Adaptabilidad Para Una Era de Incertidumbre

Por: Rolando J. Vivas

“La inteligencia es la habilidad para adaptarse al cambio”

Stephen Hawking

“Cada vez que trato de hacer algo nuevo, me pregunto, ¿Cómo resolvería esto la naturaleza?”

Janine Benyus

Duré aproximadamente unos 5 años en el primer gimnasio al que ingrese, después por temas de la localización de mi trabajo, tuve que cambiarme a otro, a los 4 años a otro, procuraba encontrar un gimnasio cercano a mi área de trabajo con el fin de aprovechar el horario de comida, ir a entrenar, darme un baño, comer rápido y regresar a trabajar, de ésta forma, optimizaba mi tiempo (a esa hora los gimnasios están solos, lo cual me resulta maravilloso) y comía menos, ir de un gimnasio a otro, en un inicio no fue cosa fácil, ya que en un gimnasio gran parte de los que se hace, se basa en la rutina, y cambiar de gimnasio implica en cierta forma, romperla, cuesta habituarse a los aparatos, a las instalaciones, a los espacios, el cuerpo lo reciente, pero también es la oportunidad de llevar a cabo nuevas rutinas, romper la inercia, aprender nuevos ejercicios y usar nuevos aparatos, hecho de la manera correcta, el cuerpo lo agradece y los resultados son notorios, el cambio no es fácil, nos saca de nuestra zona de confort, pero si asimilamos éstos cambios de la mejor manera, terminan beneficiándonos.

Cuando era niño, no podía dormir en otro lugar que no fuera mi cama, iba a dormir a casa de familiares o amigos y eso era lo peor para mí, no podía dormir porque estaba acostumbrado a mi cama, antes de casarme y cambiar de casa, tuve miedo, y pensé muchas veces ¿Podré dormir en otra casa? ¿Podré acostumbrarme a otra cama? ¿Podré acostumbrarme a un lugar y a un ambiente nuevo? ¿Podré adaptarme a ya no vivir solo y vivir con alguien más? Hoy, después de más de 10 años de casado y de vivir en ésta casa, puedo afirmar que la prueba fue superada, adoro nuestra casa y adoro estar junto a mi esposa y mis hijas, todo cambio implica antes temor, miedo a la nueva situación, duda, hay que atrevernos y correr riesgos, sin duda éstos es parte de crecer como personas.       

Por años pensé que viviría en Monterrey toda mi vida, todo cambió tras una plática con un buen amigo, que me comentó algo que puso mi mundo “patas arriba”, lo que mencionó fue que la capacidad de moverse de una ciudad a otra, o de un país a otro, era una habilidad humana del futuro, y que el tema del arraigo era cosa del pasado, claro, se dice que se vota con los “pies”, y que en países como Europa, en donde la movilidad es más sencilla, uno elige el país en el que quiere estar y en el que encuentra mejores condiciones, así, mi idea de arraigo cambió, y sí, estoy convencido que no nace uno para morir en el mismo lugar, si surge una oportunidad, no hay que tener miedo a moverse, no hay que temer al cambio.

En una entrevista que tuve en la radio, en alguna ocasión, me preguntaron sobre mi animal favorito, es una pregunta clásica, muchos hablan de leones, osos, águilas, delfines, etcétera, supongo que mi respuesta no fue la que muchos esperaban, respondí “la cucaracha”, la cara de sorpresa y horror de algunos no se hizo esperar, expliqué que mi respuesta se debía en primer lugar a la novela de Franz Kafka (si, otro de mis héroes), La Metamorfosis, que me gustaba mucho, en segundo lugar, a la enorme capacidad que poseen éstos insectos ara adaptarse a su entorno de manera siempre exitosa, una creatura “anti frágil” en el más puro sentido de las teorías del escritor Nassim Nicholas Taleb, se sabe que luego de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki, las cucarachas fueron de los únicos seres vivos que resistieron sin daños en aquellos desafortunados sitios, si consideramos la importancia de las teorías de Janine Benysus sobre la biomimética, deberíamos poner más atención a las cucarachas, para aprender a hacer nuestras vidas y nuestras organizaciones más adaptables a los cambios.    

Una de las habilidades esenciales del ser humano, si no es que una de las más importantes, es la adaptación, sin ésta habilidad, es seguro que como especie, hace tiempo hubiéramos desaparecido, es importante recordar aquí, las palabras de Charles Darwin, uno de mis héroes de la vida real, que señalaba : “No es la especie más fuerte la que sobrevive, tampoco la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio”, si consideramos que vivimos en un mundo más acelerado, cada vez con más cambios e incertidumbre, es un hecho que la adaptación como habilidad, debiese ser una de las materias obligadas a llevar en la escuela, como preparación para los jóvenes, otra vez las cucarachas, son un gran ejemplo de esa especie, no la más fuerte, ni la más inteligente, pero si la que mejor se adapta.

Los niños tienen una habilidad innata para la adaptación, lo he visto incluso durante la actual crisis sanitaria, son los que mejor se han adaptado al confinamiento, a las restricciones, a los cambios en el sistema educativo, mientras los adultos sufren emocionalmente, sufren depresión por la falta de contacto social, o simplemente les resulta difícil adaptarse al trabajo en casa y a las nuevas demandas laborales que han surgido derivado de el tener que trabajar con restricciones sociales y de movilidad, quítale a un niño sus juguetes y en unos minutos lo verás jugando con una hoja de papel, con tierra o con piedras, quítale a un adulto internet, su iPhone, su sistema o la electricidad, y tendremos a una persona al borde del colapso, paralizada, nuevamente, quienes salen adelante en mejores condiciones, no son ni los más fuertes, ni los más inteligentes.

Para sobrevivir a los cambios y adaptarnos mejor a ellos, debemos entender que se requiere pensar diferente, pensar de nuevas maneras, pensar “lateralmente”, como diría Edward de Bono, en ocasiones implica cuestionarnos a nosotros mismos sobre nuestras propias creencias, y ponerlas en duda, asumir riesgos bajo la consigna que el peor riesgo es no tomar riesgos, y que los experimentos, las nuevas ideas, y los riesgos, siempre podemos asumirlos de manera inteligente, o en equipo, lo peor que puede pasar es quedarnos inmóviles por el miedo a asumir un riesgo, también es importante mantener la mente abierta a nuevas ideas, a nuevas oportunidades, a opiniones diferentes, de ahí que aceptar la diversidad sea parte importante de volvernos cada vez más adaptables, a cada vez tener una mentalidad abierta a crecer, a hacer del aprendizaje una constante en nuestras vidas, y a negarnos rotundamente a quedarnos fijos y estáticos, y por lo tanto volvernos obsoletos.

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