Por: Rolando J. Vivas

“Sólo existen dos fuentes de ventajas competitivas, aprender del clientebmas rápido que la competencia y pasar del aprendizaje a la acción mas rápido que la competencia”. Jack Welch

Va a ser una larga semana, desde hoy hasta que lleguemos al día 1 de marzo (próximo miércoles), en que se espera qué, en el llamado “Día del Inversionista de Tesla”, Elon Musk, hasta finales del año pasado “el hombre más rico del mundo”, y CEO de Tesla, anuncie en qué lugar del país, se arrancará formalmente el proyecto de construcción de una nueva “Giga Fábrica” (que el mismo Elon Musk describe como una “fábrica de máquinas que construyen máquinas”) por parte de la empresa de autos. A finales del año pasado se anunció la vista de Musk al estado de Nuevo León. Se manejó con bastante secrecía y discreción, a no ser de algunas fotografías en las que aparecía Musk y Mariana Rodríguez, esposa del gobernador de Nuevo León, Samuel García. Recientemente, han circulado noticias que han otorgado un aura de misterio e incertidumbre respecto a la localización final, que Tesla decida para anunciar y comenzar, ahora sí, el proyecto de construcción de la fábrica, inversión que se antoja no sólo millonaria, sino calificada de histórica ( diez mil millones de dólares no llegan todos los días al país). Los estados que han “levantado la mano” para ofrecer facilidades para atraer la inversión de Musk al día de hoy, son: Hidalgo, Coahuila, Sonora, Durango, Tamaulipas, Guanajuato, San Luis Potosí, Veracruz y Michoacán.

El sitio hasta entonces considerado, se hallaba en los límites de Nuevo León con el estado de Coahuila, una localización geográfica envidiable para una fábrica de autos con vinculación al estado de Texas y que pudiera tener vía terrestre directa al Océano Pacífico. Para Musk, la cercanía de apenas horas con el estado de Texas y con su otra Giga Fábrica en la ciudad de Austin, o sus oficinas corporativas en Dallas, parecería ser uno de los principales atractivos, otro sería una salida por carretera hacía el puerto marítimo de Mazatlán. Varios factores más se señalaron como importantes para determinar finalmente la localización de la fábrica. El primero la mano de obra calificada abundante en el estado de Nuevo León, la cercanía con el clúster automotriz localizado en los municipios de Ramos Arizpe y Saltillo (Derramadero), en el colindante estado de Coahuila. Ramos Arizpe y Saltillo, de la mano de General Motors, se empieza a vislumbrar como uno de los principales epicentros a fortalecerse con el auge de los autos eléctricos. En tema de proveeduría, hasta un 40% de los componentes se obtienen directamente en México, mientras el restante 60% viene de los EEUU). Por si fuera poco, el área de Ramos Arizpe y Saltillo tienen un aeropuerto principalmente orientado a temas de carga. En Santa Catarina, Nuevo León, Musk tendría acceso casi inmediato a integridad productiva y parques de desarrollo tecnológico, además de mano de obra especializada en temas automotriz, algo que no abunda en otras regiones del país. (una robusta red ferroviaria que comunica con los EEUU, es otro “plus” de la región.

A inicios de este año, comenzó a hablarse de la posibilidad de que el gobierno federal otorgara grandes facilidades para que la localización de la planta se moviera al sur del país, de preferencia a un estado gobernado por el partido oficial. Voceros del gobierno federal señalaron que ejecutivos de Tesla habían comenzado a considerar la localización de la planta en áreas cercanas al novel aeropuerto Felipe Ángeles, una de las obras del presente gobierno y que no ha conseguido volverse atractivo ni para pasajeros, ni para temas de carga. Para el gobierno federal, poder volver más productivo este aeropuerto, para justificar su inversión y detonar de alguna forma su productividad, sería un importante objetivo político que coadyuvaría al aparato propagandístico del partido oficial. Bajo la narrativa oficialista, se vendió como un triunfo el aterrizaje el presidente de los EEUU, Joe Biden, aunque el suceso fue más un tema con fines de propaganda, ya que Biden, al dejar el país, lo hizo vía el antiguo aeropuerto, y todo el equipo móvil de la visita, no pudo usar el aeropuerto Felipe Ángeles por temas de capacidad. El estado de Hidalgo y el Estado de México, han sido dos de las zonas que el gobierno federal considera más convenientes para situar dicha fábrica.

Para el gobierno federal, poder influir en la decisión de Musk respecto a la Giga Fábrica, sería sin lugar a dudas un gran triunfo político. A la narrativa respecto a la gestión del presidente López Obrador, para hacer que el presidente del país más poderoso del mundo, aterrizara en una de sus obras insignia, se le sumaría llevarse una de las inversiones más codiciadas del planeta a su territorio de preferencia (sur del país), en dónde su base de votantes es más sólida. Representaría sin duda una maniobra colosal, que, si bien no sería estrictamente una jugada maestra de negociación, si sería una herramienta muy útil para dar aún más fuerza a la narrativa oficialista, “haber convencido al segundo hombre más rico del mundo”, “haber llevado a una de las empresas más importantes del mundo a el estado de su preferencia”, no son posibles titulares a despreciarse, aunque no hay que olvidar que Stephen King con un “tuit”, redujo la propuesta de precio de Elon Musk para la cuenta verificada de 20 dólares a 8. Esto adicional a que ha quedado por demás evidenciado que las decisiones de Musk, últimamente no son las más acertadas.

El talón de Aquiles más visible para Nuevo León, es la reciente situación crítica con respecto al agua. El tema del agua es vital para el área Metropolitana de Monterrey, en dónde se localizaría tentativamente la Giga Fábrica. Para la industria automotriz, el uso de agua es clave. En este aspecto, el gobierno federal ha usado como “palanca de negociación” o “técnica de disuasión”, el hecho de que el 70% del agua en el país se encuentra en el sur. Situación que se antoja hasta cierto punto ventajosa, ya que el gobierno federal debería estar viendo cómo dar solución a esta problemática en el norte del país. Si el norte por su cercanía inmediata a los EEUU y su mano de obra calificada, resulta atractivo para casi el 50% de las empresas que contemplan el “nearshoring” (con una inversión total estimada en unos 35 mil millones de dólares), el gobierno federal debería tener como obligación, habilitar al norte del país de los recursos necesarios para explotar esta ventaja competitiva. Otro tema importante es la electricidad, la cual ha tenido también temas complicados en la región y que una vez más, el gobierno federal ha usado a su favor, realizando un sutil chantaje a través de la empresa de generación de energía del estado, CFE, que pudiera intervenir otorgando condiciones ventajosas a cambio de que la localización de la planta se moviera hacia el sur. Aquí cabe señalar del agua destinada no para consumo humano, se destina apenas un 5% para la industria automotriz (cabe mencionar aquí, que el agua usada por ésta industria principalmente es de reúso como ha hecho la coreana KIA en el municipio de Pesquería, en Nuevo León, que no sufrió desabasto o falta de agua). Un 70% se destina a la industria agropecuaria, en donde la Conagua no ha hecho una buena regulación para moderar el uso del recurso. Aquí, tanto la CFE como la Conagua, sin duda son instrumentos de las iniciativas del gobierno federal.

La moneda estará en al aire hasta el 1 de marzo. De antemano ya es sabido que han existido reuniones a puerta cerrada entre el canciller Marcelo Ebrard y la gente de Tesla, seguramente buscando influir de forma predominante en la designación del sitio geográfico de la planta. Es casi un hecho que la postura de Tesla no ha cambiado desde un inicio, considerando que el gobierno federal redoblará esfuerzos, esta vez con una llamada directamente entre el presidente López Obrador y Elon Musk. Es muy claro que el gobierno federal puede otorgar infinitamente más facilidades para ganar la inversión que un gobierno estatal. Esto además de que el gobernador Samuel García, desde que fue electo, se ha mostrado en exceso dócil con el gobierno federal, cambiando su discurso desafiante, de cuando era candidato, a una postura que peca de condescendiente con el presidente de la república. No parece algo muy esperanzador que, a partir de que se empezó a rumorar que el gobierno federal, buscaba “arrebatar” la inversión a Nuevo León, García reactivara su narrativa respecto al proyecto de construcción de un estadio de fútbol. ¿Cambiaría Samuel una Giga Fábrica por un estadio de futbol? Esto hablaría de forma pésima de Samuel y su gestión, que al día de hoy ha dado mucho de qué hablar, pero cero resultados.

Dos curiosos guiños mediáticos ha hecho Samuel García al respecto. El primero, el regalo de un auto Tesla (una camioneta Modelo X) a su esposa Mariana Rodríguez por el 14 de febrero ¿Sería ésta la forma en que García buscaría obtener la gracia de Musk? El segundo guiño, ha sido el alucinante anuncio de ofrecer un subsidio del 50% a la compra de autos eléctricos en el estado, una auténtica locura que solamente habla de la naturaleza populista de Samuel y de su poca experiencia y posibilidades de “pelear” la inversión con el gobierno federal. El presidente ofrecerá con seguridad a Tesla, amplio acceso al suministro de agua, tarifas altamente preferenciales en temas de electricidad para la fábrica, un aeropuerto “casi” particular para Tesla, acceso a los no muy vastos, pero significativos yacimientos de litio al norte del país, y adicional a todo esto, mano de obra mucho más barata que la que se pudiera encontrar en el estado de Nuevo León. Además de la narrativa propagandística, el presidente podría presumir la creación de fuentes adicionales de empleo en el sur del país.

Pero ganar la “Los afectos y la atención” de Musk, podría ser al final, algo así cómo sacarse al “tigre en la rifa”. De sobra sabemos que a Musk le gusta especular, y seguramente buscará obtener condiciones extraordinariamente favorables para su empresa. Claro que a Musk le debe encantar la mano de obra barata, es algo que le encanta de China. Claro que a Musk le encantaría condiciones en las que sindicatos no interfieran en su operación (recientemente despidió empleados que buscaban formar un sindicato). Claro que a Elon Musk le encantaría no tener que sujetarse a temas ecológicos, se sabe que sus plantas son altamente contaminantes, y la contaminación es precisamente uno de los problemas fuertes contra los que se enfrenta el área metropolitana de Monterrey. Al final, la “sartén por el mango” la tiene Elon Musk. Quién seguramente sabrá sacar el mejor provecho económico de la situación, será Musk. Al final, lo más importante es que la inversión quede en el país. En el norte o en el sur, pero en el país. El mundo atraviesa una situación especial con la disrupción en las cadenas de suministro, una guerra comercial entre los EEUU y China, y derivado de esto, el fenómeno del “nearshoring” (con el 70% de las empresas de otros países, moviéndose a México, específicamente al norte del país en un lapso de 5 hasta 7 años). Seguramente México ganará de alguna forma con la materialización de la Giga Fabrica, pero el precedente que se dejará con esta disputa entre el norte y el sur y la fuerte injerencia del gobierno federal, podría afectar fuertemente decisiones de inversión extranjera en el país, a futuro, no olvidemos el caso de la empresa Constellation Brands, cuya intención en el 2021 era instalarse en la ciudad de Mexicali, al norte del país, y fue obstaculizada por el gobierno federal, usando precisamente la misma excusa del agua.

El asunto de fondo en el caso de la designación del sitio para la instalación de la Giga Fábrica, es la muy corta visión y lento actuar del gobierno federal. En un momento histórico para el país en que se podría encontrar un nicho increíble en medio de los cambios geopolíticos en el mundo. El gobierno federal, más que habilitar, parece estorbar, parece no entender el momento y parece estar más interesado en el corto plazo que en largo plazo y en el bienestar general del país. Seguir “vendiendo” a México como “mano de obra” parecería ser la estrategia del actual gobierno, una estrategia en la que seguramente perderemos ya que siempre habrá otra región con mano de obra más barata y que esté dispuesto incluso a ofrecer condiciones deplorables para los trabajadores, con tal de atraer inversión extranjera. Usar el valor agregado, la mano de obra capacitada, fortaleza logística e investigación y desarrollo, deberían ser los objetivos del gobierno para volver al país no sólo más competitivo, sino más atractivo y más productivo en el largo plazo. Al dia de hoy México es líder mundial dentro del sector automotriz y es importante que el sector se ponga al día con el tema de autos eléctricos y fortalecer a la región que se ha avocado a éste tema de forma exitosa. Mientras tanto, Samuel García debe seguir con su veladora encendida a “san Elon Musk”, es lo único que parece saber hacer.

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