Por: Rolando J. Vivas

Estoy convencido que la vacunación es la mejor arma que tenemos al día de hoy para combatir al virus del COVID, la llamada “inmunidad de rebaño” tardaría muchos años en llegar por sí sola y la mejor forma de acelerar éste proceso es mediante la aplicación del mayor número de vacunas a la población. Es importante señalar que la vacuna no nos hace inmunes al virus y que vamos a tener que seguir cuidándonos un par de años más, no obstante, la forma de estar más seguros es vacunando a la mayor parte de la población lo antes posible.

A diferencia de otras vacunas, las del COVID llegaron en tiempo récord. Aunque para algunos ésto sea una señal de alarma, también es una señal de los avances cada vez más rápidos de la ciencia. Una vacuna que no inocula el virus debilitado, sino que aumenta los anticuerpos del individuo con el fin de aumentar las posibilidades de enfrentar exitosamente al virus. Una vacuna desarrollada de forma diferente que pudiera incluso ser clave para curar otras enfermedades como el cáncer. A pesar de ésto se han reportado muertes por COVID en individuos ya vacunados, pero aquí cabe señalar que el mayor número de muertes se sigue registrando en personas no vacunadas.

El viernes acudí a aplicarme la primera dosis de la vacuna Astra Zeneca. Por mi trabajo tengo que estarme moviendo constantemente de una ciudad a otra. Por ésto no pude acudir a vacunarme a la ciudad en dónde vivo en el tiempo que estuvo disponible, tampoco había podido aplicarme la vacuna en la ciudad en la que trabajo. En días pasado estaba preocupado pensando en cómo y dónde podía aplicarme la vacuna y no perder la oportunidad. Las ventanas de tiempo y la metodología aplicada por el gobierno no ha sido las más apta al día de hoy.

Como lo he señalado en otras ocasiones, pienso que el avance en el programa de vacunación en el país ha sido muy pobre, mala organización, poca información y mucha manipulación. Primero se minimizó el impacto de la pandemia, después se actuó muy tarde en la adquisición de las vacunas, el gobierno estableció un monopolio con las vacunas y por si ésto fuera poco, se buscó sacar provecho electoral de la vacunación. No es sorpresa que México esté entre los primeros 5 lugares de letalidad del virus a nivel mundial.

El programa de vacunación en el país ha dejado bastante que desear, compras de vacunas a empresas fantasma, uso de vacunas consideradas de poca efectividad, aplicación de vacunas solamente a ciertos sectores de la población. El gobierno llegó a presumir aplicación de vacunas récord en días previos a las elecciones de Junio, a partir de ahí, el avance se ha vuelto muy, muy pobre y como consecuencia, el número de contagios ha empezado a crecer una vez más.

Hace unos meses señalaba que ante la pobre ejecución del gobierno para aplicar las vacunas, sería la iniciativa privada quienes habrían de lograr importantes avances, y aunque la disponibilidad de vacunas a nivel internacional ha impedido un mayor avance, algunos organismos privados han hecho lo suyo. Así, empresas privadas como Cemex y Femsa, han aplicado vacunas a sus empleados en programas independientes a los del gobierno, otros organismos como la Canacintra han coordinado a varias empresas para vacunar a sus empleados.

El viernes que me vacuné, fue en la instalaciones de un enorme parque industrial en un evento organizado precisamente por la Canacintra, personal de varias empresas llegaron en camiones particulares, el proceso fue bastante rápido y en menos de media hora ya estaba vacunado, un ligero dolor en el brazo fue el único síntoma al momento, aunque en la noche tuve dolor muscular y escalofríos  para el día siguiente ya éstos habían desaparecido.

Los EEUU han admitido ya que no alcanzarán su meta de vacunar al 70% de la población adulta para el 1 de Julio. El plan B para resolver ésto parece aún más ambicioso y audaz, llevar la vacuna de puerta en puerta para buscar alcanzar la meta antes de que Julio termine, algo que se pone casi a la par con países con un sector salud robusto y altamente desarrollado. Las vacunas de Pfizer y de Astra Zeneca al día de hoy son las que se convertirán en la punta de lanza confirmada para combatir al virus, incluso para su variante delta.

China y Rusia por otro lado, sufren un fuerte revés luego de que vacunas como Cansino y Sputnik han sido catalogadas por la misma OMS como ineficaces para combatir al virus. Esto cuando precisamente China y Rusia usaban las vacunas para aumentar su influencia política y comercial en otros países, países que hoy en día, luego de aplicar dicha vacunas, están sufriendo fuertes rebrotes del virus.

En México éstas vacunas se utilizaron de forma poco eficaz, aplicándola a sectores como el de magisterio en ciertos estados del sur para promocionar un regreso a clases que resultó fallido, vimos al canciller de relaciones exteriores en Rusia agradeciendo incluso por vacunas que ahora sabemos, no son efectivas. Agreguemos a eso que la aplicación de la vacuna por parte del gobierno ha sido muy deficiente y encima, se han regalado vacunas a otros países para buscar ganar influencia, en un gesto hipócrita que deja en desamparo a muchos mexicanos.