Por: Rolando J. Vivas

Si California fuera un país, económicamente sería la quinta o la cuarta potencia en el mundo. Para mejor referencia, casi a punto de rebasar a Alemania. Se dice que infiltrados rusos buscaban impulsar con dinero del Kremlin, un movimiento separatista en este estado, que trataría de independizar a California de los EEUU, esto, si no lo hacen antes las fallas geográficas como la de San Andrés. Putin vio como en sus ojos, Occidente se encargó de separar o dividir a la Unión Soviética. Putin describió esto como la “peor tragedia geopolítica del siglo 20”. No es sorpresa que la estrategia de Putin siempre sea buscar la separación de Occidente. Hasta cierto punto lo ha logrado, utilizó su influencia para separar al Reino Unido de la Unión Europea (durante el Brexit) y mantiene estrechas relaciones con movimientos ultra nacionalistas y separatistas en Europa. Pero no sólo eso, ha buscado distanciar a los EEUU de China cada vez más y, por si fuera poco, no podríamos dudar que se encuentra detrás del cada vez más complicado escenario del T-MEC entre México (¿”Mexit”?), EEUU y Canadá. Putin sabe que el “divide y venderás” es muy eficaz. Si California tuviera un soundtrack, ese serian los Fleetwood Mac, con esa mezcla de drama, caos y excesos bajo un sol cálido.
A pesar de todo esto, California me sigue pareciendo un lugar bastante pequeño, pareciera que todo pasa allí y todo está relacionado. En 1984, la banda Californiana de hard rock Van Halen publicaba su disco 1984. A diferencia del legendario libro de George Orwell, 1984, publicado en 1949, y que describía los horrores de una dictadura totalitaria en clara alusión a la Unión Soviética, el disco 1984 se había publicado ese mismo año. Para ese año, es posible afirmar que Van Halen era la banda de rock más importante del planeta Tierra. Desde 6 años atrás la banda había cambiado el mundo de la música rock, rescatando al género del letargo que sufría éste a final de los 70s, cuando muchos pensaban que, entre el disco y el punk rock, el hard rock y el heavy metal habían muerto. David Lee Roth, Eddie Van Halen, Alex Van Halen y Michael Anthony habían revolucionado la historia del rock para siempre. Como teloneros de los Black Sabbath, los Van Halen y su juventud, habían hecho polvo a la legendaria banda de heavy metal de Tony Iommi y Ozzy Osborne, era claro que una nueva era iniciaba. Aunque si me preguntan los Van Halen no eran tan originales, su sonido había sido desarrollado 5 años antes de su debut de 1978, por parte de la banda Montrose, liderada por el desconocido Sammy Hagar, el virtuoso de la guitarra Ronnie Montrose y el productor Ted Templeman, aunque en definitiva, en 1973, el mundo no estaba listo para la siguiente gran evolución del hard rock, por ello tuvieron que pasar 5 años.
En un giro irónico, al tiempo que la banda tocaba el “nirvana” del éxito comercial, en su interior, ésta se desintegraba entre desacuerdos de sus miembros. Eddie Van Halen buscaba crecer como músico, dejar de ser el “guitar hero” del momento. Eddie quería demostrar que no sólo sabía tocar la guitarra como un dios (o cómo su gran idolo Allan Holdsworth), quería dejar claro que era un músico completo (Quizá como Phil Collins o Prince). Eddie se alejaba de la guitarra y se sumergía en los teclados desde el legendario intro de Jump, quizá buscando reproducir el sonido de algunas de las bandas progresivas y new wave del momento. Quería expandir el alcance de Van Halen a como diera lugar. Esto no le gustó a David Lee Roth, quien quería seguir haciendo hard rock y alejarse de los sonidos accesibles y comerciales. Roth dejaría a la banda y junto a otros tres músicos fuera de serie (entre ellos Steve Vai y Billy Sheehan, practicamente un equipo de demolición), publicaría un gran disco de hard rock, el Eat Em and Smile de 1986. Para los Van Halen, no todo estaba acabado. Luego de audicionar a un buen número de vocalistas, un día Eddie llevó su Ferrari al taller, y su mecánico le recordó de un vocalista bastante bueno de nombre Sammy Hagar (que también era su cliente). En 1976, cuando Ted Templeman comenzó a reunirse con los Van Halen, en aquél entonces llamados Mammoth, la recomendación de Templeman fue la de echar del grupo a David Lee Roth y traer a Sammy Hagar, quién había dejado a los Montrose en 1975 y había iniciado una carrera solista. Si uno escucha los demos de Mammoth de aquella época, uno estaría de acuerdo con Templeman en que Roth era un pésimo miembro del grupo, pero en los dos años siguientes, algo sucedió, y David Lee Roth se reinventó como vocalista (aunque cómo solía decirse, “David Lee Roth no era el mejor vocalista ni de su propia banda”, ese era Michael Anthony). Para 1978, Roth ya no era el que se había unido a la banda sólo por tener un buen equipo de sonido que podía usar la banda, sino que ya era un descomunal frontman. Ni hablar de Sammy Hagar en lo sucesivo por los próximos 8 años.
Para 1986, Hagar ya estaba con los Van Halen como vocalista. Hagar también tocaba la guitarra de forma bastante decente. Hagar diría que quería ser una mezcla de Robert Plant y de Eric Clapton, vaya tipo tan ambicioso, pero talento no le faltaba. Las habilidades musicales de Hagar permitieron a Eddie concentrarse en los teclados y en hacer mejores composiciones (Obviamente para Hagar hubiera sido imposible imitar el “party style” de DLR), “crecer como músico”. En un episodio muy similar al de AC/DC, cuando la banda australiana perdió a su vocalista original Bon Scott, los Van Halen lograron rescatar su carrera luego de perder a Roth, consiguiendo una segunda etapa tan o más exitosa que en su primera. Aunque aquí, cabe mencionar que, en su primera etapa, los Van Halen era pioneros de la una nueva escena de hard rock, mientras en su segunda, el éxito se vio interrumpido por una nueva ola musical ajena a ellos (habian pasado de ser pioneros a ser sobrevivientes), el rock alternativo y el grunge. Bandas como R.E.M., Nirvana y los Red Hot Chili Peppers (de California, por cierto) se alzaban como los nuevos campeones de la nueva música y de la nueva escena “alternativa” que “eliminaría” de forma despiadada la anterior escena de hard rock, que tenía sede en la costa oeste de los EEUU.
En 1993, durante un concierto de Nirvana, alguien le comentó al líder de la banda Kurt Cobain, que Eddie Van Halen estaba en el camerino tras el escenario, deseoso de subir y tocar con Nirvana. La reacción de Cobain fue eufórica, aunque el viejo hard rock de los 80s era el “enemigo”, Eddie Van Halen era una leyenda y su música de finales de los 70s era imposible de menospreciar. Se dice que Cobain corrió hasta Eddie Van Halen y lo besó efusivamente en la boca. De tocar juntos ni hablar, se dice que Eddie estaba bastante ebrio y había insultado a Pat Smear, el legendario ex guitarrista de los Germs, que acaba de integrarse al grupo de Cobain. La idea de Eddie era ocupar durante un par de canciones el lugar de Smear, otro genio de la guitarra de finales de los 70s, aunque en una forma muy diferente en el mundo del punk rock. Cobain no había estado de acuerdo y había terminado bastante decepcionado de haber conocido a Eddie bajo esas condiciones, la barrera entre el grunge y el llamado hair metal era insuperable. Alguien como Joe Frusciante, guitarrista de los Red Hot Chili Peppers, no niega la influencia de gente como Eddie Van Halen o Pat Smear en su forma personal o estilo de tocar la guitarra. Es bastante emocionante pensar que Frusciante obviamente tiene parte del estilo de Eddie y de Pat, aunque filtrados y reinventados en su forma particular de tocar la guitarra. Hace unos meses precisamente, los Red Hot Chili Peppers reunidos una vez más con Frusciante publicarían la canción “Eddie”, como una forma de tributo un tanto nebuloso a Eddie Van Halen luego de su muerte, también pienso que es una jugada que imita a los Butthole Surfers, de quienes los RHCP eran grandes admiradores, y que tenían una canción llamada Jimi, en honor a Jimi Hendrix, en su disco Hairway To Steven, una obvia referencia al Stairway to Heaven de los Led Zeppelin, y que llamaría la atención del legendario John Paul Jones, que les produciría el disco Independent Worm Saloon.
Más adelante, el productor Butch Vig, el genio tras la consola de grabaciones del Nevermind, el disco más famoso de Nirvana, publicado en 1992, sería invitado por Eddie Van Halen para producirle a la banda un importante disco en el 2011. En aquél entonces, Vig había regresado con Dave Grohl (ex baterista de Nirvana), que ahora estaba en los Foo Fighters, para producirles el disco Wasting Light (el único disco que tengo de los FF y que puedo decir, escucho seguido). Cuando Vig consultó la invitación con Grohl y con Smear, obviamente ambos músicos le previnieron del carácter volátil e inestable de Eddie, razón por la cual Vig decidió rechazar la invitación. Sin duda hubiera sido interesante escuchar a los Van Halen producidos por Butch Vig, aunque el resultado seguramente hubiese sido impredecible, en ese entonces, Hagar había dejado la banda y se anunciaba que David Lee Roth estaba de regreso. Ese disco fue el A Different Kind of Truth, un disco excelente, con la banda revitalizada, pero que quizá con Vig hubiera sido algo glorioso. Imposible saberlo, aunque muy en lo personal, pienso que si quisiéramos imaginarnos un poco como hubiera sonado Van Halen con Butch Vig, pudiéramos escuchar el disco Mammoth WVH del año 2021, en este disco Wolfgang Van Halen, hijo de Eddie, se encarga de ejecutar todos los instrumentos musicales, con una obvia influencia del legado musical de su padre, pero con un giro moderno y alternativo muy a la Foo Fighters en cuanto a la dirección musical.
Wolfgang curiosamente había tocado el bajo en el disco A Different Kind of Truth, sustituyendo a Michael Anthony, quien se había vuelto compañero inseparable de Sammy Hagar, y ambos había dejado la banda para ese entonces. En algún momento, Hagar declararía, tras la muerte de Eddie, que lo que quedaba de la banda, sonido y legado de Van Halen, estaba depositado en la persona de Wolfgang, quien probablemente bajo la tutela de Eddie, se había convertido en un multi instrumentalista (aunque cabe señalar que su primer instrumento no fue una guitarra, sino una batería, igual que su padre vaya ironía), como Eddie soñaba ser, y había grabado el Mammoth WVH (tomando el nombre original de los Van Halen), tocando todos los instrumentos él sólo (cómo quizá Eddie en algún momento lo hubiera deseado), e incluyendo elementos de heavy metal, grunge, hard rock y rock alternativo, como quizá en su mente de Eddie habría sonado ese disco del 2012, A Different Kind of Truth, bajo la producción de Butch Vig, uno de mis productores musicales favoritos y responsable del peculiar sonido de bandas como Killdozer, Laughing Hyenas, Die Kreuzen, Smashing Pumpkins, Tad y obviamente Nirvana, al final, todo sucedió en California. Drama, caos y excesos bajo un sol cálido.
sí que california es como la venezuela o el méxico, produciendo dramas en los eu
LikeLike
vaya historias que cuentan y si, como todas se juntan en una sola al final
LikeLike
Acercarse a los Foo Fighters es lo mejor que ha hecho Wolfgang
LikeLike