Por: Rolando J. Vivas

La escasa votación ejercida éste domingo 1 de Agosto en el país, durante la primer consulta nacional ciudadana no le resta nada de su carácter histórico. Es la primer consulta a nivel nacional realizada por el INE para conocer la opinión de la los ciudadanos con respecto a un tema determinado. Realizada de una manera adecuada y con la transparencia y legalidad correspondiente las consultas populares o ciudadanas, debiesen ser ejercicios realmente democráticos que ayudaran al buen gobierno de un país.

Desafortunadamente, éstas consultas o referéndums, en épocas recientes se han convertido en una de las herramientas favoritas de los gobernantes populistas que abusan de éste instrumento para obtener beneficios políticos y electorales. Basta recordar eventos como los sucedidos en Grecia y en el Reino Unido, en el que situaciones realmente lamentables se han presentado derivados de éstas consultas amañadas por políticos que buscan solamente un interés personal.

Decisiones como el pago de deudas y la desvinculación de la Unión Europea han sido lamentables eventos ligados a éstas consultas o referéndums, en los cuales gobernantes evaden su responsabilidad de tomar decisiones y asumir costos políticos y consecuencias. En su lugar, éstos gobernantes “se lavan las manos” y dejan las decisiones en manos del ciudadano común, muchas veces mal informados o desinformados al respecto.

Muy criticada resultó la “pregunta” de la consulta ciudadana, al grado que la reconocida publicación The Economist señalaba que dicha pregunta parecía haber sido redactada por el comediante Cantinflas, conocido por su peculiar, vago y redundante estilo de hablar. La aparente intención de la consulta, se manejó como que sería para decidir si habría que seguir proceso a los presidentes anteriores al actual.

La gran controversia de ésta consulta se origina en el hecho de que el poder ejecutivo pareceria estar consultando si hacer o no, cumplir la ley, cosa que resulta sumamente cuestionable. Si se cuenta con pruebas y elementos suficientes para vincular a proceso a los ex presidentes, esto no debería ser puesto a consulta, sino que sería el deber de las instancias correspondientes el de hacer cumplir la ley.

Lo que en realidad pareciera ser ésta consulta, es un ejercicio de censo de lealtad de los votantes hacia el presidente, un ejercicio de “popularidad”, como tanto les gusta a los populistas. Recordemos que el presidente en las elecciones de Julio del 2018, logró 30 millones de votos para su partido, en las elecciones intermedias de Junio del 2021, consiguió 16 millones de votos, misma cantidad de votos que pudiéramos considerar su voto “duro”, mismo que le ha acompañado casinos 18 años.

Lo relevante de la consulta es que sólo se hayan logrado un total de 7 millones de votos, de allí, una minoría fue en contra y otros anulados. Lo que seguramente ha mandado al presidente una señal de alarma muy grave que indica que se ha erosionado fuertemente su base de votantes. El 97% voto SI en la consulta, menos de 7 millones de votos a favor de la propuesta del gobierno. Aunque aquí la señal clara es que el voto “duro” del presidente ya no es lo que se creía.

Si, a nivel de convocatoria, la consulta ha sido un rotundo fracaso. La ciudadanía pareciera estarle enviando un mensaje muy claro de rechazo al presidente. Apenas el 7% del padrones electorales manifestó su opinión. Sin embargo, cabe señalar que uno de los objetivos principales de la consulta, era poner a prueba la capacidad operativa del aparato de gobierno y realizar un diagnóstico lo más certero posible de la realidad que enfrenta el presidente rumbo a la segunda consulta nacional a llevarse a cabo en el mes de Marzo del 2022,en la que el presidente se someterá a consulta su mandato. Seguir adelante o la revocación de éste.

Los conteos de porcentaje de participación ciudadana dan claros datos de en dónde están funcionado de forma más efectiva los operadores electorales del gobierno,  destaca Tabasco y Tlaxcala con porcentaje de votación de hasta el 11%, aún muy baja, y por el lado contrario, participaciones de menos del 3% en Chihuahua y apenas el 3.5% en Nuevo León. La señal para el gobierno debe ser altamente, ya que a pesar de destacar en el Sur, la capacidad de convocatoria que ha presentado la consulta del presidente ha sido mayoritariamente desestimada.

Si en algún momento, las elecciones de Junio no fueron los resultados que esperaban, ni el gobierno, ni la ciudadanía, ésta consulta muestra números muy alarmantes para el gobierno. Ya que como ejercicio electorero ha mostrado muy poco músculo por parte del gobierno, y no concluye nada destacable para ninguna entidad. El partido oficial difícilmente podría sentirse conforme con ninguno de los resultados y está claro que ninguno de sus operadores está funcionando de forma adecuada. Más de 500 millones de pesos se invirtieron en realizar ésta consulta y con un 7% de participación  el ejercicio no puede calificarse como un triunfo. Es una pena que una situación obligatoria para el gobierno se someta a consulta y sobre todo que gran parte del país ha puesto de manifiesto que en medio de la pandemia, la falta de creación de empleos y una crisis en el sector salud, el tema puesto a consulta es irrelevante y prueba que una vez más, el actuar del gobierno sigue dejando mucho que desear.

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