
No, No Nos Van a Poner un Chip, Ni a Volvernos Robots (Todavía)
Por: Rolando J. Vivas
No, la tecnología 5G nada tiene que ver con los numerosos contagios del Covid-19, tampoco es un virus que Bill Gates ha creado para insertarnos un chip a todos y volvernos robots, tampoco la inteligencia artificial trata sobre volvernos autómatas a las órdenes de Gates, de China o de alguna súper potencia tecnológica, lo peor que podríamos pensar en éstos momentos, es que la inteligencia artificial es parte de un diabólico esquema para volver robots a toda la raza humana, pensar así, sólo pone de manifiesto lo poco que sabemos sobre el tema y lo poco que sabemos sobre una tecnología que ya usamos al día de hoy, ¿Te gusta ver Youtube, Netflix, escuchar Spotify o pasar tiempo en el tu muro de Facebook? La inteligencia artificial ya es parte de tu vida, y la usas más de lo que te imaginas.
No vayamos tan lejos, cuando entras a Google, muchas de las sugerencias que van surgiendo a partir de lo que ingresamos en la casilla de búsqueda, se originan a través de la inteligencia artificial, precisamente ésta inteligencia artificial es la que se encarga de ordenar toda la información referente a nuestra búsqueda en base a un algoritmo bastante eficaz, ¿Tienes un teléfono inteligente y envías mensajes de texto? Ese famoso auto corrector que a veces nos mete en problemas, es otra muestra más de la inteligencia artificial ya formando parte de nuestras vidas, no tan inteligente aún, y a veces metiéndonos en problemas si no revisamos bien lo que escribimos.
¿Queremos ir a algún lado y usamos Uber o Lyft para pedir un auto? La inteligencia artificial nuevamente al rescate para estimar nuestra ruta y calcular el pago que haremos, ¿Alguien dijo Waze o Google Maps? Otra vez, la inteligencia artificial estimando la mejor ruta y calculando los mejores tiempos, así es, la inteligencia artificial ya está aquí, y al día de hoy no nos está esclavizando o apoderándose de nuestras voluntades, por el contrario, en ocasiones nos ayuda a volvernos más productivos ya cometer menos errores, hace nuestra vida más sencilla con dispositivos como los asistentes virtuales, que ponen música, nos buscan información, nos compran boletos, nos ordenan comida, podríamos entrar en un debate y mencionar que poco a poco nos volvemos más dependientes de la tecnología, es correcto, más no sus esclavos, esa, aún es una decisión propia.
Plataformas como Netflix, Youtube, Spotify o Facebook, ya nos sugieren que series ver (Netflix), que videos son similares a los que acabamos de ver (Youtube), que canciones con del mismo estilo de las que nos gustan escuchar (Spotify) en incluso, que personas tienen intereses comunes con nosotros (Facebook), cabe la posibilidad de que nos volvamos adictos a éstas plataformas y aplicaciones, es un riesgo, pero la decisión siempre será de nosotros, y aunque la inteligencia artificial cada vez nos conozca mejor y sea más eficiente en sus sugerencias, al día de hoy, la última palabra la tenemos los seres humanos.
El sueño de muchos visionarios de la inteligencia artificial como Ray Kurzweil, no es la de volvernos esclavos de las máquinas, sino que las máquinas se vuelvan una extensión del ser humano, un medio para hacer más, para aprender más, e incluso para vivir más, así, el día de hoy el teléfono inteligente ya es una prueba contundente de esto, éste aparato e apenas un par de décadas, se ha convertido ya en una extensión del ser humano, ayudándonos de manera eficaz a trabajar mejor, a transportarnos mejor, a estar más informados, mejor comunicados, a planear nuestros días, a estar al pendiente de nuestra salud y nuestra seguridad, no pasará mucho tiempo en que el teléfono inteligente se integre aún más al ser humano, y muy probablemente pronto sean las computadoras, algo que ya hemos visto en las pruebas de Elon Musk y su empresa Neuralink, que busca alcanzar la meta de conectar a un humano con una computadora, para Musk, el futuro de la Inteligencia Artificial puede ser el poder curar enfermedades neurológicas, para Ray Kurzweil va más allá, al sueño de poder trasladar toda su mente a una computadora, para los japoneses se trata de poder crear trabajadores más productivos e incansables o servidumbre para su vejez, mientras que para el Partido Comunista Chino se trata de crear un ente vigilante omnipresente, un “gran hermano” digital, lo cual no suena tan genial.