
Por: Rolando J. Vivas
Está claro que una vez que termine la pandemia las cosas serán muy distintas en la relación cliente-negocio, y es que podemos afirmar que el cliente ha sido expuesto a una nueva experiencia muy distinta a la que conocía hace apenas un año y unos meses, la pandemia se convirtió en un acelerador el mundo del comercio electrónico, que apenas empezaba hace un par de años, aceleró más de lo que imaginábamos y se integró a nuestras vidas de una forma permanente, hoy, comprar por Amazon o Mercado Libre es más común que nunca antes, pedir por Rappi, Didi Foods o Uber Eats es la norma en oficinas y hogares a mediodía, y hacer el súper en unos minutos en las plataformas de Soriana, Walmart o HEB, ha dejado atrás a la forma antes tradicional de surtir la despensa, por si fuera poco, las redes sociales se han integrado más que nunca a nuestras vidas, proporcionando el espacio para más interacciones no sólo sociales, sino incluso comerciales.
Sabemos de la importancia de poder reactivar las tiendas físicas, pero éstas probablemente ya no podrán subsistir por sí solas, y tendrán que existir a la par del modelo tecnológico que se adoptó durante la pandemia, así, el modelo omnicanal se convertirá en algo tan cotidiano en nuestras vidas, que permitirá robustecer nuestra economía robusteciéndola y volviéndola más y más eficiente, los pedidos en linea desde nuestros teléfonos y las entregas a domicilio o para recoger, harán más ágil y sencillo nuestro día a día, los más jóvenes lo verán ya como parte de su vida y los adultos a medida que envejecen lo verán como una gran ayuda, así, los jóvenes exigirán un servicio ágil y siempre disponible las 24 horas, cómo lo hacen las plataformas de streaming, mientras los adultos mayores podrán tener una ayuda más para obtener lo necesario para su rutina diaria sin salir de casa.
Algunas tiendas de las llamadas de conveniencia intentarán aferrarse al viejo modelo, no cambiar y pensar que todo seguirá igual y que vendiendo bebidas y botanas podrán subsistir, otras aprenderán del pasado, entenderán el presente y se adelantarán al futuro convirtiéndose en verdaderos mini “hubs” logísticos, comerciales y tecnológicos, empezando por ofrecer servicios de entrega avanzada de “último kilometro”, para el barrotes conveniencia, para un catálogo más extenso disponible en línea las horas,
para plataformas de comercio social,
servicio de paquetería, transacciones financieras, estaciones para “gamming”, contacto para abordaje de Uber y otros servicios de transportación personalizado, y ampliando cada vez más su oferta al cliente, usando su personal para crear contenido constante y cercano a través de redes sociales, creando “influencers” internos e invitando a los clientes a crear contenido y referencias a cambio de descuentos por consumos.