Estrategia Minimalista

Por: Rolando J. Vivas

Tenía 17 años, y en mi habitación únicamente había un colchón sobre el piso, un radio, y una enciclopedia, disfrutaba mucho la sensación de estar cerca del suelo, de dormir al pie de una ventana y ver el cielo por la noche, de día pasaba mucho tiempo leyendo solamente aquella enciclopedia, me acompañaba la programación del radio (duré años con la misma estación, sin cambiarle), todo el día y toda la noche, por lo general usaba camisas negras (mi papá decía que parecía “fotografía” o que siempre traía puesta la misma ropa, después de todo, los mejores dibujos de Frank Miller eran solo en blanco y negro) , tenía un  par de pantalones y sólo un par de botas industriales que me duraron por años, en tiempo de frío sólo usaba una colcha, por lo que tender la cama era cosa de un par de minutos, vestirme igual, no había mucho sobre que decidir, la comida era cosa sencilla, había desarrollado mi propia dieta de sándwiches cuando mis padres trabajaban y me dejaban solo toda la tarde, a mediodía eran sándwiches de jamón y queso, por la noche, sándwiches de atún, más o menos en esa época desarrollé el hábito de tomar solamente agua (al día de hoy casi es lo único que suelo beber), así que muchas de las cosas alrededor de mi vida las había reducido casi al mínimo.

Me gusta mucho escuchar lo que llaman música minimalista, pocos instrumentos, pocos acordes repetidos hasta el infinito, se trata más de la actitud que de la aptitud para mí, así enloquezco con las furiosas y cacofónicas línea de piano de Philip Glass, más pesadas y rabiosas que el punk rock de los Ramones (Philip Glass incluso tiene una pieza llamada “Mad Rush” algo así como “Prisa Loca”) , y está Glenn Branca, otro músico minimalista (y no estamos hablando del minimalismo “zen”, sino de minimalismo brutal) al que la fascinaba subir el volumen de su guitarra y tocar una y otra vez el mismo acorde sin parar, lo que los llevaba a crear éstos poderosos mantras hipnóticos que suelen ir más allá de la simple música y parecería que se adentran en nuestro ser, el tipo de música que causa “algo” en las personas, que podría gustarles o no, pero que al final no los deja indiferentes, ¿Otro ejemplo del minimalismo musical? Ahí están los Wire y su primer disco Pink Flag, en el cual la banda británica buscaba llevar al rock a su mínima expresión, y de pasada inventaron el hardcore punk, bastante furioso, bastante básico y muy minimalista.

El gimnasio es otra oportunidad para ponernos intensamente minimalistas, porque claro que existen ocasiones en que nos sentimos con indecisos, distraídos, y qué mejor ocasión que ésta para aplicar algunos principios minimalistas, incluso el legendario maestro del entrenamiento de alta intensidad Mike Mentzer (uno de mis mentores) lo promovía, un solo ejercicio, una sola serie hasta el “fallo” es decir, hasta que verdaderamente ya no seamos capaces de mover el peso, por lo general para esto, suelo escoger un ejercicio compuesto básico, compuesto porque incorpora varios músculos, básico porque de ahí se derivan casi todos los demás ejercicios, por ejemplo, la sentadilla, la prensa de pecho en banca o el peso muerto, escojo uno de éstos ejercicios, y solamente ejecuto éste durante todo el entrenamiento por 10 series y nada más (aunque después de la serie 5 parecería que podríamos seguir para siempre), de ésta forma transformo un periodo regular de ejercicio de 90 minutos en 45 minutos (la mitad de tiempo) muy intensos, sin descansos y distracciones, hay estudios que confirman que mover nuestra atención de una cosa, genera un “residuo” que se va arrastrando cada vez que cambiamos de actividad, y reduce nuestra capacidad de concentración o ejecución, así que al hacer el mismo ejercicio durante 10 series, nos garantiza una concentración y ejecución al máximo, por cierto, no es algo para intentarse todos los días.  

Los mejores ejercicios y los que mejores resultados dan, son brutalmente minimalistas y de ahí su efectividad, correr, saltar la cuerda, hacer sentadillas, realizar planchas, ¿Te recomiendan hacer 3 series de planchas de un minuto? Mejor hacer una sola, durante dos minutos y listo, lo que sigue, ser capaces de sumar la intensidad con el ser monotemáticos en ciertos momentos nos ayuda a dar la sacudida que necesitamos para romper la inercia, para avanzar al siguiente nivel, en un día de trabajo normal, podría dedicar sólo un día completo a tener citas con los clientes, a actualizar el catálogo de productos, a no hacer otra cosa que realizar distribuciones a las tiendas, o podría dedicarme a escribir solamente (o a leer todo el día, o solamente a leer un libro sin parar), de esa forma me concentro al máximo, y evito todas las distracciones, entro en el “estado de flujo”, como diría el psicólogo Mihály Csíkszentmihály, uno de mis escritores favoritos, el cual describe éste estado como algo casi hipnótico, completamente absortos y en control  de la actividad que realizamos y obteniendo una satisfacción enrome de ésta, haciendo que las horas se conviertan en minutos, casi mágicamente.    

Cuando consigues incrustar un clavo en la madera de un solo golpe con el martillo, gracias a la adecuada concentración e intensidad, no tiene sentido seguir golpeando más, a menos que queramos romper la madera, así que si somos capaces de hacer solamente una actividad, de forma tan intensamente brutal y con una profunda concentración, sólo se requiere un momento, en estado de flujo, y ya no necesitamos nada más, a veces menos es más.

Advertisement