
El Optimismo, Nuestra Gran Arma Secreta
Por: Rolando J. Vivas
A Doris me la habían recomendado mucho como una negociadora y una operadora sobresaliente, cuando llegué con ella, y le dije que me habían hecho muy buenos comentarios sobre ella, se mostró muy sorprendida y me indicó que ella esperaba todo lo contrario, me comentó que se sentía frustrada en su puesto y que ella se veía en el área de ventas, pero que seguía en compras porque no le autorizaron el cambio, más tarde cuando nos tocó negociar algunos temas en conjunto, la vi frustrada ante la negativa de nuestra contraparte a ceder durante nuestra primer petición, cuando otro proveedor nos hizo una primera propuesta, y le pedí negociara y pidiera una nueva propuesta mejora, me comentó, sin intentar negociar, que el proveedor ya no nos daría nada adicional, cuando quise implementar algunos cambios e introducir nuevos productos y proveedores, me comentó que era mejor no intentarlo, ya que dirección no los permitiría, en otra ocasión, cuando asigné a una persona para que la apoyará, me comentó que no la veía apta para apoyarla, la ocasión en que le solicité hablara con uno de los gerentes de ventas, se negó, su argumento es que “no podía hablar con esa persona, ya que siempre peleaban”, lo peor vino cuando implementamos cambios para trabajar durante la contingencia y su primera reacción fue “así yo no puedo trabajar”, en definitiva Doris era una pesimista, y sin dudarlo, una persona así, termina contagiando con su actitud a los demás.
El optimismo es una actitud necesaria para avanzar en ésta vida, Winston Churchill, ministro del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial, decía: “Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad, un optimista ve la oportunidad en cada dificultad”, y vaya que Churchill tenía todo en contra cuando asumió el cargo de primer ministro cuando Hitler amenazaba a toda Europa, no hablo de ir por la vida siendo intensamente ingenuo, pensando que todo nos va a salir bien y que todo es felicidad, se trata de tener la confianza en nosotros mismos de que somos capaces de resolver los problemas y adversidades que se van presentando en el día a día, esto con el fin de irnos llenando de seguridad, lo que a la larga nos hará personas más resilientes y con más empuje y energía, adicional a esto, el positivismo es contagioso, por lo que mostrarnos positivo frente a nuestros compañeros o amigos, ayuda a que ellos a su vez se contagien y podamos crear un mejor ambiente.
Lo que más disfruto en el área de compras, es la negociación, no veo cómo una persona profundamente negativa podría destacar como negociador, la negociación requiere mucho positivismo, tener la confianza de que saldremos adelante con un buen acuerdo, en muchas de las ocasiones nos tocarán negativas por parte de nuestras contrapartes, es entonces cuando debemos insistir y buscar persuadir sin rendirnos, confiando en que podremos lograr nuestro objetivo, entender que una negociación muchas veces requiere varias sesiones, pedir y ceder, y que el “no” inicial, no es el final, todo lo contrario, ese el principio de una negociación, y es aquí precisamente dónde el positivismo es fácil de distinguir de la ingenuidad, la persona positiva confía en sus habilidades y se prepara de más para una negociación, el ingenuo, no se prepara y “cree” que tendrá “suerte”, alguien negativo, sencillamente se negará en primer lugar a negociar, y en segundo, seguramente no hará peticiones ambiciosas, y aceptará la primer propuesta que la contraparte le ofrezca.
Con Doris, aquellos cambios que había manifestado no se podrían hacer, le sorprendió cuando se logró la autorización de dirección, cuando conseguimos mejores negociaciones con aquellos proveedores que “no estaban abiertos a negociar”, que aquella persona, que al inicio no veía como adecuada para asistirla, resulto un valioso elemento y tuvo que admitir que había sido una excelente contratación, y que los cambios que hicimos para trabajar durante la pandemia, al final, había logrado grandes beneficios en temas de productividad y seguimiento, con el resto del equipo convencidos de que la implementación había sido muy beneficiosa, el optimismo por si sólo no resuelve nuestros problemas, pero sin duda nos ayuda a dar el primer paso, muchas veces el más difícil, lo que marca una gran diferencia, ya que el pesimista no se atreve a darlo, y eso nos da una ventaja, y nos hace mejores profesionistas y seres humanos.