Por: Rolando J. Vivas

Inicio de los años 70s y el rock empezaba a alejarse de los excesos del “Verano del Amor”, suelo señalar que el rock más innovador y creativo se generaba en los EEUU, e incomprendido, viajaba al Reino Unido, en dónde encontraba una dedicada audiencia, popularidad y aprobación, de ahí regresaba a los EEUU ya como una tendencia aceptada, por alguna razón el público inglés lograba mantener una mente más abierta y dispuesta a conocer nuevas propuestas, mientras en Norteamérica, las audiencias eran más conservadoras, y esperaban la aprobación de alguien más para mostrarse abiertas a nuevos sonidos.

No es sorpresa que artistas como Jimi Hendrix, Scott Walker, los Velvet Underground y los Stooges, pudieran alcanzar fama en el Reino Unido, mucho antes incluso de ser conocidos masivamente en los EEUU, un caso más, los Montrose, la legendaria banda de rock del guitarrista Ronnie Montrose, veterano de sesiones con artistas como Van Morrison y Edgar Winter, quien en el año 1973, había logrado decodificar el sonido del rock más estridente de bandas como Led Zeppelin y Deep Purple, y se lanzaba en una aventura para conquistar los EEUU con aquél innovador sonido, la propuesta de Montrose iba más allá del hard rock estadounidense tradicional cómo de los Kiss o los Aerosmith, sin duda nomás a tono con la escena de alta energía en Detroit, encabezada por el demencial Ted Nugent, la sorpresa sería que pocos le prestarían atención, y el disco debut de la banda llamaría poco la atención en aquél año.

Piezas musicales como Rock the Nation, mostrarían un sonido completamente innovador para la época, tomando parte del duro rock inglés, destilando la parte de influencia del blues y traduciendolo en algo más dinámico e intenso, así, piezas como la monumental Bad Motor Scooter, con sus guitarras fuera de éste planeta, y la ejecución vocal carismática en exceso, de un hasta entonces desconocido Sammy Hagar encontrarían eco del otro lado del océano, en dónde bandas como los Judas Priest y los Iron Maiden, que buscaban la fórmula para llevar al heavy metal a su renacimiento, encontrarían en Montrose la clave para relanzar o iniciar sus carreras, así, el incomprendido sonido de la banda, cruzaría el océano para integrarse como parte de ADN de toda una nueva ola de heavy metal inglés.

Una cosa estaba clara, en 1973, EEUU no estaban listos para el sonido Montrose, al grado que Ronnie optó primero por cambiar el sonido de la banda, y después disolverla, pensando que el poderoso sonido que había creado estaba fuera de época y el furor por el rock estridente había quedado atrás, pero Montrose de equivocaba, aunque definitivamente su sonido estaba fuera de época, éste se hallaba 5 años adelantado, y la llegada triunfal de bandas provenientes del Reino Unido, como los ya mencionados Priest y Maiden, y en los EEUU, los Van Halen y los Riot, mostraban que Montrose había creado algo realmente más allá de su tiempo, aunque ni el mismo lo había notado, casi como un científico que no alcanza a ver la magnitud real de su hallazgo, quien tal vez lo entendería mejor sería el productor Ted Templeman, veterano guía de los Doobie Brothers, y que vería en Montrose, el futuro del rock, tanto, que 5 años más adelante buscaría imponer la dinámica de los Montrose en su nuevo hallazgo, Van Halen, incluso sugiriendo al entonces joven grupo que incluyera entre sus filas a Hagar, sugerencia que tomarían en cuenta casi 10 años después.

Ronnie Montrose fue un músico con un indiscutible talento, con una visión única, pero su falta de consistencia lo alejó de la posibilidad de convertirse en el reconocido innovador que quería ser, en algún momento, dudó de lo que había logrado y prefirió bajarse de la ola que había comenzado y que apenas 5 años después sería inmensa, tal vez Montrose quería la satisfacción inmediata y esa fue su perdición, la paciencia y la consistencia lo hubiesen llevado sin duda a la cima del estrellato del naciente heavy metal de los 80s, con bandas como Van Halen, fanáticos que dolían tocar Make It Last en sus primeras presentaciones en vivo, o los Motley Crue, cuyo vocalista salió de las banda Rock Candy, nombrada así por uno de los temas más populares del disco debut de Montrose.

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