Por: Rolando J. Vivas

La historia, sin duda es un logro de la fantasía conspiranoica de nuestros tiempos. La historia podríamos verla en una película y lo primero que nos vendría a la mente, sería pensar “¡Pero que trama tan mala, tan inverosímil y repleta de hoyos en su narrativa!”. Si fuera película, sería una muy mala (creo que el portal de ultraderecha Breibart ya la hizo y parece una de esas peliculas de serie b de los 80s). La historia, cómo quisieran que la creyéramos, va así: en abril del 2019, un individuo alcoholizado y drogado, llega a la tienda de reparación de computadoras de John Paul Mac Isaac en Delaware. El tipo llega a la tienda de Mac Isaac un viernes por la noche, cuando la tienda está a punto de cerrar y pide a Mac Isaac la reparación de una laptop (una MacBook) que se ha dañado por inmersión en agua. Mac Isaac comenta que la revisión y rescate de la información tendrá un costo de $85 dólares. Cuando Mac Isaac pregunta por el nombre del dueño de la laptop, éste le responde que su nombre es Hunter Biden. El tipo se va y nunca regresa. Mac Isaac comienza a trabajar con el equipo, extrae información y al respaldarla en un disco duro externo, se da cuenta que hay documentos, correos y fotografías los cuales tienen que ver con el gobierno de Obama y el vicepresidente Joe Biden, además de fotografías de Hunter Biden, hijo de Joe. Mac Isaac guarda el equipo y el respaldo, y espera a que el dueño regrese. Una vez transcurrido el tiempo establecido por ley, y al no se reclamado el equipo, Mac Isaac investiga a profundidad la información, que por ley ya es suya, descubriendo correos en los que se ve involucrado el gobierno estadounidense, el gobierno de Ucrania y el de China. Teme haber descubierto información confidencial y que pueda poner en peligro su vida, por lo que decide contactar al equipo del entonces candidato presidencial Donald Trump. Mac Isaac entrega el equipo a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York y entonces abogado de Trump. Entre Giuliani y el ex estratega de Trump, Steve Bannon, se encargan de analizar la información y deciden hacerla pública. El medio para dar a conocer la información es el diario The New York Post, que publica la noticia, unas semanas apenas antes de las elecciones del 2020, con la información sobre la colusión de la familia Biden con empresas acusadas de corrupción y otras asociadas a la fabricación de armas bioquímicas en Ucrania, esto además de información que liga a la familia Biden con el Partido Comunista de China. Los medios de comunicación y redes sociales detonan una campaña para censurar la información y que el público no se entere.
Analizando punto por punto de esta pobre, pero fantasiosa narrativa, sería difícil para el sentido común y para el pensamiento crítico, otorgar verdadero peso a la historia que, por mucho, carece de bases fuertes para ser cierta. La dudosa existencia de la laptop, la integridad de los documentos, la imposibilidad de comprobar su origen y de rastrear la cadena de eventos, eso y además toda la ola desbordada de desinformación detonada a partir del surgimiento de esta grotesca teoría de conspiración. El primer dato que surge y que causa gran controversia, es la ceguera casi total de Mac Isaac. Una ceguera que le ha limitado a trabajar solamente con pantallas gigantes y que en entrevistas ha señalado, le impediría afirmar si realmente Hunter Biden estuvo en su tienda. En segundo lugar, estaría la aparente inexistencia de la llamada “laptop”. La información que entregó Mac Isaac a la gente de Giuliani, era un disco duro, y la información que después el FBI solicitó a Mac Isaac, iba también en un disco duro que Mac Isaac había guardado “para su seguridad”. El equipo físico, nunca ha sido presentado y no se sabe si existe o existió realmente. Hunter Biden en entrevistas ha hablado de una laptop que alguna vez le fue robada. Mac Isaac es conocido en Delaware, por sus redes sociales, como un “superfan” de Donald Trump, lo cual, resta total objetividad a su historia, además de que resulta bastante extraño que haya contactado primero al equipo de Trump y no a las autoridades correspondientes. En varias declaraciones Mac Isaac confesó no haber encontrado nada extraño en las fotografías contenidas en la laptop. Muchas fotografías familiares, fotos de la tumba de Beau Biden (hermano mayor de Hunter), “selfies” de Hunter fumando en bañeras y algunas fotos de partes de cuerpos al desnudo. “Nada escandaloso, nada que no hubiera visto en máquinas de otros clientes”. Señaló Mac Isaac. El mismo Mac Isaac y el FBI confirmarían que en el disco duro en poder de Mac Isaac no había nada relacionado a abuso de menores.
Llama la atención que el medio utilizado para la publicación de la historia, haya sido el diario sensacionalista The New York Post, propiedad del magnate de ultraderecha Rupert Murdoch. Murdoch es también dueño de Fox y obviamente del canal de noticias conservador por excelencia, Fox News, que en un inicio se rehusó a hacer pública la historia. La nota en The New York Post señalaba la existencia de documentos que ligaban directamente al entonces candidato a la presidencia, Joe Biden, con empresas sumidas en escándalos de corrupción en Ucrania, así como con acuerdos con el Partido Comunista Chino, que parecían sugerir, que Joe Biden estaba involucrado directamente en temas de corrupción y que era cómplice o agente del PCC. Tanto Giuliani, como Bannon comentaron que, por las inconsistencias de la información, ningún diario importante quiso publicar la nota, misma razón por la que redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram, no le dieron gran importancia y prefirieron omitir con el fin de no afectar el proceso de elección ya próximo. La historia, al final, fue considerada como parte de la campaña de desinformación que ya había manejado anteriormente el gobierno ruso. Temas como el Pizzagate, con su local de pizzas y su sótano imaginario en dónde había niños secuestrados y que eran sacrificados en rituales satánicos por miembros del Partido Demócrata. Nada ligaba directamente a Joe Biden con los negocios de Hunter, y los negocios de Hunter no estaban ligados de forma directo a empresas con temas de corrupción. Así mismo, los negocios a gran escala de Hunter (quien llevaba los negocios de forma privada, a diferencia de Joe y Beau que participaban en política) en China, obviamente estaban ligados al gobierno chino, quien tiene gran participación en todas las grandes empresas de aquel país, como sucede con Tesla o Apple, que, para tener negocios en China, deben estar en sociedad con el gobierno chino. Lo que se presumía como una posible relación entre los Biden e industrias de armas bioquímicas en Ucrania, se trataba en realidad de una consultoria realizada a una empresa de medicamentos.
El interés de personajes como Bannon, era el poder ligar a Joe Biden con el gobierno chino y, sobre todo, con el Partido Comunista Chino, esto sumaba a sus inclinaciones por la ultraderecha y a su narrativa de una “ola comunista” que buscaba hacerse del poder en los EEUU. Poder ligar a Joe Biden con el comunismo, era “oro puro” para Bannon con el fin de golpear al Partido Demócrata y a su vez, golpear al gobierno chino, cómo haría Donald Trump con sus declaraciones sobre “el virus chino” en época de Covid. La razón peso, de Bannon para buscar asestar un golpe, tanto a Biden, como a China, tenía su origen en la persona que financiaba muchas de sus actividades, el magnate chino Guo Wengui, un multimillonario chino, acusado por el régimen de Beijing bajo cargos de corrupción, que habían hecho a Wengui huir de China en el 21014, y que lo habían vuelto “un activista” en contra del régimen totalitario en China. Para Wengui, la epidemia del Covid fue una oportunidad para golpear al gobierno chino, entre más desinformación se desprendía de la pandemia, más oportunidad tenía Wengui de inculpar y de socavar la reputación del gobierno chino y del Partido Comunista Chino. Durante el 2020, Wengui y Bannon establecieron un canal de noticias (GTV, de cuya plataforma en internet salieron gran parte las supuestas fotografias de Hunter) cuyo principal fin era transmitir noticias falsas sobre el régimen chino, incluso presentando supuestos testimonios de médicos que decían haber participado en la creación del Covid en un laboratorio en Wuhan. El plan a largo plazo, tanto de Wengui como de Bannon, era golpear al régimen del Partido Comunista Chino, lograr aislarlo y derrocarlo mediante un levantamiento social. Lo cual podría tener alguna relación con los estallidos sociales que han sucedido recientemente en China, derivados de la política de “Cero Covid” y las cuarentenas que continúan debido a la negativa del régimen chino a usar vacunas hechas en Occidente, las cuales, los medios informativos de Wengui, se han encargado constantemente de desacreditar en todo el mundo.
Nada de lo publicado por el The New York Post tuvo gran trascendencia, además de qué, la noticia fue mayúsculamente ignorada, bajo la consideración de que la información, lejos de proceder de una laptop de Hunter Biden, ésta había sido hackeada y manipulada por inteligencia rusa (como en el caso del origen del Pizzagate), adicional a que muchos de los documentos, aparentemente originales, habían sido alterados. Pero hubo algo en la historia de “la laptop del infierno”, cómo bautizó el tema, el mismo Donald Trump. La obsesión del Partido Republicano con temas como el abuso de menores, que suele usar con singular recurrencia para poner en alerta a parte de sus seguidores más fanáticos. Ya lo habíamos visto en campañas de desinformación, como el Pizzagate, y al parecer, fue lo que se buscó ligar con el tema de la “Laptop del Infierno”. Al final, la narrativa compleja no había funcionado, y ahora la estrategia sería usar la narrativa más simple y burda, las fotografías de Hunter Biden. Dentro de los discos duros entregados por Mac Isaac al equipo de campaña de Trump, se encontraban fotos personales de Hunter Biden. Algunas de ellas fumando y tomando en bañeras en diversos hoteles. Fotos de selfies de Hunter Biden desnudo y fotografías de partes desnudas de su cuerpo. Al inicio, poca atención se puso a las fotografías, ya que la adicción de Hunter Biden a las drogas, al alcohol y las incontables sesiones con prostitutas era información pública, de la que el mismo Hunter ya había hablado en entrevistas y en una autobiografías aplaudida por el mismo Stephen King, celebre sobreviviente de la adicción a las drogas). Pero para algunos, esto había abierto una brecha que debía ser aprovechada. Las fotografías, que el mismo Mac Isaac señaló de ser “nada escandaloso”, despertaron la imaginación de los creadores de teorías de conspiración en internet, o de granjas de bots malintencionados en otros países. Fotografías y más tarde videos, obviamente manipulados comenzaron a surgir con el fin de crear una nueva narrativa, mucho más agresiva y deplorable, sobre la vida de Hunter Biden. Ya no se trataba de incriminar a los Biden en escándalos de corrupción, sino de caricaturizarlos y demonizarlos, involucrarándolos a ambos en temas de abuso de menores, y de golpear directamente la estabilidad emocional no sólo de Hunter Biden, también de Joe Biden. La nota del New York Post nunca hizo mención de fotografías que mostraran abuso infantil.
El mismo Steve Bannon, ex estratega de Donald Trump señalaría que la “laptop” no era ya un objeto real, que lo que había era la información que se había publicado y que básicamente, al hablar de la laptop, se hablaba ya de un símbolo, de lo que los fanáticos de Trump quisieran pensar que estaba allí. Una especie “McGuffin” que servía para detonar toda una narrativa cuyos límites eran la imaginación y la obsesión por ciertos temas en las redes sociales en sitios como 4chan, reeditary la ya mencionada GTV. Para Trump, la laptop era una forma de golpear a su rival Joe Biden y las operaciones de Hunter en Ucrania. Para muchos fanáticos de las teorías de conspiración, la “laptop” era una prueba más de las acciones del Partido Demócrata, ligadas supuestamente a redes de trata de personas y abuso a menores. Quizá Trump nunca vio la información contenida en el disco duro, pero sabía lo que provocaba en sus más fanatizados seguidores. Para los Demócratas estaba claro que todo era un operativo de desinformación, una tradicional forma de operar de la inteligencia rusa desde épocas de la Guerra Fría, en la que se filtraba información primero a medios dudosos para acceder a la población y después hacer que ésta circulara hasta llegar a los medios más formales. Para muchos medios tradicionales, todo se trató de un operativo de desinformación. Más allá de censurar la noticia para proteger a Joe Biden, los medios buscaron proteger su propia reputación, no haciendo circular información que no contaba con bases firmes para ser verificada y dada por cierta. Lo que el mito de la “laptop del infierno” dice de la sociedad, es el atractivo casi magnético del morbo. Nos encanta el escándalo y nos encanta sentirnos moralmente superiores para criticar y condenar sin mayor prueba o análisis. Si bien, era sabida públicamente la larga historia de la lucha de Hunter Biden contra las adicciones, pareciera que para muchos es una sorpresa o algo que el gobierno y los medios quisieran ocular.
Hunter Biden perdió a muy temprana a su madre y a su hermana menor en un accidente automovilístico. Un golpe emocional que dejó un fuerte impacto en la personalidad de Hunter, el más joven de los hijos de Joe Biden. Mientras Joe y Beau hacían carrera en el mundo de la política. Hunter, abogado de profesión, se dedicó un tiempo a trabajar en las administraciones de Bill Clinton y de George Bush. Hunter había dejado el trabajo público para iniciar su propia empresa de consultoría. La muerte de su hermano Beau, fue un nuevo golpe emocional y una caída profunda en el mundo de las drogas y de la promiscuidad. Cómo abogado de alto nivel, como adicto a las drogas, defender la bondad de Hunter Biden sería difícil. Pero todos tenemos nuestros propios demonios contra quienes luchar. Hunter Biden tendrá los suyos, las adicciones, las relaciones promiscuas, la relación escandalosa con la viuda de su fallecido hermano y la paternidad de un hijo, al principio no reconocido. Hunter buscó alejarse por completo de la vida pública luego del escándalo desbordado por la nota de The New York Post. Hunter buscó una vida discreta con su nueva pareja y una profesión como pintor de arte (se dice que desde muy temprana edad, Hunter quería dedicarse a la pintura o escribir, Charles Bukowski, sería irónicamente, uno de sus grandes idolos), pero la maquinaria conspiranoica ya no podía detenerse y se empezó a rumorear que la desaparición de Hunter obedecía a su muerte por una sobredosis. Cuando uno ve la enorme cantidad de fotografías manipuladas de Hunter. La cantidad de videos editados de forma burda, a uno no le queda más que asombrarse de la maldad humana, del nivel tan sucio de las campañas políticas en ellos EEUU y de lo despiadados que pueden ser los rivales políticos. Resulta absurdo dar crédito a una campaña tan brutal de desinformación, y no queda otra que compadecer a Hunter, que seguramente no es la persona más bondadosa del mundo, pero que se ha convertido en la víctima de un monstruo global que busca destruir a su padre a costa de su propia salud mental. Tantas fotos y videos, nos darían la imagen de alguien que se pasa grabando casi toda su vida en tiempo real, las 24 horas, usando un casco con camaras en infinidad de ángulos. Unos 25000 videos y fotografías manipuladas de forma grotesca, que muestra imágenes de Hunter con Lady Gaga, con Melania Trump, usando documentos de los Obama para drogarse, violando y torturando niños y niñas en China, algo absurdo e inverosímil.
Ante un Donald Trump derrotado por los Demócratas en las más recientes elecciones intermedias en los EEUU, hace unas semanas. Trump ha dejado de serle útil a la inteligencia rusa. Trump ya no es el agente de caos capaz de desestabilizar a un gobierno y Facebook ha perdido bastante credibilidad. El nuevo medio de desinformación ruso parecería ser Twitter hoy en día, y el nuevo agente de caos al mando para los rusos, es el hombre más rico del mundo, Elon Musk. Todo parecería indicar que Musk opera a favor de Rusia y en contra del gobierno de los EEUU. Musk, desesperado por hacer que Twitter, por la que pagó más del doble de su valor, genere utilidades, ha convertido a la red social en un vehículo sensacionalista al estilo del ya mencionado The New York Post o del programa Ino Wars, del conspiranoico Alex Jones. Musk ha buscado usar el morbo para buscar que Twitter capte más atención y se cree un mayor dinamismo al interior de la red. Ha reactivado la cuenta de personajes controversiales como Donald Trump, Jordan Peterson, Kanye West, Andrew Tate y Andrew Anglin. Todo esto durante un recorte de personal que ciertamente ha minado la capacidad de Twitter de moderar de forma efectiva los comentarios y de combatir la desinformación. Musk desesperado, pareciera querer convertir a Twitter en un cuadrilátero de lucha libre, repleto de teorías de conspiración, fake news y desinformación. Sí, Musk se sumo al mito de la “laptop” del infierno, revelando información de correos de los anteriores directores de Twitter discutiendo sobre el tema de la supuesta “censura” en el caso de la nota de The New York Post sobre Hunter Biden.
Lo que ha hecho Elon Musk, y quizá no se lo imaginó, es dejar en claro que nada de la información contenida en el disco duro que compartió Mac Isaac al equipo de Trump y publicada en The New York Post, es incriminatoria ni para Joe Biden, ni para Hunter Biden. Queda claro que el no compartir la información, más que buscar censurar y proteger a Joe Biden, buscó proteger la reputación de los medios, que se negaron a dar por cierta y compartir una información carente de todo tipo de bases que la sustente. Ha dejado de lado la avalancha de fotografías y videos manipulados de Hunter Biden, lo cual corrobora que dicha información carecía también de veracidad. Por último, muchos dirán que la petición del equipo de Joe Biden, para que no se publicara la información, tiene que ver con la obstrucción por parte del gobierno hacia la libertad de expresión, un tema casi de atentado contra la constitución. La realidad es que nadie del equipo de campaña de Joe Biden ostentaba un puesto público en primer lugar. En segundo, lo único que nos deja claro los “Archivos de Twitter” anunciados con fanfarrias por Musk, un vendedor de humo consumado”, es que Joe Biden sólo fue un padre preocupado por el bienestar de su hijo. Algo que no me parece del todo inhumano o malvado. Musk se prestó una vez más a las teorías de conspiración, al sensacionalismo y sólo dejó a muchos con un puño de nada. Sólo se le buscó dar difusión nuevamente a algo que ya sabíamos es un relato con demasiados huecos, manipulaciones y malas intenciones como para tomarse en serio.
el bulo de las miles de fotos prohibidas de hunter biden, es una de las más grandes tomadas de pelo de los trumpublicanos
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Hasta fotos del cadáver de Jimmy Hoffa se encontraron en la laptop de Hunter
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la supuesta laptop de Hunter Biden se ha convertido más en un espejo de las obsesiones de los seguidores lunáticos de Trump, que de los malo manejos de Joe Biden
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