De la Autocracia a la Autogestión

Por: Rolando J. Vivas

El futuro del mundo será cada vez más restrictivo en todos los aspectos, para actuar, para movernos, para tomar decisiones y hacer planes, lo que significa que debemos ser más creativos, esto aplica también al mundo de las organizaciones y las empresas, en un ambiente que se debate entre la globalización y la reestructuración de las cadenas de suministro o un posible auge del proteccionismo; Así como el  nefasto fascismo amenaza con destruir al mundo como lo conocemos, así, una suerte de autoritarismo amenaza con volver obsoletas a muchas empresas y a hacerlas menos resilientes en medio de la incertidumbre de los mercados globales, hace unos años, los tiempos promedios en que los inversores mantenían su dinero en ciertas acciones, era de años, hoy es apenas de unos días, lo que explica la necesidad de organizaciones agiles y con una gestión completamente diferente, mucho más veloz y eso implica mayor descentralización.

Estudios concluyen que los países con un gobierno autocrático, en el que todo el poder se concentra en una o en muy pocas personas, es una gobierno poco resiliente, más frágil y muy lento para adaptarse a los cambios, anti frágiles diría el escritor Nassim Nicholas Taleb, por lo que éstos países quedan a merced de más crisis económicas, sanitarias, etcétera, y suelen presentar un atraso en temas de desarrollo, lo mismo sucede en organizaciones en dónde el poder, la información y las decisiones se concentran en una sola o en muy pocas personas, las cuales no se sujetan a un sistema de rendición de cuentas, en dónde es mal vista, o incluso castigada la iniciativa de los colaboradores, lo cual resta velocidad a la organización, aniquilando su lado creativo y acabando con la oportunidad de innovar y de madurar por parte de sus colaboradores.   

Mientras los países se ven afectados por el fascismo y sus tres “jinetes”, la autocracia, la ortodoxia y el nacionalismo, las organizaciones y las empresas enfrentan también a éstos mismos jinetes, ¿Somos parte actualmente de una organización autocrática y obsoleta, o de una ágil y moderna organización evolutiva? La autocracia nos habla de esa concentración exagerada de decisiones en una o pocas personas, lo que origina cuellos de botella que hacen lento el avance de las organizaciones, sólo una persona decide y todo tiene pasar a través de ésta, si la persona no está presente, la organización se para, si la persona no sabe, no se toman en cuenta otras opiniones, y si la persona se equivoca, nadie está ahí para generar una crítica constructiva, no hay aprendizaje colectivo, ya que el ambiente de confianza y dialogo es inexistente, así, el empoderamiento es nulo, por lo que los colaboradores no maduran ya que no se les no se les involucra o invita a tomar parte de las decisiones.      

En estas empresas autoritarias, la ortodoxia reina de forma suprema, con procesos múltiples y complejos, poco comprensibles para los colaboradores y reglas en extremo restrictivas que desincentivan a la acción o a la iniciativa, por lo que el colaborador permanece pasivo para evitar tal complejidad, poco a poco la empresa deja de moverse, pierde su flexibilidad y su capacidad de adaptarse, algo que Charles Darwin nos diría, es básico saber hacerlo, quedando atrapada en procesos que no se actualizan y que van haciendo que la organización comience un periodo de obsolescencia que poco a poco los va dejando fuera de mercado y les va restando atractivo para cumplir las necesidades de los clientes, éstas empresas pudiéramos decir que por cuidar los centavos, pierden los pesos.

Si en los países, el nacionalismo es un elemento tóxico, su equivalente en las empresas es el orgullo ciego, que las hace pensar muchas veces que son inalcanzables, superiores a todo y se menosprecia a la competencia, por lo que rara vez se asoman fuera de la organización, como resultado, en ocasiones ésta empresa se aleja de la realidad, comienza a perder piso y a sus clientes, y termina siendo superada por nuevas empresas o no alcanza a captar cambios en el mercado de los que siempre se puede aprender y utilizar como nuevas oportunidades de negocio, podemos preguntar a Kodak sobre cómo dejó ir la oportunidad de volverse líder en la industria de la fotografía digital y de cómo fue superada por muchos otros competidores nuevos.

El fascismo en las empresas  se manifiesta en la concentración de las decisiones en una sola persona, en la inflexibilidad de los procesos y en el creer que no se pueden hacer las cosas de forma mejor o diferente, así, también existe la anarquía, y se le llama autogestión, que consiste en empoderar a los colaboradores, compartir la información a toda la organización, crear procesos sencillos, flexibles y adaptables, así como incentivar el aprendizaje continuo que incluya observar las mejores prácticas de la competencia.

En una en una gran cadena de tiendas de conveniencia se criticaba mucho, e incluso se reprendía a quien era visto en tiendas de la competencia o con algún producto de ellos, era como un acto de alta traición y se hacía burla por parte de los colaboradores y se arriesgaba la gente a una reprimenda por parte de sus superiores, mientras que, cuando trabajar en una gran cadena detallista el director nos decía: “No compres aquí, ve a la competencia, ve que están haciendo, ve que les está funcionando y cópialo.”

Lo que está pasando en el mundo y en los países, lo que los aqueja, nos advierte de lo que puede pasar en las organizaciones y en las empresas y afectarlas, la mejor manera de vencer éstas restricciones es ponernos creativos e incentivar la iniciativa, la flexibilidad y la consciencia, promover la autogestión para aumentar las posibilidades de cambio y adaptación volviendo así más resilientes a nuestra organización.

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