Por: Rolando J. Vivas

Mi opinión no es siempre del todo positiva cuando hablo de las películas que han hecho adaptaciones de las legendarias historias de los cómics de Marvel. Adaptación es una palabra que en ocasiones se vuelve un tanto complicado ya que no implica una versión fiel a la original y ésto implica que el producto final nada tendría que ver, o muy poco con la versión original.
Black Panther: Wakanda Forever es un ejemplo extremo de “adaptación”. Ante la adversidad, suelo decir “adáptate, sobrevive y vence”. Difícilmente podríamos en ocasiones continuar estrictamente apegados al plan original, la adaptación es una gran habilidad y en el caso de la franquicia de Black Panther, el director Ryan Coogler, al día de hoy, el afroamericano con la cinta más exitosa en la historia del cine.
Hay que reconocer que la situación se complicó para Coogler luego de la muerte del talentoso Chadwick Boseman, protagonista de la primer cinta. La inesperada muerte de Boseman puso a toda la franquicia en riesgo y muchos llegaron a pensar que el éxito de Coogler con el personaje de Black Panther seria irrepetible. Aquí cabe señalar que Coogler ha demostrado no sólo tener una asombrosa capacidad para adaptarse, sino también para reinventarse. Y Wakanda Forever es la mejor prueba de ello.
La franquicia de Black Panther es una que se ha alzado en medio del Universo Cinematográfico de Marvel como la de mayor impacto cultural y obviamente, una que causa bastante incomodidad en sectores más conservadores en el mundo. De entrada, el personaje creado en los 60s por Stan Lee, 1966, para ser exactos) toma su nombre de la organización social del Partido de Las Panteras Negras, el grupo armado de ideas Marxistas-Leninistas que buscaban proteger a las personas de color de los abusos racistas de la policía. La imaginación de Stan Lee capturo ese sentido de orgullo racial y nacionalista de la organización y lo plasmó en un personaje.
Black Panther se convertiría en el primer superhéroe africano de la historia. Luke Cage se convertiría en en primer superhéroe afroamericano de la historia. Nada mal para Stan Lee, cuya visión de inclusión y diversidad ya existía desde los 60s y no como una moda pasajera. La visión de Black Panther incluía el nacionalismo, el tradicionalismo y el llamado afrofuturismo (¿alguien dijo Sun Ra?), que veía a una África libre y súper desarrollada, de no haber sido colonizada por las potencias europeas.
Así como el Doctor Doom era el gobernante del Latveria (un pequeño pero poderoso enclave en el este de Europa) y Namor era el gobernante de Atlantis (un gran reino en el fondo del mar). Black Panther era el gobernante del reino imaginario de Wakanda. Wakanda podría ser considerado como una especie de mezcla de Rwanda, Etiopía y Lesotho. Un reino protegido por montañas y que supuestamente jamás fue colonizado por extranjeros (el caso real de ésto sería Etiopía).
En la historia original concebida por Lee, un meteoro impactó Wakanda hace miles de años, dejando por todo el reino (y sólo en ese lugar en el todo el mundo) Vibranio, el llamado anti metal capaz de atravesar otros metales y de absorber impactos y volverse más resistentes. Las radiaciones derivadas de la presencia del Vibranio serian responsables de la mutación de varias plantas, incluida la llamada planta con “forma de corazón”, origen de las habilidades sobrenaturales de Black Panther. Si quisiéramos encontrar algún equivalente a ésta fantasía, tendríamos que pensar en el coltan, mineral encontrado solamente en la República del Congo.
El impacto del Vibranio seria tan enorme en Wakanda, que permitiría el enorme desarrollo del Reino, que se ocultaría bajo la fachada de un humilde país africano para evitar la intromisión de otros países, aunque poco a poco se va descubriendo que Wakanda tiene el poderío equivalente de naciones como los EEUU o China. De ahí la amenaza inicial que es expuesta al inicio de la cinta. Bajo ciertos parámetros, el Reino d Wakanda nos podría recordar el Imperio de Mali, que en su momento llegó a ser el imperio con más riqueza en el planeta.
Una película dirigida, protagonizada y con un amplio reparto de personas de color, se ha convertido en todo un fenómeno cultural. Coogler ha sabido como dar un giro un tanto forzado a la historia original de los cómics basado en un excelente desarrollo de personajes. Ahora Black Panther es Shuri, la hermana de T’ Challa, y el villano de la cinta resulta ser Namor, el legendario anti héroe de Marvel que nació en 1939, incluso antes de que Marvel Comics existiera, cuando Marvel era conocido como Timely Comics.
Si Coogler dejó huella en la cultura afroamericana, ahora Coogler decide también abordar la cultura latina vía Mesoamérica. Namor obtiene todo un giro radical en el que Atlantis desaparece de la ecuación, y aparece Talocán (la tierra de Tlaloc) y Namor se convierte convierte una especie de rey Xerxes, el rey-dios de los persas que lanza un sitio contra Esparta. Si bien, el Namor de los cómics alguna vez trató de inundar Manhattan, ahora trata de inundar Wakanda. Coolger, el que abordó de forma imaginativa la diáspora africana, ahora aborda con igual dosis de gran imaginación, la diáspora latina.
Namor, uno de mis personajes favoritos de cómics ahora recibe un giro en su origen mestizo de padre estadounidense y madre princesa de Atlantis (ya de por sí, un giro con la historia de La Sirenita, o El Sirenito de Rigo Tovar). Recibe su nombre “Namor” de la canción del TRI (o disco), Niño SiNAMOR, en lugar del nombre (Roman, al reves) que le había dado Stan Lee, inspirado en el dios Mercurio (el de las alas en los pies, tambien). Ahora Namor es descendiente de las culturas Mesoamericanas, reinventada al estilo del fascinante Apocalypto de Mel Gibson, una de mis cintas favoritas. Ahora el meteoro que impactó Wakanda, y que contenía Vibranio, resulta no ser el único y a él se suma otro que impactó la Península de Yucatan (¿Sería el que meteoro Chicxulub que acabó con los dinosaurios?)
Por si fuera poco, Coolger integra a Riri Williams, alias Ironheart, personaje del universo de Iron Man, para una adaptación aún más libre del universo Marvel, aunque imaginado de una forma valiente y sin limitaciones, lo cual sin duda suma de manera muy generosa a la cinta, que si bien, enfrente a Wakanda y a Talocán en una batalla épica si, pero un tanto sin sentido, deja claro que el plan de Namor para atacar la superficie sigue en pie, pero ahora sumará posiblemente a Wakanda como un aliado para el futuro.
Wakanda Forever es todo un espectáculo visual, y un auténtico tour de force para el relato original de Black Panther. Coogler usa elementos de feminismo, afrofuturismo, raíces africanas, latinas combinados de forma realmente sobresaliente que hacen de la cinta un auténtico festín de imágenes que para un admirador de los cómics, podría resultar un tanto poco fiel a los relatos originales, pero ver a Namor volar por los aires en batalla contra la superficie, vale mucho la pena presenciar. Wakanda Forever es un triunfo más para Ryan Coogler al frente de Black Panther, a pesar de la pérdida de Boseman, Coogler se adapta, sobrevive y vence. Las cintas de superhéroes de Marvel no son el cine de Kubrick, de Hitchcock o de Luis Buñuel, pero Coogler consigue una cinta sin duda bastante entretenida y con sustancia.
La plelúcula cumple y es de esas palomeras que entretienen
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no conozco los cómics, pero la película me gustó bastante
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Black Panther va a convertirse seguramente en la franquicia más exitosa de Marvel en el cine
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