Ruleta Rusa, La Vacuna Exprés de Putin
Por: Rolando J. Vivas
Regímenes autoritarios buscan promover su “superioridad” mediante el extensivo uso de propaganda para crear una imagen de mayores avances en materias de salud, tecnología y deporte, así hemos visto como en la Alemania Nazi se buscaba promover los avances de la ciencia alemana, al tiempo que al interior, el país se sumía en una barbarie racial, la ex Unión Soviética promovía programas espaciales al tiempo que la hambruna afectaba partes de aquel imperio, Cuba promovía su supremacía en temas como el béisbol, al tiempo que su dependencia casi total hacia la Unión Soviética se incrementaba, o cuando el régimen Norcoreano anunciaba una “revolucionaria” vacuna contra el SIDA, al tiempo que chantajeaba a las potencias de Occidente para obtener apoyo para combatir la hambruna en el país.
Son épocas de servicio exprés, de taxis Uber que llegan a los 10 minutos, de temporadas enteras de nuestra serie favorita que debemos ver en un “maratón” el fin de semana, de la comida rápida que debemos recibir en casa antes de 30 minutos, del pedido de Amazon que nos debe llegar en un par de días, de la película que debemos ver el mismo día del estreno, ¿Esperar una semana para ver nuestra “selfie”? Por eso se quedó Kodak fuera de mercado y quebró, hoy las nuevas generaciones no pueden esperar, por eso el “influencer” político por excelencia, el Neo Zar Vladimir Putin, sabe la importancia simbólica de ser el primero en anunciar la aprobación de una cura para el Covid, todo sea por la popularidad, pero ¿Será un “excelente servicio”?
Rusia se convierte en el primer país del mundo en registrar una vacuna para combatir el Covid, por parte del Instituto Gamaleya en Moscú, denominada “Sputnik V” (una clara referencia a la nave espacial que venciera a los EEUU, durante la carrera espacial en épocas de la Guerra fría), cabe aclarar que esto no significa que sea una vacuna aprobada a nivel mundial, ya que ésta sólo ha sido aprobada de forma exprés en Rusia solamente (sin pasar por la importante fase 3, en la que se administra a varios miles de personas y se analizan sus efectos varios meses después para confirmar su confiabilidad), administrada a unos cuantos individuos (sólo 76), elaborada en un tiempo que se vislumbra improbable para ser aceptada por organismos internacionales de salud (Rusia aún no ha compartido los documentos médicos o científicos que detallen los componentes de la vacuna a ningún organismo médico fuera de Rusia), cabe mencionar que estamos hablando de un país que se ha caracterizado por su grueso aparto propagandístico, con agencia como Russia Today y Sputnik, entre otras, además de uno de los sistemas de salud pública peor calificados a nivel mundial, incluso por debajo de países como Yemen, Pakistán, El Salvador; en los primeros lugares de contagios por Covid en el mundo y con graves casos de muertes sospechosas de personal médico que se quejaba sobre las deficiencias con que eran obligados a combatir el virus, por todo esto, es obvio que Putin está urgido por una victoria, para tratar de restaurar algo de su afectada popularidad.
Así, el gobierno ruso se declara triunfador de la desenfrenada carrera por desarrollar una vacuna para consumo masivo, iniciado sus pruebas de forma extraña mediante la aplicación de ésta en la llamada “élite oligarca”, o el círculo de empresarios y gabinete cercano al Neo Zar Vladimir Putin, curioso experimento considerando la sumisión total de éste círulo al gobernante, aquí tendríamos también que señalar el encarcelamiento o muerte de varios de éstos oligarcas que en algún momento salieron del círculo de confianza de Putin; Poco o nada se sabe sobre la familia de Putin, sobre sus hijas, su lugar de residencia o sus profesiones, convenientemente, lo que si sabemos ahora, es que una de ellas, ya ha sido vacunada y “sólo sufrió algo de fiebre”, aunque Putin no aclaró cuál de sus hijas fue inoculada, otro dato curioso es el apoyo incondicional del presidente filipino Rodrigo Duterte, quien ha alzado la mano para solicitar se incluya a Filipinas como uno de los primeros países para realizar pruebas masivas, señalando tener “plena confianza” en los procesos tecnológicos rusos.
Los tiempos para la elaboración y aprobación de una vacuna, por lo regular, son largos, con duración en ocasiones de años, con el fin de poder comprobar plenamente que no existe daño de algún efecto secundario significativo, que Rusia lo haya podido hacer en tiempo récord, despierta sospechas, hace apenas unas semanas, el Reino Unido denunciaba la intervención de hackers rusos en los sistemas de salud ingleses con el fin de robar información de los avances en el desarrollo de vacunas, esto en oscuras épocas en que muchos “conspiranóicos” denunciaban las supuestas intenciones de personajes como Bill Gates, de usar la aplicación de la vacuna, para implantar un chip, ¿Será que éstos “conspiranóicos” confían plenamente en un personaje como Putin y en los avances de un país, con uno de los sistemas públicos peor calificados en el mundo?, ¿Los famosos “antivaxxers”, o “anti vacunas”, muchas veces alentados por bots en las redes sociales, aceptarán gustosos una vacuna proveniente de un país autoritario con un régimen dictatorial? Parece que la supuesta moral de muchos será puesta prueba, además de la vacuna.