desinformados por el enorme flujo de información que se genera hoy en día.

Horse Girl es una cinta que trata de manejarse en un sin  fin de direcciones, el drama psicológico, la comedia absurda, el surrealismo, en ocasiones el suspenso o el terror, la realidad, y la fantasía, Alison Brie consigue otra memorable actuación consolidándose como una de las actrices favoritas dentro de Netflix, aportando también a la concepción de la cinta, como parte del equipo de escritores de guion de ésta junto al director Jeff Baena, no dudo que muchos espectadores experimenten una sensación de confusión durante y al final de la cinta, es parte de la naturaleza de la cinta, sacudirnos un poco, no regalarnos nada y provocar el que nos cuestionemos y pensemos un poco, después de todo, el célebre terapeuta Milton Erickson solía decir “la iluminación  siempre es precedida por la confusión.”

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