Por: Rolando J. Vivas

Tendría unos 16 años la primera vez que escuché a Pantera, justo al inicio de los años 90s. La historia ya la he contado en varias ocasiones. Solía reunirme luego de la escuela, en casa de unos amigos al sur de Monterrey. El padre de uno de ellos tenía una oficina contigua a la casa y ésta quedaba vacía después de mediodía, por lo que entrábamos allí por la tarde y escuchábamos discos compactos en una grabadora. Tengo muy presente los discos que escuchábamos más en aquella época. El The American Way de los Sacred Reich, el primer disco de Danzig y El Cowboys From Hell de Pantera. Me llamaba mucho la atención el disco de Sacred Reich, que en aquél entonces, me parecía una versión “evolucionada” de Metallica. Sigo pensando que cuando Metallica publicó el Black Album en aquella época, tenía bien presente a los Sacred Reich. El primer disco de Danzig nos tenía bastante intrigados. Producía Rick Rubin, que había trabajado con Slayer en el colosal Reign In Blood en 1986, con los Beastie Boys y con Run DMC. Éramos fieles seguidores de los The Misfits, que escuché por primera vez en la secundaria y a Samhain que los habíamos escuchado hace poco. Nos resultaba un tanto extraña la nueva música de Glenn. No era precisamente heavy metal. Era rock n roll tocado a máximo volumen y a tiempo medio. La música me recordaba a los AC/DC y la voz de Glenn obviamente a Jim Morrison. Rubin había dado a la banda un sonido bastante peculiar más cercano al rock n roll que al heavy metal. Pienso que el respeto que le teníamos a Glenn no hizo escuchar bastante ese disco para hacer que nos gustara, ya que de entrada nos había desconcertado bastante. No recuerdo cómo llegó el Cowboys From Hell a nosotros. ¿Quién lo llevó y por qué? No sabía absolutamente nada de la banda. Definitivamente era una variación de heavy metal muy diferente a lo que estábamos acostumbrados. Algunos dirían es “heavy metal moderno”, lo cual era de entrada bastante extraño. A mi no me parecía tan “heavy metal” el sonido, aunque obviamente había similitud. Estaban las vocales de Phil Anselmo, que tenían más en común la furia a tope de garganta de un Henry Rollins. Anselmo no cantaba o cantaba poco. Lo suyo era escupir palabras al estilo del hardcore punk y del hip hop. Después estaban las guitarras de, en aquél entonces, Diamond Darrell. No eran los típicos riffs de guitarra del heavy metal. Había partes que me recordaban a los King´s X, a los que escuchaba mucho en la secundaria, eran guitarras cortadas y que en ocasión iban totalmente en contra sentido de las vocales. Después estaban las baterías sincopadas de Vinnie Paul, un verdadero abuso del doble bombo y con ritmos bastante inmediatos muy similares a los del hip hop, repletos de ángulos inusuales e inquietantes huecos (Vamos, básicamente el sonido que habían desarrollado los Prong desde mediados de los 80s).

Siendo unos tradicionalistas del heavy metal, no podría decir que Pantera me resultara “tan heavy metal”. Ya había escuchado a bandas como los Red Hot Chili Peppers y a Fishbone en aquél entonces, y parecería que Pantera había tomado algo de eso, aunque no eran precisamente funk, pero mostraban un gran énfasis en el tema de los ritmos y en guitarras no tradicionales (Quizá indirectamente con influencia de Andy Gill y sus enormes Gang Of Four, una gran influencia en el underground de los 80s en los EEUU en bandas como los Scratch Acid, los Big Black y los Red Hot Chili Peppers, y una del as bandas favoritas de Rick Rubin), no eran tan directos y básicos como en el thrash metal, el hardcore punk o el heavy metal. “Rapera” dirían algunos en lugar de Pantera. No puedo negar que el sonido era algo bastante novedoso ya que amplificaba el sonido de una sola guitarra y lo volvía exponencial de forma colosal, algo que bandas de thrash metal no tenían en aquel entonces, con excepción de los Metal Church, los Sanctuary y los The Accused, tres bandas muy poco conocidas de thrash metal de Seattle, que habían conseguido un espectacular sonido gracias al productor Terry Date. Date alcanzaría una notoriedad bastante buena gracias a sus producciones del año 1989, Blessing in Disguise de los Metal Church, When Dream and Day Unite de los Dream Theater, Louder Than Love de los Soundgarden, y The Years of Decay de los Overkill. Los 4 discos fueron todo un fenómeno en aquel año. Terry Date se convertiría, sin duda, en el productor del momento. Pantera había publicado un año antes su disco Power Metal. Un disco con muy poca repercusión, que mostraba a la banda llevando a cabo un cambio bastante radical en su sonido. Habían echado fuera a su vocalista anterior Terry Glaze. Pantera quería endurecer su sonido (inspirados por los grandes discos de 1986, el gran año del thrash metal, Master of Puppets de Metallica, el Reign in Blood de Slayer y el Peace Sells de los Megadeth) y dejar el mundo del llamado “hair metal”. En un inicio, habían buscado sin éxito al ex vocalista de la banda texana de thrash progresivo Watchtower, Jason McMaster, después encontraron al vocalista Phil Anselmo (seguidor de las bandas Exhorder, de Louisiana y Rigor Mortis, de Texas, dos influencias muy notorias en el posterior sonido de Pantera), quien ayudó a la banda a orientarse hacia un sonido más cercano al heavy metal de los Judas Priest. En algún momento, Dave Mustaine se interesó en Diamond (Despues Dimebag) Darrell como su segundo guitarrista en Megadeth. Darrell condicionó su participación a la integración de su hermano Vinnie Paul, lo cual no le pareció a Mustaine, que ya trabajaba con el baterista Nick Menza. Mustaine confesaría que no aceptar a los hermanos fue un grave error, y que en algún momento pudo tener a dos de los mejores músicos del planeta en su banda.

Atco, una de las grandes disqueras del momento, y que había mostrado interés por algunas bandas originarias de Texas, finalmente firmó a la banda en 1989. La disquera estaba decidida a apoyar a la banda para que se reinventara y pudiera convertirse en un poderoso jugador a nivel global en el mundo del heavy metal. La disquera consideró que lo que una banda de segunda generación de thrash metal, como Pantera necesitaba, era un buen productor con ideas modernas, lo que ingresó a Date en la ecuación de la banda, y de lo que se convertiría en su disco de re lanzamiento, el Cowboys From Hell (para muchos nuevos fans, considerado el disco de “debut” de la banda, la banda, convenientemente, se olvidaría de sus viejos discos). Para ese entonces, Anselmo se había convertido en un vocalista muy diferente a su viejo ídolo Rob Halford, su estilo era más cercano al hardcore punk y al hip hop. La banda había ralentizado sus ritmos y las guitarras y baterías estaban totalmente sincopadas, la producción de Terry Date le dio a la banda un sonido extremadamente abrasivo y detallado. Sin duda Cowboys From Hell era un disco bastante innovador. Rompía con las tradiciones del thrash metal, incluso del heavy metal, pero estaban decididos a llevar a ese sonido a un nivel diferente, alejado de la brutalidad de bandas como Slayer o Metallica y acercándolo a nuevas audiencias que entonces se interesaban más en el nuevo sonido conocido como “rock alternativo”. Pantera sería clave para mantener el metal extremo vivo durante la época del arribo del movimiento grunge. Bandas como Nirvana, Alice In Chains y Pearl Jam tomarían por completo los reflectores y la atención de las audiencias, dejando completamente fuera de juego a las viejas bandas de “hair” y glam metal. De igual forma, bandas de Death Metal como Deicide, Morbid Angel y Cannibal Corpse, que empezaban a despegar como una alternativa al glam metal, serían opacadas por la nueva variante del metal que Pantera heredaría a bandas como Korn, Slipknot y Limp Bizkit.

Luego de varios discos bastante exitosos (Vulgar Display of Power me sigue pareciendo su mejor disco) la banda se desintegraría en el año del 2001, derivado de diferencias irreconciliables entre los miembros de la banda. Darrel y Paul acusarían a Anselmo de alejarse del grupo y enfocar su interés en otros proyectos. Anselmo acusaría a los hermanos de terminar la banda sin darle aviso. Darrell y Paul continuarían su carrera bajo el nombre Damageplan, mientras que, Anselmo y Rex Brown, cual modernos Sammy Hagar y Michael Anthony, trabajarían juntos en otros proyectos como Down, una banda que a mi gusto es superior a Pantera. En diciembre 8 del 2004, Darrell fue muerto a tiros en durante un concierto y para el 2018, Vinnie Paul moriría por temas cardiacos. Una posible reunión de Pantera, ya sin los hermanos Darrell y Paul, a partir de ese momento, se antojara imposible. Aunque los imposibles no son para siempre, curiosamente, más de 20 años después, un festival masivo en la ciudad de México, sería testigo del regreso de algo, no se si decir, de una reunión de Pantera, o de un tributo a lo que fue la banda (y un obvio tributo a Darrell, a casi 20 años de su muerte). Anselmo y Brown a la cabeza, acompañados por el cercano colaborador del legendario Ozzy Osbourne, Zakk Wylde, y el baterista de los brutales Anthrax. Charlie Benante. Dos músicos enormes, que, para mi gusto, podrían ser incluso más legendarios que Darrell y que Vinnie Paul, que se suman a Anselmo y a Brown para recrear, más de 20 años después, el legado de una de las bandas más influyentes del metal contemporáneo. En mi opinión, Pantera alteró el curso del heavy metal en los 90s, sin duda, cambió la forma en que se hacía heavy metal en aquel entonces sumando elementos que, para muchos puristas, no debieron ser bien recibidos y que, como consecuencia, fueron base del origen de géneros como el “groove metal”, el “metalcore” o el “nu metal”, considerados desviaciones no muy bien aceptadas por fans más tradicionalista del heavy metal.

¿Una versión “en vivo” de Pantera, Pantera v.2? ¿Algo así como los Van Halen, pero sin los hermanos Van Halen? Ya decía Sammy Hagar, que los Van Halen hoy en día, son solamente Wolfgang Van Halen. Pero, ¿Pantera es Pantera sin Darrell o Paul? Después de 20 años, ¿Este “regreso” es un tema meramente económico para sacar beneficio de la post pandemia y aprovechar el actual auge de los conciertos? Hasta los Sex Pistols admitieron públicamente su regreso con meros fines de lucro. No se antoja alguna otra razón para “el regreso” de Pantera sin Darrell y Paul. Obviamente Anselmo y Brown tienen parte de ese sonido, pero no apenas una parte. No me cabe ni la menor duda que Wylde y Benante son un par de músicos fuera de serie: Benante, baterista de los padres del thrash metal, Anthrax, es seguramente después de Dave Lombardo, ex baterista de Slayer, uno de los bateristas con una técnica más desarrollada dentro del género. No dudo ni por un instante la capacidad de Benante para “llenar los zapatos” de Vinnie Paul. Mi duda quizá obedece más al rol de Wylde, el heredero de legendarios guitarristas como Tony Iommi de los Black Sabbath y Randy Rhoads de la banda original de Ozzy Osbourne, ahora buscando sumergirse en el estilo de Dimebag Darrell, que más allá del heavy metal tradicional, tomaba inspiración de guitarristas como Joe Satriani, Billy Gibbons (de los ZZ Top, texano, obviamente), Ty Tabor (de los King´s X), Tommy Victor de los Prong (un guitarrista con un peculiar estilo forjado entre el heavy metal y el post punk), y de Page Hamilton (un guitarrista formado en el mundo del jazz y del noise rock vanguardista de Nueva York) de los Helmet y Dino Cazares de los Fear Factory). Sin duda, cómo sonará Wylde ejecutando la guitarra de Darrel en Pantera, será una incógnita bastante interesante. Claro que Wylde podrá hacerlo, pero que tan “cómodo” sonará en esa tarea.

En algún momento, AC/DC tomó la cuestionable decisión de incluir en su alienación al vocalista Axl Rose de los Gun N Roses para suplir a Brian Johnson, el sucesor de Bon Scott y vocalista de los discos más reconocidos de la banda. Una decisión que me pareció bastante extraña en aquél entonces. Quizá Rose podría sonar como un buen remplazo del recientemente fallecido Dan McCafferty en los Nazareth (la banda a la que Axl Rose aspiraba a sonar con Guns N Roses), pero Axl como reemplazo de Johnson no me pareció en ningún momento una muy buena idea. El ya mencionado Jason McMaster era una mucho mejor apuesta, aunque obviamente los AC/DC buscaban a alguien cuya fama sumara, y no McMaster, con mayor talento que Rose, pero con mucho menos popularidad. Al final, pensé que si los AC/DC buscaban revitalizar su sonido, como hicieron los Judas Priest con su Painkiller (inspirados en el Thundersteel de los Riot), Rose podría ser una no tan mala opción. El punto es que los AC/DC no llevaron a Rose al estudio y todo no pasó de ser una muy breve asociación sin mayor trascendencia. Aquí me pregunto si lo de esta nueva versión de Pantera se quedará en un tema solamente para efecto de presentaciones en vivo, o ésta nueva alineación de Pantera tomará la decisión en algún momento de entrar al estudio a grabar temas originales. Probablemente eso para mi sería lo más interesante de esta nueva asociación. No dudo en lo absoluto del enorme talento de Benante y de Wylde. Anselmo ha crecido bastante con sus proyectos como Down y como Phil Anselmo & The Illegals, lo cual podría aportar bastante a un nuevo trabajo de estudio. Al final, me queda la duda si ésta nueva alienación de Pantera buscaría reproducir el sonido de la banda original. Si la nueva alienación buscaría crear nuevo material bajo la misma línea de Pantera o si al final, se atreverían a usar sólo la base y buscar reinventar el sonido de la legendaria banda texana y llevarla a un nuevo nivel. Eso sería mucho más interesante. ¿Regresó Pantera? Todavía tengo mis dudas. ¿Tienen potencial para a hacer algo realmente interesante? Por supuesto.

¿Sería Terry Date el encargado de llevar la producción en caso de que ésta nueva versión de Pantera decidiera regresar al estudio? Después de todo, Date fue parte fundamental en la creación del particular e innovador sonido de la banda. Pienso que Date ha crecido también como productor luego de trabajar con otras bandas como Dark Angel, Prong, Helmet, Deftones, White Zombie y Korn, lo cual podría aportar bastantes nuevas ideas al sonido de éste nuevo proyecto. Uno de sus proyectos más recientes, el disco Ohms de los Deftones, es uno de los mejores discos en la carrera de la inusual banda de metal moderno. Por otro lado, podría estar un productor como Rick Rubin, productor de uno de los mejores discos de thrash metal de la historia (junto con el Master of Puppets de Metallica), el colosal Reign In Blood. Rubin además de productor pudiéramos decir que es un gurú musical capaz de hacer que las bandas regresen a su raíz y a la esencia de su sonido, lo cual pudiera ayudar a la banda a conseguir ese sonido y llevarlo más allá. La experiencia de Rubin no sólo con Slayer, sino con AC/DC, Metallica, ZZ Top y los mismos Black Sabbath podría ser un factor importante para la construcción de un nuevo sonido que retome las raíces de la banda, pero que a la vez pueda apuntar a algo contemporáneo. Si Rick Rubin fue partícipe de uno de los discos más importantes en la historia del metal extremo, ¿Por qué no pensar que tanto Rubin como los nuevos Pantera podrían ambicionar algo así? Sería Date, Rubin, ¿O quizá Ross Robinson (Fear Factory, Korn, Deftones, Sepultura, Slipknot, Machine Head y The Cure)? Las variables no dejan de ser por demás interesantes, incluso se podría pensar en Greg Fidelman, reciente productor de cabecera de Metallica. ¿Quién más?

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