Llega Parásitos, el Inclasificable Cine de Bong Joon-ho

Por: Rolando J. Vivas

La sociedad formada por el aclamado director de cine surcoreano Bong Joon-ho y la innovadora plataforma de streaming Netflix, ha sido muy exitosa, considerando que gran parte de la filmografía reciente del director se encuentra o ha estado disponible en la plataforma, como The Host, una estupenda e innovadora película de terror dentro del subgénero de los monstruos y la más exitosa en la historia del cada vez más relevante cine surcoreano, Snowpiercer, increíble película distópica y de ciencia ficción, que ya se ha convertido en una serie dentro de la misma plataforma, y Okja, película de acción y fantasía con un reparto estelar, y que por cierto, mis hijas adoran.

Ahora llega a Netflix Parasite o Parásitos, la cinta más aclamada de Bong Joon-ho, cinta que no solo ganaría la Palma de Oro en Cannes (nunca antes una película coreana lo había conseguido), también arrasaría con premios en varias categorías durante la ceremonia de los Oscares, incluyendo la inédita hazaña de ganar el premio a la mejor película (primera no hablada en inglés) y a la mejor película extranjera (aunque sin duda en un mundo post Roma, esto ya no parece tan complicado).

Probablemente la más personal de las cintas de Bong Joon-ho, aquí ya no hay monstruos creados por la contaminación indiscriminada vertida en ríos, trenes que viajan sin parar atreves de un mundo congelado, al tiempo que en su interior se libera una revolución, o súper cerdos y malévolas compañías multinacionales, aquí lo que vemos es un choque entre clases en la desigual y extrema Corea del Sur, y una innovadora y trascendental comedia negra de naturaleza bastante realista.

Si la comparamos con sus anteriores producciones a nivel complejidad, podríamos decir que Parasite o Parásitos es una cinta relativamente modesta, pero el alcance de la cinta es casi universal, y el encanto de ésta es casi imposible de eludir, dejando de manifiesto la enorme vocación del director para saltar de un género a otro, conocido por los giros inesperados en sus tramas y sus guiones difíciles de clasificar, así nos topamos con una curiosa comedia negra, con sus toques de drama y momentos de gran suspenso, la historia de una familia (los Kim) de personajes que viven en una situación económicamente difícil en la ultra competitiva Corea del Sur, y su peculiar plan para infiltrarse en el seno de una familia acomodada (los Park).

Vemos los trucos y tremendas peripecias audaces que cada miembro de  los Kim va ejecutando para entrar en la dinámica familiar de los Park, en un juego que se define entre la crueldad de la división de clases, los problemas de las clases menos privilegiadas para ascender (generalmente a costa de otros), y el desprecio por parte de las clases privilegiadas hacia quienes consideran inferiores (y que los ven como “parásitos”, de ahí el nombre de la cinta), sin duda el tipo de trama que haría se volvería bastante interesante para alguien como Karl Marx, y es que Bong Joon-ho, aunque no de una manera abiertamente política, ha usado muchas de sus cintas (The Host, Snowpiercer y Okja) para hacer importantes críticas al capitalismo salvaje.

Cómo en otras cintas de Bong Joon-ho, lo impredecible siempre se hace presente, y así somos testigos de brutales giros que van dando forma a una inclasificable cinta, que busca desafiar convencionalismos, que se va convirtiendo en drama, en thriller y al final, en una sorprendente historia de fantasmas, cuyos principales pilares son los temas favoritos de Joon-ho, el miedo, la ansiedad, la risa incontenible, y una mirada crítica al capitalismo, inmersos siempre en el tipo de visión distópica que es la firma personal de Joon-ho.

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