Por: Rolando J. Vivas

No cuento en peso que levanto en cada ejercicio en el gimnasio. Se más a o menos cuantos discos puedo mover y voy cargando poco a poco la barra. Cuando me preguntan por el peso que muevo en cada ejercicio no se que responder, supongo que me veo ridículo haciendo cuentas. Muevo el peso que puedo mover y nada más. Muevo el peso que tengo ganas de mover ese día. Tal vez algunos días muevo menos dependiendo de cómo me siento. Principalmente cuido no sentirme mal o hacerme daño. Por lo general visualizo unas horas antes el peso que voy a mover. Los discos, no el total del peso. Si puedo realizar 5 o 6 repeticiones, me visualizo haciendo 10 y por lo general el truco funciona. No me visualizo haciendo menos. Y si por alguna razón no funciona. Me siento bien de haber hecho algo. Algunos se desmotivan o simplemente prefieren no hacer nada. Algo es mil veces mejor que nada.

Llámale actitud, llámale creer en uno mismo, llámale fe. Unos la tienen, otros no. La fe mueve montañas. La actitud también. Es un truco sencillo, es creer que uno puede. Es pensar que nada es imposible. Es alterar y distorsionar la realidad. No cualquiera puede. Parece un truco de magia. Pero no siempre fue así. No la tenía conmigo antes. Solían decir que tenía mala actitud y así era. Me dijeron que era reacio al cambio y así era. Hasta que cambié. Hasta que cambié la mala actitud por la buena. Hasta que aprendí a crear mi propio campo de distorsión la realidad. Hasta que aprendí a hacer posible lo que otros de entrada pensaron era imposible y hasta que aprendí a disfrutar ver la cara de los demás cuando lo imposible se hacía realidad.

A veces tengo cuidado con el numero de repeticiones que programo en mi mente antes de un ejercicio, porque por lo general se vuelve realidad. La mente domina al cuerpo. Lo que la mente puede visualizar y “sentir” se vuelve realidad. Es cuestión de tener la actitud adecuada. “Actitud, tienes una actitud jodida, no puedo creer lo que me dices.” Así va una canción de los legendarios Misfits liderados por Glenn Danzig. Danzig un tipo que salió del underground estadounidense y logró que sus canciones fueran grabadas por ídolos como Johnny Cash y Roy Orbison. “Esto no se puede”, “Esto es imposible”, “Esto ya lo hicimos antes y no funcionó”. Gente con mala actitud. Gente que se derrota desde antes. Gente que teme salir de la rutina, dejar su zona de confort. Gente que tiene miedo a los cambios. Así fui yo hasta que decidí cambiarlo. De otra forma lo que he podido hacer jamás hubiera pasado.

Hacer sentadillas con barra es brutal. Por lo general el rack siempre está desocupado. A pocos les gusta hacer sentadillas. Las hacen los viernes porque prefieren dejarlo para al último. Me gusta hacerlas el lunes. Lo primero que hago en la semana son sentadillas. Trágate primero el sapo más grande, así lo demás será más sencillo. Si haces lo más difícil primero. Cuando estás más descansado y fresco el resto será más sencillo. Hacer sentadillas no es fácil. Hacer 10 series de sentadillas es brutal. Pero es el número de series que recomiendo si de verdad quieres ver cambios. Hacer 10 series para mi es duro. ¿Pero sabes qué? Después de la serie 5, el resto resulta muy sencillo, y al final, la satisfacción es enorme. Por eso voy al gimnasio. No para ser Arnold Schwarzenegger, sino para salir satisfecho conmigo mismo de haber superado mi anterior entrenamiento. Esa es la actitud. Mejorar aunque sea un 1% diario. Al final del año seremos mas de 3 veces mejores. El efecto acumulado.

Si, Steve Jobs era un idiota en ocasiones, y más si es interpretado por el nefasto Ashton Kutcher, pero si el fin justifica los medios, Steve Jobs fue un genio. Cambió el mundo de las computadoras para siempre y encabezó una revolución tecnológica sin precedentes. Sin ser un genio de la computación como Bill Gates, creó una empresa líder a nivel mundial a partir de un proyecto salido de un garaje. Fue más allá de los deseos del consumidor. Supo resolverle los problemas a sus consumidores aún antes de que éstos mismos supieran que los tenían. ¿Para qué esperar a que el cliente pidiera un caballo más veloz, cuándo les podía ofrecer viajar a la velocidad de una computadora? ¿1000 canciones en el bolsillo? ¿Imposible? ¿Convencer a las gigantescas discográficas de que el futuro es la música digital? Jobs lo hizo posible. Actitud.

Hoy es lunes, olvidé los audífonos, tengo años escuchando música cada vez que hago ejercicio, hoy salí de la casa y olvidé traerlos. Opté por no regresar por ellos. Antes, ésto hubiese implicado un desangelado entrenamiento. Hoy se que con o sin música es lunes y vamos contra corriente. Es lunes y vamos contra las apuestas. Si para muchos el lunes es el peor día de la semana, para mi es el más retador, así que hay que darle para adelante. Cuando terminó el entrenamiento ha sido muy bueno. Programé previamente varios números altos de repeticiones y los he alcanzando. Lo que no programas previamente, no sucede. Así es como se logra un buen entrenamiento, logrando primero un buen entrenamiento en la mente. Sabiendo desde horas antes lo que va a pasar

Werner Herzog no estudió dirección de cine en ninguna escuela. Sabia lo que quería. Leyó algunas páginas sobre cine en una enciclopedia y estaba seguro que eso era todo lo que necesitaba. Robo una cámara y empezó a grabar escenas. Buscó un trabajo para poder pagar lo necesario para sus primeros cortometrajes. Lo que más me gusta es leer y escribir. Trabajo para poder tener libros que leer y tiempo para escribir. Cubre tus necesidades básicas primero para que puedas dedicarte a lo que más te gusta hacer. El fin justifica los medios. Dedicate a algo que te inspire viaja, duerme en otra ciudad, toma la carretera, trabaja en lo que nadie más pensaría en trabajar. Herzog así se convertiría en uno de los cineastas más grandes de la historia. Actitud pura. Sus legendarias películas repletas de seres de ambición desmedida logrando lo que muchos pensaban imposible.

Puedes tener todo el talento del mundo, pero sin la actitud probablemente no lo lograrás. He conocido y contratado gente maravillosa con una actitud enorme y me han hecho la persona más orgullosa del mundo porqué los defendí cuando me decían, “no son aptos para el puesto”, Tal vez no lo eran, pero les sobraba actitud. ¿La tienes o no la tienes? No te sorprenda si las cosas no pasen a pesar de que seas la persona más apta. Mejor alguien con toda actitud, porque esa persona no se detendrá ante nada, y los fracasos sólo la harán más fuerte. Puede ser un día muy complicado y lleno de dificultades. Eso no lo podemos decidir. Lo que podemos decidir es nuestra actitud al respecto. Nos rendimos o salimos a darlo todo. A veces, incluso, lo peor del día está solamente en muestra mente, así que la mayor parte del tiempo, la decisión es sólo nuestra.

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