
Por: Rolando J. Vivas
Cuando me preguntaron la semana pasada sobre el avance de mis hijas con respecto a las clases en línea, comenté que ellas iban muy bien, por lo general los niños son más flexibles y más ágiles para adaptarse a los cambios, no se aferran tanto a lo pasado y suelen emocionarse con lo nuevo, esa es una gran ventaja, debí decir que mis hijas han aprendido a trabajar frente a una computadora, lo cual definitivamente es difícil incluso para un adulto, me queda claro que tomar clases en casa les ha ayudado aprender a concentrarse mejor y a ser más responsables, aunque a cambio de ésto estén perdiendo su habilidad para socializar, luego de casi 1 año de que se suspendieron las clases presenciales, situación que me preocupa, ya que está habilidad nos falta a muchos adultos, y hoy en dia es un problema aún el aprender a comunicarnos y entendernos, por lo que el problema se hará mayor después de éste año perdido en temas de sociabilidad para los niños, el futuro del país.
Mis hijas son afortunadas, ya que como otros tuvieron por lo menos la oportunidad de continuar parte de sus clases en linea, no así muchos otros millones de niños que tuvieron que suspender sus clases, algunos de forma momentánea, por ya casi un año, otros de forma definitiva, hablamos de varias generaciones que verán afectado su proceso educativo, muchos en sus primeros años de escuela, apenas aprendiendo a leer y a escribir, de forma que difícilmente podrán superar, en algo que definitivamente se le debió poner más empeño para sacar adelante y ser rescatados del atraso en el que simplemente se les abandonó.
México es un país de contrastes, y claro, de desigualdad, y sin duda el tema educativo, aunque muchos crean que son solo niños y que sólo es un año, creará una herida profunda de repercusiones más adelante, de dificultad de aprendizaje, de abandono de estudios, de falta de capacitación para realizar un trabajo, de desempleo, de crimen, de inseguridad y de más resentimiento social, aunque algunos piensen que la pandemia vino “como anillo al dedo”, para muchos, aunque aún no lo sepan, ha sido un clavo en el ataúd de sus oportunidades de superarse y de salir adelante, por lo que ésta pandemia traerá como consecuencia muy grave, más desigualdad