Por: Rolando J. Vivas

Pienso que las nuevas generaciones ven con tanta reverencia los 80s, como en su tiempo yo consideré finales de los 60s y principios de los 70s, es decir, la época en que no viví. Hoy veo a mis hijas emocionadas con Stranger Things, con la música de Kate Bush e incluso con Metallica. ¿Pero qué fue lo que pasó? En mi adolescencia los 80s me parecían nefastos, ya no había bandas como los Kinks, Jimi Hendrix, Led Zeppelin, los New York Dolls o Black Sabbath. Recuerdo que le decía a mi papá “Yo debi nacer en los 70s”. Recuerdo que algunas personas me llamaban “hippie” cuando estaba en la secundaria, era la persona rara que se deja el pelo largo usaba ropa rara. Probablemente muchos en los 80s ni se imaginaban lo que era ser “hippie”, para ellos hippie era más una estética, que una referencia clara a los 60s. Yo si hubiera querido vivir en esa época.

La música de los 80s no me resultaba atractiva, Def Leppard, Van Halen sin David Lee Roth, Judas Priest vueltos Turbo (¿Qué tal Ralph?), Foreigner, Journey, Europe. Facilmente podría haber vivido sin todo ello. Con el tiempo aprendí a “desenterrar música” y a apreciar mejor a los 80s. 1984 de Van Halen me sigue pareciendo un disco extraordinario, los discos de Ozzy Osbourne con Randy Rhoads son fabulosos, la escena subterránea de los 80s en los EEUU con bandas como los Sonic Youth, Black Flag, los Husker Du y los Meat Puppets, es probablemente mi época favorita de toda la historia musical, quiza empatada con la escena de rock duro de Detroit de inicio de los 70s. Despúes de todo no era tan “hippie”, seguramente los Stooges, los MC5, los The Up y Alice Cooper odiaban a los hippies.

Cada época tiene algo para todos, solamente hay que buscar más allá de lo que nos quieren hacer que escuchemos y que veamos. Los 80s ya no resultan tan malos para mi en lo músical, los adoro, sólo que adoro esa música que pocos escucharon, esa música de lo que llamo forajidos, esa música que seguido menciono “haberse hecho de la manera correcta en el momento equivocado”. Los Stooges hubieran sido adorados en lugar de los Mudhoney o Nirvana, los MC5 en lugar de Rage Against The Machine, los Velvet Underground en lugar de los Strokes, los Montrose en lugar de los Van Halen, Steely Dan en lugar de St. Vincent o los Daft Punk, los Kraftwerk en lugar de Depeche Mode. Sólo era cuestión de que hubieran aparecido unos años despúes y que no se hubiesen adelantado tanto a su época.

Los 80s tenían a Steven Spielberg y su clásico ET, tenían a John Carpenter con su Halloween (de 1978), con Escape de Nueva York o Christine. Y bueno, los 80s tenían a Stephen King, y aquí hay que señalar, que aunque Stephen King escribió muchas de su novelas clásicas en los 70s, como Carrie y El Resplandor, películas clásicas de los 80s, basadas en sus historias, se convirtieron en parte fundamental de esa epoca, imposible olvidar cintas como El Resplandor, Cujo, Christine, Pet Sematary, Stand By Me. Practicamente, si hablamos del género del terror, fue Stephen King quien definió la estética en los 80s. De ahí que me resulte importante a mis hijas que no es casualidad que lo hermanos Duffer, creadores de Stranger Things, hayan usado las mismas iniciales de S tephen K ing, para nombra su serie S tranger T hings.

Si hablamos del universo de Stranger Things, Hawkins, Virginia y El Upside Down, caben perfectamente dentro de la mitología de Stephen King. Pero bueno, hay que ser justos con los hermanos Duffer, ya que no todo es Stephen King, si queremos analizar bien Stranger Things, tenemos también que considerar cosas como la ya mencionada ET y Goonies de Spielberg y la serie IT, basada en un historia de…Stephen King, con el espectacular Tim Curry como el payaso Pennywise. Pienso que ésta podría ser la escencia de Stranger Things (Bueno, seamos honestos, también hay que incluir Ghostbusters, Aliens, Poltergeist y Nightmare On Elm Street, y ese miedo patológico que surgió en todos los padres a perder a sus hijos, luego del trágico caso de Adam Walsh en 1981) ), si queremos disectarla rápidamente. Claro que ha fascinado a muchos por su reverencia a los 80s, por su nostalgia por ésta época que muchos quiza incluso, no vivieron. Vivir en los 80s, me resulta un tanto nebuloso, pienso que por eso me resultó en algun momento tan interesante el movimiento de “hypnagogic pop” de hace dos décadas, con personajes como Ariel Pink, que imitaba en aquel entonces el sonidos de los Steely Dan (y que hoy da pena leerlo en Twitter como adorador incondicional de la ultraderecha), o James Ferraro, que despúes de su obra maestra posmoderna Far Side Virtual, casi desapareció del mapa.

Pero Stranger Things no sólo acarrea todo un universo visual, también uno sonoro de lo más interesante, obviamente están los SURVIVE, dueto electrónico originario de Texas (deberían ser de Maine o de Berlín), creadores de la música original de la serie y que claramente se inspiran en la música de leyendas tan geniales como el italiano maestro del disco Giorgio Moroder, el también maestro del terror y del minimalismo John Carpenter, los tremendos italianos y acompañantes de Dario Argento, los Goblin y los espectaculares krautrockers Tangerine Dream. Pero no sólo los SURVIVE suenan en ST, también están los The Clash, Limahl (producido por Moroder), Kate Bush y Metallica. Increíble que sin haber influido, hoy mis hijas me pregunten por Kate Bush, por The Clash y por Metallica, ¡Gracias hermanos Duffer!, y es que en la genial tradición de Martin Scorcese y Quentin Tarantino, los hermanos Duffer (¡Qué cosa con los hermanos, los Farrelly, los Coen, las Wachowsky y los Duffer!) parecen cada vez más dominar ese arte de maridar buenas escenas con buena música, así, Should I Stay or Should I Go, es una de las canciones favoritas de mis hijas, Running Up That Hill es una canción que suelen cantar, y ahora resulta que conocen Master of Puppets, el tema del segundo mejor disco de thrash metal de la historia, después del Reign In Blood de los Slayer, ambos editados en el año cumbre del thrash metal, 1986.

Vaya fenómeno cultural en que se ha convertido Stranger Things, muchas cosas se podrán decir sobre Netflix y su reciente mala racha, con caída de valor de la empresa y pérdida de suscriptores, pero no se puede negar que la serie es una de las más vistas de origen estadounidense (15 millones de espectadores sólo en los EEUU) y la demanda por verla ha hecho caer la misma página de la empresa de streaming. Los hermanos Duffer han provocado que ahora Running Up That Hill de Kate Bush regrese, luego de décadas a las listas de popularidad, que el genial Stephen King escriba en Twitter sobre lo emocionado y aterrado que está con cada capítulo de la serie, y Metallica, si, Metallica, se manifiestan maravillados con el manejo de su música en la escena final de la temporada más reciente. Jamás pensé que Master of Puppets se pusiera algun día de moda por primera vez. Master of Puppets Rules!

Buen trabajo hermanos Duffer.

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