
El “Influencer” Favorito de Francisco
Por: Rolando J. Vivas
La única constante es el cambio, el mundo cambia, y aún instituciones tan conservadoras como la iglesia católica, parece buscar desesperadamente moverse a la par, para no volverse un ente obsoleto ajeno a los tiempos actuales, así, Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco ha buscado la manera para adaptarse a la modernidad, aprender algo sobre Darwin y entender que a pesar de ser una de las religiones más grandes en el planeta, sólo adaptándose a un mundo en cambio acelerado y continuo, podrán sobrevivir, así, el cambio climático, la diversidad sexual, la actual pandemia, el internet, el fútbol y la condena al “neoliberalismo”, se han vuelto parte de su discurso, un discurso que desafortunadamente parecería enfilarse con singular simpatía a una izquierda, que ya conocemos, carente de propuestas, un tanto populista, que lejos de producir un beneficio, le ha ganado muchos detractores en un mundo polarizado, en qué la corrección política y la cancelación cultural se han vuelto elementos de la censura por parte de los radicales de izquierda, y la libertad de expresión se ha convertido en una herramienta de propaganda y odio para la llamada “derecha alternativa”, mundos en los cuales Francisco parecería no saber cómo integrarse a ambos.
Me enteraría de la salida del Papa Benedicto hace ya varios años, mientras estaba corriendo en un parque a las 5 de la mañana y escuchaba las noticias en mis audífonos, actividad que solía realizar casi a diario, algo había cambiado en el mundo para siempre en aquella mañana aún oscura, sería un cambio más, uno de tantos en un mundo de cambios acelerados en el que vivimos actualmente, las causas, serían muchas, muy confusas y poco claras, la especulación sería enorme y hasta una película aparecería años más tarde en Netflix, explicando todo de una manera “políticamente correcta” lo que había sucedido en aquella inaudita sucesión papal, la realidad es que Benedicto, un ultra conservador dentro de la Iglesia Católica, cedía su puesto en vida, para la llegada de Francisco, personaje controversial, argentino (el primer Papa americano), de marcada tendencia hacia la izquierda, pero con un nebuloso pasado que lo relacionaba de forma incómoda con las dictaduras militares en Argentina.
Bergoglio, de inicio, daría muestras de una tendencia a la “austeridad” como su bandera, el gusto por sus viejos zapatos, su rechazo a la ostentación del Vaticano, y a la formalidad de aquella cede, algo que me recordaría al popular expresidente José Mújica en Uruguay (que usaba la supuesta “humildad” como su marca propia), que también usaba una bandera de “austeridad” como característica de su administración, aunque su relación con Tabaré Vázquez, de quien recibiría el poder, y después, curiosamente se lo devolvería, indicaba otra cosa muy diferente, el nombramiento de Bergoglio representaría un cambio que sólo podría describirse como “desesperado” por parte de la iglesia para moverse con los tiempos y no ser rebasa por ellos, y Bergoglio, fiel a sus orígenes jesuitas, buscaría usar su instinto para “subirse al tren” de cambios, a pesar de no ser parte de una organización muy afín a éstos.
Una nueva beatificación, esas que en años recientes se hacen cada vez de forma más acelerada, ha llamado la atención de muchos, Carlo Acutis, joven millenial de 15 años, de origen Italiano, y programador de computadoras y “goloso glotón adicto a la Nutella”, según su madre, se convierte en el primer beato para las nueva generaciones nacidas y relacionadas profundamente con el internet, señalado como “todo un ejemplo” para los jóvenes por su trabajo en internet y en redes sociales, creando una página sobre milagros acontecidos en el mundo, y relacionados a la iglesia católica, Acutis, fallecido de leucemia, sería relacionado a una serie de sucesos aparentemente milagrosos, que lo llevarían a llamar fuertemente la atención de Francisco, al grado de convertirse en el primer santo “millenial” e “influencer” de la nuestra era, cuyo cuerpo conservado por sus fieles seguidores aparece con tenis deportivos y jeans, como si de quien habláramos se tratase de la adaptación de un Mark Zuckerberg para los fines católicos e promover vidas ejemplares entre los jóvenes creyentes, es un curioso intento, muy difícil de comprender, considerado ahora como “el santo patrono del internet”.
El mismo Acutis describía a Internet, como “un sitio muy oscuro, que podría ser transformado para el bien”, así la iglesia católica impulsa la beatificación de Acutis de una forma inusual, e incluso se podría pensar hasta oportunista, al ser llamado “el primer “influencer de Dios”, lo cual no deja de sorprender por la audacia que ha mostrado el Papa para éste nombramiento, en tiempos en que Internet se ha vuelto parte esencial de nuestra vida, y ha probado ser una herramienta fundamental para salir adelante de la pandemia (sin internet, es difícil imaginar cómo se podría resolver y salir delante de la crisis sanitaria y económica), e incluso para seguir evangelizando (con misas por Facebook y otras redes sociales, y actividades religiosas difundidas por WhatsApp), así que pensar que la iglesia se adentre de ésta forma, en el mundo de Internet y los “influencers” a pesar de lo audaz y algo burdo de la maniobra, no resulta tan descabellado.