Por: Rolando J. Vivas

Para un partido político, como el español Vox, la simbología es parte importante, y así lo maneja en sus informes y presentaciones, conceptos como el nacionalismo, el imperialismo, la conquista, la monarquía y el franquismo, son parte esencial de la mística de éste partido relativamente de nueva creación, que ha aprovechado el espacio que ha dejado un partido tradicional de derecha como el Partido Popular, que ha tenido que moverse al centro para contrarrestar los embates de los partidos (además de involucrase en varios escándalos de corrupción) como el PSOE y Podemos, quienes han ido alejando el discurso político del centro. Algo similar ha sucedido en otros países de la Unión Europea, en el Reino Unido, esto propició el surgimiento del partido UKIP, cuyo único objetivo era lograr la salida del RU de la UE. En Italia, el fuerte crecimiento de la Liga del Norte, ahora sólo la Liga, que ya ha encontrado otros partidos afines aún más enraizados en el histórico fascismo de Mussolini (Los Hermanos de Italia). En Alemania, la innovadora alianza centralista entre los partidos tradicionales de derecha e izquierda, que impulsaron la candidatura de la canciller Angela Merkel, ha visto crecer ha partidos de naturaleza más radical, como el AfD de ultraderecha y el Partido Verde, con una agenda más radical ubicada en la izquierda. Tal vez Francia ha resistido mejor el embate, colocando a un candidato puramente de centro como Emmanuelle Macron, aunque fuimos testigos de una ultra derecha que ha cogido más fuerza, representada por el Frente Nacional de la familia Le Pen, y una izquierda más radical, encabezada por Jean Luc Mélenchon, incluso dispuesta a apoyar en un populismo integral a la ultra derecha. Así, pareciera que en Francia ya sólo el centro resiste y los lejanos extremos, que como en la herradura, están dispuestos a unirse en su contra. mientras los partidos políticos tradicionales se han borrado.

En el caso de Vox en específico, a pesar de ser parte de éste grupo de ultraderecha europea, el despegue no fue igual que los vistos en países como Hungría, Polonia, Italia, Francia y Alemania, Vox tardó en despegar, veíamos a los líderes de Vox codearse con Le Pen, con Salvini, con Orbán, pero nunca al frente, la ultra derecha en España tardó en prender a la gente y también en conectar con la vanguardia de ultra derecha, en esencia, porque Vox no es una ultra derecha de vanguardia. Vox aún siguen enraizados precisamente en el pasado, en la monarquía, en el franquismo, algo que seguramente debe causar una fuerte aversión en personajes como Viktor Orbán, Jaroslaw Kaczynski, Marine Le Pen o Matteo Salvini, hablar de pasados imperiales, reyes y fascismo debe ser algo que debe causar mucha gracia a la ultra derecha de vanguardia hoy en día, sin duda forma parte de su pasado, pero es un pasado que han sabido ocultar en lo más profundo de sus orígenes, y precisamente esa es la razón principal de su éxito de hace unos años. Dentro de una ultra derecha de vanguardia en Europa, Vox es el alumno más atrasado, el más retrógrada, el que menos apunta al futuro, el que más se aferra a su pasado, “el patito feo”. Aun así, permanecen cerca pero en la sombra, si en algún momento el proyecto de ultra derecha vuelve a tomar fuerza en Europa, tal vez le sean útiles a Le Pen (sobre todo), a Orbán o a Salvini (o tal vez a Vladimir Putin, quien definitivamente se cuece aparte, a Putin la ideología de izquierdas o derechas le es indiferente, su única ideología es el nacionalismo, de ahí su conexión con partidos radicales o de extrema izquierda o derecha). Tal vez.

En su momento, el partido español de izquierda radical Podemos (con algunos conocidos lazos con la tristemente célebre ETA, se dice incluso que Podemos nació no directamente de la Eta, sino de grupos afines a ésta organización terrorista) cobró fuerza aprovechando espacios dejados por el tradicional partido de izquierda el PSOE, que se había movido al centro, no dejaban de ser una anomalía considerando que tras la caída del Muro de Berlín los partidos de izquierda radical habían desaparecido o se habían vuelto figuras muy marginales, sin duda aprovecharon el surgimiento de Syriza en Grecia, el primer partido de izquierda radical en conseguir el poder por la vía democrática en décadas (tal vez desde que Salvador Allende se convirtió en presidente de Chile en los 70s), Podemos aprovechó ese impulso y comenzó a crecer aplicando las enseñanzas de mercadotecnia digital que había dejado en los EEUU la campaña populista de Barack Obama. Aún más allá, Podemos no sólo se conformó con el vínculo con Syriza, sino que empezó a buscar vínculos transatlánticos encontrando eco en la Venezuela de Hugo Chávez. Curiosamente, en Venezuela, los “asesores” españoles de Podemos eran tratados como “reyes”, Podemos tenía una oficina contigua a la de Hugo Chávez. Eran poderosos generadores de ideología y por ello necesarios y muy bien pagados por Chávez. Se dice que parte de la estrategia de la nueva ultra derecha, ha sido la de aprender de la capacidad de establecer redes internacionales que tradicionalmente ostentaba la izquierda, redes como la Internacional Socialista, o el llamado Foro de Sao Paulo. Ahora vemos una suerte de Internacional Ultra Derechista encabezada principalmente por Orbán y Salvini que llegó a tender lazos con el Partido Republicano en época de Trump, o los torpes intentos de Vox por establecer su Foro de Madrid como contra parte al de Sao Paulo (tan malo uno como el otro).

Por esto es que no es extraño que Vox haya decidido apuntar sus baterías hacia México y que uno de sus líderes, Santiago Abascal haya aceptado la invitación de Senadores del Partido Acción Nacional (PAN, entre ellos Víctor Fuentes, nefasto senador Panista que dejó su bancada para contender por Morena para alcalde de Monterrey, y después, sin ninguna vergüenza regreso al senado con el PAN, en uno de los casos más lastimosos que conozco de prostitución política) para visitar el país, A Vox le obsesiona el pasado, tanto como al actual presidente de México, a Vox le obsesiona el imperialismo y la conquista, tanto como al presidente de México ¿Qué mejor momento para crear controversia y hacerse publicidad? ¿Qué mejor momento que jugar al “contrario” y obtener fama adicional? ¡El mejor o el peor momento?. Un muy triste momento para el PAN, mucho se puede decir de sus orígenes, o de sus grupos marginales afines al fundamentalismo católico y a la ultra derecha, aún así, se puede hablar de un partido que en su momento representó la posibilidad de hacer frente a las iniciativas socialistas de Lázaro Cardenas, el verdadero fundador del PRI y un admirador de Joseph Stalin. De un partido que logró convertirse en una oposición real ante la dictadura del PRI y un partido que logró abrir un espacio democrático en el país en el año 2000. Ese PAN que tanto teme el gobierno actual y al cuál ve como único opositor y que posiblemente ha logrado los mejores resultados económicos en estados como Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Yucatán. Ahora, en un momento clave, parece que el PAN se ha quedado sin rumbo, hoy parece más perdido que nunca y más desesperado. Tanto que ha optado por combatir la estridencia con la estridencia, el “fuego con el fuego” dirían algunos, ¿Qué queda cuando sólo se escupe fuego de todos los frentes? Cenizas.

Por años el PAN recibió acusaciones, “no falsas, pero exageradas” de sus orígenes nacionalistas, de su radicalismo religioso, y de su “populismo de derechas”, hace unos días pareció que el PAN gritaba, “es cierto y puedo ser peor”, Así se vio el PAN, o parte de los Panistas orgullosos de su reunión con el partido xenófobo, nacionalista y de ultra derecha de España, Vox. ¿Dónde quedó ese PAN que se presumía de liberal, democrático, moderado y moderno? Se perdió, tantos llamados de atención que se le hicieron al gobierno actual por asociarse al nefasto partido de ultra derecha Partido Encuentro Social (o Solidario), el PES, para ahora ver que el PAN amenaza con convertirse en algo igual o peor. Claro, en todos los partidos hay fracciones moderadas y radicales, pero hoy sabemos que esas fracciones radicales le hacen un gran daño al PAN, claro, avivan fantasías de los radicales, pero no suman a la necesidad de un centro fuerte, moderno y democrático que gobierne con sensatez en tiempos de estridencia. Hoy la gente acusa de extremismo de izquierda y de derecha, pero no nos damos cuenta que lo que se ha llevado al extremo es el nacionalismo, el victimismo, el buscar enemigos externos, algo que sólo aboga a la polarización y a la radicalización. Algo que va totalmente en contra de la democracia que tanto ha costado alcanzar en el país. El gobierno podrá acusar fuertemente al PAN de su alianza con un partido de ultra derecha y xenófobo, como Vox, pero el gobierno también se ha asociado con el PES y con el conservador Partido Verde, y con la Iglesia de La Luz del Mundo de Nasson Joaquín García, acusado de múltiples casis de violación, y por si fuera poco, también nos ha dado muestras de su xenofobia al actuar brutalmente contra los migrantes en la frontera sur, en escenas escalofriantes que nos recuerdan lo que veíamos hace unos años cuando migrantes de Medio Oriente atravesaban Europa del Este para llegar a Alemania tratando de huir de la guerra.

La visita de Vox a México será una cicatriz (otra) que le costará mucho al PAN borrar, ha sido una experiencia en vivo y ha sido documentada en las redes, se habla de una lucha contra el comunismo, pero la excusa resulta por demás lamentable, el comunismo dejó de existir de forma amenazante hace décadas (el Partido Comunista nunca pasó de ser una referencia minúscula en México), y las opciones de izquierda existentes hoy en día, no requieren se combatidas con un ente peor en contra posición, usar la fuerza bruta para pelear contra la fuerza bruta no es la estrategia más inteligente. Ya en algún momento Hitler, Mussolini y Franco se “unieron” para luchar contra el entonces amenazante comunismo y los nefastos resultados son por demás conocidos. La imagen de hombres barbados llegados del Viejo Continente, tratados con tanta vehemencia y admiración, para rescatarnos del “yugo comunista salvaje”, parecería el tipo de fábula que sólo alimenta a la narrativa populista y nacionalista que tanto busca el gobierno del país hoy en día. Es algo que aviva el sentimiento nacionalista en aquellos que se dejan llevar más por primitivas emociones que por quienes privilegian el razonamiento. No deja de ser una estrategia primitiva para avivar la polarización. Es algo que nos aleja y mucho de entender que nuestro verdadero problema es que hemos adoptado el nacionalismo como una religión. Y que seguimos inmersos en una narrativa que nos inculcaron desde niños, buenos y villanos, nacionales contra extranjeros, en realidad no hemos evolucionado ni superado narrativas simples y maniqueas de la primaria o del catecismo de los domingos.

El partido oficialista de izquierda usa símbolos católicos para seducir a los votantes más conservadores en un país principalmente religioso. El mismo nombre de Morena hace alusión a la Virgen. Su registro como partido político un día 12 de Diciembre. ¿Cuántas veces no hemos visto al presidente comiendo con un cuadro de la Virgen de Guadalupe a sus espaldas? ¿Cuántas veces no ha pregonado el presidente, de raíces españolas, por cierto, sobre imponer una moral a través de su cartilla? El mismo ha afirmado que el 12 de Diciembre es la celebración más importante del país. ¿Querrá, ésta supuesta izquierda vendernos una imagen del presidente cómo una especia de cura Hidalgo moderno? Predicador, agitador de masas, descendiente de españoles y enarbolando un estandarte de la Virgen de Guadalupe. No hay que olvidar el pragmatismo casi “jesuita” del Socialismo del Siglo XXI que nos trajo a un Militar en Venezuela (Chávez), a un líder sindical en Brasil (Lula), a un “Mandela” uruguayo (Mújica), a unos nuevos “Perón y Evita” argentinos (Los Kirchner) a un líder campesino en Bolivia y Perú (Evo y Pedro Castillo), a un economista en Ecuador (Correa) y a un sacerdote practicante de la Teología de la Liberación en Paraguay (Fernando Lugo), pareciera que éste pragmatismo ahora incluye a un Cura Hidalgo salido del viejo PRI. Por si fuera poco, el partido oficial está aliado con el PES, partido de ultra derecha. Esa misma supuesta izquierda que condena la Conquista y la renombra dentro de su narrativa “resistencia indígena”, pero que usa los símbolos Guadalupanos como estrategia de mercadotecnia al más puro estilo de los españoles conquistadores. No es sorpresa que el líder de Vox en su visita a México halla estado en la Basílica de Guadalupe. Sabe que, más que con las armas, así se logró integrar al país a la dinámica del imperio español. Tal cual lo hace actualmente el presidente.

El presidente podrá hablar de resistencia indígena, pero usa descaradamente símbolos de una religión traída por los españoles, y que ahora ambos parecen decididos a usarla. ¿Será una batalla por la hegemonía Guadalupana? Suena terrible y perverso. El uso despiadado y amenazante de Vox de éste símbolo y el uso mercenario del presidente, ambiguo en sus promociones de éstos símbolos. En el punto más absurdo de éstas pútrida batalla ideológica más de fanatismo de derecha que de izquierda. Un “Influencer” mestizo, como todos los mexicanos, se compromete a llevar a cabo “el plan de Dios”, frente a los españoles barbudos, miembros de la ultra derecha. A mi me suena a una imagen casi del origen del mito Guadalupano, sólo faltó el “ayate” para llevar hasta las lágrimas a los ultra derecha en el pais. Esto mientras el presidente criollo sigue enarbolando su estandarte Guadalupano en un puesto de comida mexicana al tiempo que alienta a las masas a luchar contra los españoles imperialistas. No hemos superado aún éstas narrativas tan primitivas, y nos siguen haciendo mucho daño.

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