Por: Rolando J. Vivas

“Aunque no sabes lo que buscas, lo que buscas, te busca.”
Ya he comentado en varias ocasiones la anécdota sobre mi primer blog, un blog en el que escribía sobre lo que yo llamo “cultura impopular”, discos pocos conocidos y películas independientes. De esto ya hace más de 20 años. En una ocasión, me quedé sin ideas, y decidí iniciar un post en tres partes sobre mi niñez y mi adolescencia. El resultado fue que los número de lectores se elevó de forma sorprendente hasta las nubes. A la gente le encanta enterarse de la intimidad de los demás. El capítulo de Los Simpsons, en que Homero abre un blog en línea de chismes, lo ilustra de forma brillante y aterrador. Los detalles que ocurren de forma privada suelen atraer a muchos de forma asombrosa. Recuerdo no guardar muchos detalles en aquellos escritos y la gente se interesaba más y más, hacía comentarios, querían que continuaran los posts de éste tipo. Supongo que en cierta forma, ésto explica el rotundo éxito de los libros, casi autobiográficos, de personajes como Karl Ove Knausgaard, Michel Houellebeq o Emmanuel Carrere (cuya brutal honestidad ha dejado ya muy atrás la grotesca imaginación de un Chuck Palahniuk). Estos autores han impulsado un estilo en el que revelar detalles incómodos o escabrosos de su vida les ha redituado en muchos libros vendidos. ¿Qué hacen actualmente muchos comediantes? Impulsan sus carreras con monólogos descarados de sus más intimos detalles.
Detalles bochornosos de nuestra vida, hoy encuentran gran repercusión en la era de las cámaras y la falta de privacidad, podemos grabarnos o podemos ser grabados y despúes expuestos ante miles de espectadores en las redes sociales. La viralidad de éstos hechos han dado la pauta para que muchos lo hagan de forma deliberada. Hay un enorme mercado y un atractivo morboso que atrae enormes cantidades de público hacía éste tipo de revelaciones que explotan la intimidad humana. El reciente evento en el que el actor Will Smith abofeteó en televisión al comediante Chris Rock, sólo fue la punta del iceberg, al tiempo que cada vez más detalles sobre la vida intima del matrimonio Smith-Pinkett se fueron revelando. ¿Afectó esto a los involucrados? Desde un punto de vista de valores tal vez. Smith quedó expuesto como un personaje facilmente manipulado y con poco control emocional. Jada Pinkett quedó expuesta en su morbosa explotación de sus detalles intimos en su programa en línea. La naturaleza y dinámica del matrimonio entre ambos, incluso desde antes de que se casaron, se convirtieron en detalles de dominio público. Su degradación como personas fue grande, el provecho económico y publicitario de ambos fue evidente. Dirán “no hay mala publicidad”, la realidad es que su humanidad queda hecha trizas y se convierten convierten mero producto de explotación morbosa.
Luego de más de seis semanas, hace unos días terminó el grotesco espectáculo conocido como el caso Johnny Depp vs. Amber Heard, en el cual, ambos actores, alguna vez casados, se demandaron mutuamente por difamación. Pudieramos decir que el detonante fue un artículo escrito por Heard, en el que se declaraba víctima de abuso doméstico. Aunque Depp no fue mencionado en el artículo, la alusión fue obvia y tuvo repercusiones laborales para Depp (cuya carrera, salvo por la descaradamente comercial, Piratas del Caribe, iba en franco declive desde hace décadas, ¿Alguien mencionó su papel de Toro en The Lone Ranger? Nauseabundo). La demanda y contra demanda entre ambos no se hizo esperar, y el juicio expuesto libremente ante los medios, se convirtió en un inesperado y lamentable “reality show” de nuestros tiempos. Ambos jugando un rol, que parece ponerse de moda cada vez más en éstos días. El de la víctima. ¿Pero cómo competir contra Depp en ésta justa, cuando Depp ha hecho una carrera toda su vida actoral, haciéndo el papel de víctima? Su primer papel, era precisamente de víctima de Freddy Krueger. Su primer protagónico, en Cry-Baby de John Waters de 1990, era el de un jóven rebelde con una facilidad para llorar, lo cual le ganaba la atención de las chicas. Su gran consagración como actor, El Jóven Manos de Tijeras, dirigida por Tim Burton, nos mostraba un personaje explotado brutalmente por sus conocidos. Imposible negar que el rol de víctima que Depp jugó durante el juicio. Es un rol que ha llevado a cabo toda su vida, incluso en el año 2000, Depp protagonizó la cinta El Hombre que Llora. Si esto en realidad fuera un “reality show” orquestado, haber elegido a Depp como protagonista, fue un gran acierto por parte de la producción.
Pero aunque Depp es un genio haciéndo el rol de víctima, en la vida real hay mucho más que señalar de él. Un hombre que ha admitido el uso y abuso de las drogas, no es precisamente lo que pudieramos llamar, “un hombre inocente o ejemplar”, a despilfarrado su fortuna en vicios excesivos al grado de quedar en bancarrota. Pudiéramos incluso añadir su afición por agredir policias y destruir cuartos de hotel, estaríamos hablando de un personaje no muy lejano de esos que vimos en la película The Dirt, sobre la vida del escandaloso y decadente grupo de rock Motley Crue. Si claro, Depp es un rockstar, un músico sin éxito, que paga sus deudas tratando de actuar. El mismo por lo regular declara no ser actor y “ganarse la vida mintiendo”. Vaya declaración incómoda para recordar en medio de un juicio en el que Depp trata, con todos sus antecedentes de abuso, adicción y violencia, de presentarse como víctima, pero bueno, lo que Depp ha demostrado en éste juicio, es que su experiencia actuando, lo ha convertido en la persona perfecta para dominar el rol de víctima. Depp bien podría hacer una versión masculina de Serial Mom de John Waters, podría encarnar perfectamente a una Beverly Suthpin en versión hombre.
Por otro lado está Amber Heard, otro personaje no muy honorable con un historial de abuso y violencia al igual que Depp, al final no son muy diferentes, entendemos el tema de la atracción y la posterior destrucción mutua. También importante señalar la salud mental de Heard, catapultada obviamente por la personalidad conflictiva de Depp. Por un lado Depp, con ese complejo de búsqueda eterna de mujeres hermosas y llenas de glamour, para despúes abandonarlas, y Heard con ese complejo de atención y terror a no ser abandonada. ¿Pudieramos imaginar una situación mejor diseñada para convertirse en un desastre? Heard no es precisamente lo que podríamos llamar una gran actriz. Se señaló en el juicio su dificultad para llorar en las escenas que así lo requieren. Se habla incluso de que en los momentos más dramáticos de sus declaraciones, tampoco pudo hacerlo. La vida de Heard no es precisamente la vida de una víctima, es una mujer de carácter fuerte, con tendencia a la violencia, que dificilmente se identificaría con el rol de víctima. Su capacidad histriónica es mínima a comparación de la de Depp. De ahí que su interpretación de una víctima haya sido tan mala y muy poco conveniente.
¿Pero que tal el papel de villana? Parece que Heard tiene una habilidad natural para ejercer éste rol. Pudiera ser que David Fincher ya la tenga en mente para alguna cinta de naturaleza oscura. Heard ha ejecutado involuntariamente un roll de villana fenomenal, el odio que ha desatado en las redes es enorme. Una reacción inesperada definitivamente considerando la reputación de Depp. Dificilmente se podria defender a Heard, fue superada ampliamente en un “reality show” que requería actuar, por la experiencia y carisma de Depp (Ted Bundy por cierto, también también un personaje extraordinariamente carismático, tanto, que por años evadió las acusaciones de ser un asesino en serie). Me preguntó yo. ¿Y otras mujeres con cero carisma, carácter fuerte y problemas mentales, estarían condenadas al abuso sin escapatoria por parte de esposos famosos y carismáticos? Hablamos de justicia, no de un concurso de popularidad. Depp ha ganado brutalmente un concurso de popularidad, no precisamente un juicio. Al final ambos han sido declarados culpables de difamación mutua. Al final ambos cometieron abusos el uno al otro. Por supuesto que Depp perdió más, debido a su carrera, el algún momento, más exitosa. ¿Qué daños podría reclamar Heard con una carrera muy reducida, casi mínima y poco memorable?
Me llama la atención el tremendo apoyo recibido por Depp por parte de las audiencias en redes sociales, la gente luchaba por conseguir entrar a cada uno de los episodios del juicio (John Waters solía ser asiduo a asistir a los juicios de asesinos seriales, algo rescatable a comparación de ver a Depp hacerse la víctima), las mujeres enloquecían por Depp. Lo cual es comprensible, la imagen de Depp es idealizada por muchas mujeres. Es un fenómeno conocido en el que la fama es parte del atractivo y los personajes interpretados se confunden con la identidad del actor. Me sorprende que también público masculino se haya puesto a favor incondicionalmente de Depp. Pero se explicaría como parte de los recientes fenómenos de polarización. La explicación es casi infantil, “bienvenidos al club de Toby, no se admiten niñas”. ¿Ganó Johnny Depp? Bueno, ambos fueron culpables de difamación. Si, Depp ganó más dinero porque su carrera es más importante y obviamente fue la que sufrió más afectación. Piratas del Caribe fue el único éxito comercial de Depp y se aferró a la nefasta franquicia por varias películas. De alguna forma, Piratas era su “jubilación”, luego de casi una década de fracasos y fuerte declive en taquilla y dos decadas en el cine independiente, en dónde no hay mucho dinero. Para mi, la mejor actuación de Depp fue cuando interpretó a Donald Trump en la sátira The Art of The Deal (recuerdo que al respecto Depp declaraba que “ya era tiempo de que un actor asesinara a un presidente”, en referencia a Trump, por quien no sentía mucha simpatía. Debieron darle un Oscar a Depp por esa caracterización), aunque otra vez, fue una actuación que no le trajo muchos beneficios económicos. ¿Cómo hablar de una afectación en la carrera de Amber Heard, sin roles protagónicos y con pequeños papeles de reparto en un par de películas. Perdió el rol en Aquaman, pero no era un rol protagónico. Vamos, Heard es una mala actriz, muchos de sus roles se obtuvieron gracias a la influencia de Depp. Otra vez, la “gran influencia de Depp”.
En un juicio de ésta naturaleza, obviamente ambas partes pierden, en temas de valores, ambos quedan expuestos como seres despreciables con vidas miserables. Abusos, violencia, decadencia, adicción, problemas mentales e infidelidad. Así es la vida de las celebridades. Sin el fanatismo de sus seguidores no son nada. Sin esa imagen idealizada que tienen sus fanáticos de ellos, no son nada. Depp como un drogadicto sin remedio, amigo de personajes poco redimibles como Marilyn Manson o Keith Richards. En el caso de Depp, era cuestión de tiempo para que algo así pasara. Podrá hablar de su afectación al perder su trabajo en la franquicia de Disney, pero vamos, la carrera de Depp, cuando estuvo en ascenso, fue en el cine independiente, a dónde seguramente volverá, como Mel Gibson y Kevin Spacey, parias, por sus estilos de vida cuestionables, que no “perdieron sus carreras” por completo a pesar de sus deplorables conductas. Si Depp ya no protagonizará películas familiares, siempre podrá regresar al cine independiente sin mucho problema. Hablar de que Heard perdió su carrera como actriz, sería hilarante, en realidad no hubo mucho de eso. Por lo menos ya sabemos que lo suyo no es actuar, ni hacer el rol de víctima. Tal vez podría pedirle clases a su amigo cercano Elon Musk, quien parece inclinado a especializarse cada vez más en éste rol, luego de victimizarse durante la compra de Twitter, durante la expulsión de Tesla del indice ESG de Standard and Poor´s, luego de ser acusado de acoso sexual y luego de perder su amistad con los Demócratas. Heard podría tener a un excelente maestro en Musk, en el “arte” de hacerse la víctima. El hombre más rico del mundo jugando a ser la víctima, vaya disparate.
El problema con el juicio entre Johnny Depp y Amber Heard es que será explotado ampliamente como parte del contexto actual a nivel global para la polarización. Para la guerra de los sexos. Para separar aún más a hombres y mujeres, para enfrentarlos aún más y sobre todo, para borrar todos los matices. Ahora solo hay inocentes o culpables, ya no hay nada en medio. Depp puede tener un pésimo historial, pero es una víctima. Amber Heard puede tener problemas mentales y requerir ayuda, pero es la reencarnación de Satanás y merece arder en la hoguera. Hablamos una vez más de quitar al razonamiento de la ecuación y sólo dejar reacciones viscerales y generalizaciones burdas. No somos ángeles ni demonios. Somos seres humanos con defectos y virtudes, capaces de actuar virtuosamente un día y aludía siguiente de forma miserable. Se expone la naturaleza humana de forma más lamentable y nos negamos a aceptar los matices. Todo se ha reducido al razonamiento más simple. Al blanco y el negro. Al bueno y malo. Ya nada queda en medio y eso debe preocuparnos. Adicional a eso, hay que vernos en el espejo y admitir nuestra adicción a la miseria humana.
A fin de cuentas, el morbo es el que triunfa.
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Totalmente de acuerdo. Adicional a eso están todas las implicaciones en temas de futuros casos de abusos que se pudieran dar más adelante.
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