
El Nuevo (Des) Orden Mundial que Viene
Por: Rolando J. Vivas
El día en que la vacuna contra el COVID esté disponible de forma masiva, ya no parece estar tan lejano, menos de un año posiblemente, grandes empresas de farmacéutica como Moderna, Pfizer, AstraZeneca y Sinopharm, entre otras, ya están listas para solicitar autorización a las autoridades correspondientes para empezar a comercializar la vacuna, en lo que pareciera indicar que la pandemia ya tiene sus días contados, la gran carrera por encontrar la gran vacuna ha sido una, prácticamente contra reloj, y ha quedado de forma casi completa en manos de las empresas privadas y no de esa la colaboración global que muchos esperaban entre varios gobiernos del mundo, a surgir ante la mayor amenaza a nivel mundial en muchos años, no, no nos hemos vuelto más unidos, tal vez incluso, todo lo contrario.
La gran pregunta que surge ahora es, ¿Cómo se llevará a cabo la complicada logística para la distribución y aplicación de las vacunas a la mayor cantidad de personas de la manera más eficiente? ¿Cuál pensamos que sea la mejor manera de hacerlo? ¿Cuál debiese ser el criterio adecuado para ésta titánica labor?, la empresa Ford, ya se ha adelantado al adquirir aparatos de ultra congelación para resguardar la vacuna y aplicarla a sus empleados, la iniciativa privada sabe y conoce bien la importancia fundamental de tener empleados sanos y está ansiosa de que éstos puedan regresar con confianza a sus operaciones, China, que desde hace ya varios años actúa como una empresa (y a pesar el llamado neo comunismo se a cercan más a lo que muchos llaman “capitalistas salvajes”, con su CEO, Xi Jinping al frente, ha actuado de la misma forma, administrando ya la vacuna de Sinopharm a millones de personas, la llamada “fábrica” del mundo, sabe que no puede parar, y gracias a ello ha logrado recuperarse de forma asombrosa del impacto económico de la pandemia, es posible que ellos sean uno de los pocos países que tengan crecimiento éste año.
¿Quiénes debiese ser los primeros en recibir la vacuna, una vez que haya sido aprobada para el público en general? ¿Los miembros del sector salud, que combaten día a día la pandemia? ¿Los sectores vulnerables como los ancianos? ¿La población económicamente activa? Esa es la gran duda y seguramente será el gran debate que viene ya muy pronto, aunque parece acertado señalar que la iniciativa privada pugnará fuertemente, como ya empieza a hacer Ford y otras empresas, para adquirir la vacuna y aplicarla a sus empleados, muy probablemente esa sea la gran punta de lanza en la lucha contra el virus, ya que el poder proteger a todos los empleados se convertirá en un imperativo para muchas empresas, con el fin de revertir a la brevedad posible los daños económicos que han causado los contagios y los paros en el mercado.
No cabe duda, la importancia de que los empleados del sector salud sean los primeros en recibir la vacuna, considerando que el proceso de distribución y aplicación tardará fácilmente más de seis meses, por lo que la atención a los contagiados sigue siendo imprescindible, pero ¿Quién debe seguir en éste orden? ¿La población económicamente activa, que puede reactivar la economía? ¿Aquellos que realizan muchos viajes y qué día a día se transportan y conviven con otros para realizar sus funciones? ¿O las personas vulnerables, ancianos, diabéticos e hipertensos? ¿Cómo será el papel de los gobiernos involucrados para poder llevar la vacuna a todos los miembros de la sociedad? ¿Qué países podrán hacerlo rápidamente? ¿Cuáles no? ¿Serán los gobiernos realmente eficaces en ésta titánica labor que demandará lo mejor de ellos?