Por: Rolando J. Vivas

Claro, la ciencia está de acuerdo en que la vida inicia al momento de la fecundación, eso es un hecho que probablemente pocos se atrevan a negar o a disentir, pero algo en lo que aún los más avanzados científicos no se atreven a ponerse de acuerdo, es cuándo el cigoto fecundando se vuelve una persona, y es que, el inicio de la vida, no implica precisamente le inicio de una persona. Probablemente para muchos suene bastante extraño, pero si nos atenemos a los hechos puramente científicos, así es, el inicio de la vida, no implica el inicio de una persona. Una semilla como tal, es mucho muy diferente a un árbol, y sembrar una semilla, no es una condición que asegure la formación de un árbol. Así, millones de ovulos nacen cuando un bebé sale ya del vientre de su madre, muchos de ellos se perderan durante su vida, incluso muchos de ellos fecundados, no llegarán a convertirse en seres humanos por decisión de la misma naturaleza.
Vida tienen nuestros pulmones, vida tienen nuestros riñones, vida tienen los espermatozoides, vida tienen éstos mismos ovulos que están dentro de los ovarios de la mujer, pero esto no significa que sean seres humanos, vida tiene la placenta, y el cigoto fecundado cuenta con una estructura molecular muy similar a la de la placenta. Cuando la mujer da a luz a un bebé, la placenta se deshecha, a pesar de aún tener vida. Un ser humano al morir, mantiene aún en su cuerpo algunas células vivas, pero ya no es un ser humano viviente. La ciencia deja todo esto bien en claro. La existencia de vida tras la fecundación de un cigoto, no confirma aún la existencia de un ser humano.
La reciente derogación de la desición Roe V. Wade sobre el derecho constitucional de la mujer al aborto, es sin duda un hecho tiene un trasfondo más religioso y político, que de salud. Si hablaramos de salud, la mujer debería tener opciones para recibir asesoría y atención prefesional adecuada, y no verse obligada a buscar esto en la clandestinidad, situación que sin duda aumenta la posiblidad de muerte de la madre durante el embarazo, situación en porcentajes alarmantes en países en dónde el aborto es considerado ilegal y se penaliza tanto a la mujer, cómo al médico que la asesore y la atienda. El derecho de la mujer al aborto es un derecho protegido, dentro de la protección a la privacidad, ya que se trata de su cuerpo, y esto si está contemplado en la constitución de los EEUU.
Casos en los que el totalitarismo y el fanatismo religioso se entrecruzan y tratan de controlar todas las decisiones de los individuos, incluso las concernientes a sus propios cuerpos, por lo general han llevado a consecuencias desastrosas, basta recordar momentos históricos como el del gobierno comunista del dictador Nicolae Ceausescu en Rumania, durante el cual leyes regresivas sobre la opción de las mujeres a realizarse abortos, ocasionaron la tasa más alta de muertes durante la maternidad e incrementos dramáticos en el número de huérfanos. Esto es realmente preocupante y es algo que no debemos olvidar, ya que tales prohibiciones, convierten a la mujer en un ciudadano de segunda clase, cuya única finalidad es la reproductiva, y convierte a los huérfanos en instrumentos del estado, seres condenados al adoctrinamiento y a ser serviles al poder en turno.
La mujer debería tener derecho total para decidir sobre su cuerpo y decidir si quiere o no interrumpir un embarazo, importante considerar aquí la correcta asesoría médica, considerando que durante los primeros tres meses, el embarazo se puede interrumpir de forma totalmente segura, incluso mucho más segura que llevar el embarazo a terminación. Durante los siguientes 3 meses, se debe considerar el estado de salud de la mujer principalmente y del producto, finalmente en los últimos tres meses, considerar que el producto esté lo suficientemente desarrollado para vivir una vida plena. De ésta forma, el embarazo y su posible interrupción, se vuelve un tema de salud, no un tema político, ni religioso, y la mujer se convierte en un ser dueño de su destino, y no que sea el estado quien tome la decisión sobre su cuerpo y sobre su futuro. No condenándola a llevar a terminación un embarazo no deseado, o uno que ponga en peligro su futuro o incluso su vida.
El hecho de que la mujer tenga opción a decidir, no es promocionar el aborto, es simplemente otorgar a la mujer, la decisión sobre su cuerpo, algo que en ningún momento debería estar en discusión en un mundo libre. Ya le tocará a la mujer decidir lo que más le convenga de acuerdo a sus propias convicciones. Importante considerar no ver al aborto como un método anticonceptivo, sino una forma de decidir sobre su futuro y tener control sobre él. La mejor medida para evitar llegar a un proceso de interrupción del embarazo, claro, siempre será una adecuada educación sexual a los menores, que les permita conocer a fondo sus propios cuerpos, como cuidarse y como aplicar métodos anticonceptivos efectivos para evitar el embarazo.
Resulta aterrador pensar que la ficción de la novela The Handmaid´s Tale, o El Cuento de la Criada, de la escritora canadiense Margaret Atwood, haya tomado elementos marginales de la vida real y los haya proyectado en una novela distópica que parecería que hoy, empieza a cumplirse de una forma muy semejante, en la vida real, como en la ficción. Atwood en su novela tomaba elementos aterradores de la ultraderecha religiosa casi teocrática, de la revolución islámica en Irán y de la administración Reagan, en una historia que nos hablaba sobre el totalitarismo, el fanatismo religioso y la marginalización de la mujer. Estremecedor que la novela de Atwood hoy en día esté al nivel de 1984 y de Un Mundo Feliz, y Atwood se haya convertido en una suerte de George Orwell o Aldous Huxley.
En un país como los Estados Unidos de América, sin un sistema de salud universal, sin un sistema de educación gratuita y con pocos apoyos sociales, obligar a una mujer a llevar hasta término un embarazo no deseado es un acto criminal, en el que el estado busca entrometerse en la vida de la mujer, para después abandonarla a ella y al bebé recién nacido, es una condena que pareciera cómo la aplicada a los criminales, con la gran diferencia que un convicto y condenado por un crimen, recibirá alimentos, ropa, atención médica, educación, trabajo y techo durante toda su condena, mientras que la mujer no. Si se piensa en condenar a una mujer a llevar a término un embarazo, el estado debería estar obligado a proporcionarle a la mujer y al producto atención pre y post natal, cargar con los costos del parto y con los gastos de techo, ropa, alimentación, salud, educación y manutención de la madre y el menor hasta que éste fuese independiente a los 21 años de edad. Eso sería actuar realmente con congruencia.
Esto es un tema de salud pública y de libertad. Se trata proteger la vida de un ser humano con una vida ya independiente y formada, no se trata de proteger vida que aún no es un ser humano, que aún no es una persona y que de obligarse a nacer sin ser deseado o sin estar preparado físicamente, se le condena a una vida de pesadilla, a una vida sin la más mínima dignidad, a convertirse en parte del sistema y en instrumento de la explotación del estado. Hoy los EEUU llevan a cabo ésta lucha, la derogación de Roe v. Wade es un tema político y de polarización, más que un tema de salud. Se busca imponer la moral de unos cuantos por encima de la de los demás y por encima de la libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo. La ultraderecha hoy más que nunca, se ha convertido en eso que presagiaba Atwood, en una mezcla del fanatismo religiosos y el fundamentalismo extremo, no son tan lejanos los cristo fascistas de los talibanes. Hoy son los EEUU, pero éstos extenderá, quien piense que el gobierno de México es de izquierda o progresista, se llevará una sorpresa en poco tiempo.
Así parece ser, que además de buscar a toda costa restringir el papel de la mujer en la sociedad, también quieren decidir sobre su cuerpo
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Los EEUU se mueven rápidamente de ser la tierra de la libertad a una teocracia estilo taiban
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No había visto que alguien publicara dos artículos así tan completos y tan sólidos en un mismo día
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